Alpha • Kookgi

One

Yoongi observó su reflejo en aquel espejo que colgaba en el baño de su dormitorio.

Cansado y enfadado, así se veía.

Y era de esperarse, puesto que estaba sucediendo otra vez, su padre le estaba consiguiendo una nueva cita.

¿Cuando entendería que él no se casaría con ninguno de esos alfas que le llevaba?

Desde que cumplió los 18 años y se presentó como omega, su padre quiso casarlo y él siempre se negó.

Estaba esperando a su pareja destinada, al único que le entregaría su todo y ninguno de aquellos alfas que trataban de cortejarlo lo era.

Recuerda las últimas palabras de su madre antes de irse, a ella le habían casado con su padre sin ser éste su pareja destinada, fue infeliz por el lapso de 10 años en los cuales le tuvieron a él, su madre le amó con todo su ser pero no fue suficiente para que ella se quedara a su lado.

Se fue proclamando que buscaría su felicidad y solo pedía que no cometiera el mismo error que ella hizo.

Emparejarse con el incorrecto, dejar que un alfa que no sea su destinado si quiera le toque.

Que cuando por fin encuentre a su pareja destinada por la luna, no le deje ir porque él sería su única fuente de felicidad.

Tal vez no quería depender tanto de un alfa pero si deseaba estar al lado del escogido para él.

Sin embargo, su padre no parecía estar de acuerdo con él, es mas, solo le dio un año para encontrar a su pareja destinada luego de presentarse como omega y al no encontrarlo, empezó a presentarle alfas por doquier.

Yoongi le odiaba por eso, por obligarle a pasar horas con alfas aburridos y que no tenían la pinta de ser para él, pero tampoco sabía como encontrar a su mate, llevaba cinco años buscándole y soportando las citas de su padre.

No era que se rindiera, en lo absoluto, pero ya no sabía que hacer con su padre.

Tomó su celular y llamó a la única persona que le escuchaba y trataba de reconfortar siempre, esperó dos tonos hasta que le contestaron en la otra línea.

—¿Yoonie?

—Jinnie...Lo está haciendo otra vez, lo escuché hablar con alguien por teléfono y traerá a otro alfa para presentármelo.

Seokjin era su mejor amigo, su padre tenía alguno que otro contrato con el de él, se conocieron cuando Yoongi tenía quince y el alfa dieciocho. Se cayeron bien al instante, para el omega, Jin era como el hermano que nunca tuvo.

—Ay, Yoonnie, lo siento mucho; ¿Y ahora a quien traerá?

—No lo sé, no quise escuchar, necesito darle fin a todo esto, Jin, debe haber alguna forma en la que mi padre entienda mi decisión.

La línea se volvió silenciosa por un par de minutos hasta que el último mencionado habló.

—¿Cuándo es tu cita?

—Mañana en la tarde, papá lo traerá aquí.

—Bien, tengo una idea, puede que no te guste, Yoonie, pero es una forma asegurada de que tu padre te deje en paz.

—Dime de que se trata, entonces, estoy desesperado.—Habló el pálido omega alargando la última letra.

—No te diré todavía, espera hasta mañana, llegaré temprano a tu casa para llevar a cabo mi plan.

Yoongi puchereó y salió del baño dando zancadas hasta llegar a su cama donde se dejó caer con pesadez.

—Está bien, confío en ti.