Alpha • Kookgi

Nine

Era ya de noche cuando Yoongi volvió a despertar, la marca en su cuello ardía más que otras veces y su cuerpo estaba caliente, muy caliente.

Lloriqueó, sabía que su celo había llegado, pero el ardor sobre pasaba a la necesidad que sentía.

Se sentó en la cama y sus labios temblaron al encontrarse solo en ella.—Ju-Jungkook.—Murmuró.—Alfa Jungkook.

Se levantó, llevándose una mano en la zona del cuello y con las piernas temblorosas caminó hasta la puerta la cual abrió y dejó que su olfato lo guiara al alfa.

Terminó entonces en la cocina de la gran mansión, Jungkook le daba la espalda, se encontraba apoyando ambos brazos en el lava trastos y parecía tenso.

—Alfa... —Lo volvió a llamar Yoongi y el ardor y necesidad se mezclaron hasta quedar pares al sentir el aroma masculino de Jungkook.

El pelinegro se giró justo para recibir al omega entre sus brazos, lo escuchó lloriquear mientras enterraba su rostro en su pecho, lo abrazó con fuerza y besó su frente.

—Aquí estoy, cariño, no te preocupes.

—Du-Duele.—lloriqueó, apretando sus manitas en la tela de la camiseta blanca.

—Lo sé, bebé, pasará pronto, dejame traerte tus supresores.

—No, no me dejes, no me dejes solo.-pidió el omega entre gimoteos.

Algo en el interior del alfa se quebró, como pudo alzó al omega e hizo que lo abrazara de piernas y brazos.

—No voy a dejarte, lo prometo.

Yoongi frotó su nariz en el hombro del alfa, desesperado de conseguir alivio a su dolor, no fue consciente de lo que Jungkook hacía, donde lo llevaba y todo eso, se quejó cuando el pelinegro trató de alejarlo y se aferró a él con lágrimas en los ojos.

—Tranquilo, bebé, solo es para que te tomes la pastilla, aquí estoy, aquí está tu alfa.

Yoongi suspiró y por fin dejó que lo apartara, lo suficiente como para que pudiera darle la pastilla y el agua.

El omega lo tragó con rapidez y volvió a su zona segura.

—Eso es, omega, no fue tan difícil, ¿cierto?. Ahora solo trata de dormir.

Yoongi jadeó mientras cerraba los ojos, dormir, eso era lo único que deseaba en esos momentos.

Jungkook no supo si había pasado minutos u horas cuando Yoongi por fin había quedado dormido en sus brazos, lo paseó por casi toda la casa, arrullandolo cual bebé, ahora estaban por fin en la habitación que había preparado para el omega, tratando de dejarlo sobre la cama, pero aún dormido, su omega no quería dejarlo ir así que terminó acostandose con él.

Besó su rostro y acarició su cabello, lo envolvió con su aroma para que estuviera tranquilo.

Fue consciente en el minuto exacto en que el omega había entrado en celo y no tardó nada en tomar unos supresores y evitar así el perder la cordura.