Eighteen

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Tal como había dicho el doctor Yixing, su celo había acabado, lo confirmó al transcurrir dos días en los cuales se había mantenido lucido.

Temía que Jungkook le recordara el trato de sólo quedarse mientras estaba en celo y que le pidiera que regresara a su casa.

Con solo la idea sus mejillas se inflaban y se cruzaba de brazos, negándose a dejar pasar eso y con la decisión de que iba a esconderse o aferrarse de lo que sea con tal de quedarse.

Él iba a estar donde su alfa estuviera y ni el mismísimo pelinegro se lo iba a impedir.

Aunque era irónico ya que en esos momentos se encontraba solo en la casa.

Con el fin de su celo, Jungkook tuvo que ponerse a trabajar otra vez, Namjoon se había encargado de actualizarlo con toda la situación.
Le maldijo el día que apareció en la puerta de su casa con un montón de archivos en las manos.

[...]
Yoongi acariciaba el suave cabello de su alfa, parecía que había crecido un poco más ya que fácilmente podía agarrar un puñado de él y ponerle una colita.

Jungkook estaba sentado en el suelo frente a él, revisando unos documentos en su laptop, el pequeño omega  estaba sentado sobre el sofá tras él, con un ojo en la película que estaban dando y el otro en lo que hacía su alfa.

La sala pareció el lugar más cómodo para ambos luego del desayuno, a Yoongi no le importaba tanto con tal de estar cerca de su alfa, puede que su celo desapareciera, pero todavía necesitaba estar pegado a él.

El sonido del timbre de la casa hizo que Yoongi mirara hacia esa zona, hizo un puchero cuando Jungkook se levantó y las hebras de su cabello se deslizaron por sus dedos.—Iré a ver quien es.—declaró Jungkook con una media sonrisa al ver la expresión de su omega.

Yoongi asintió, pero de igual forma se levantó y caminó tras Jungkook en una corta distancia, se detuvo cuando el pelinegro estuvo frente a la puerta y la abrió, un sonriente pelimorado con una mano alzada llena de archivos apareció tras ella.

—¿Qué haces aquí?-preguntó Jungkook.-Escuché que a Yoongi ya se le pasó el celo y pues...—hizo una pausa para acomodar los archivos en ambas manos.—Hay mucho trabajo que hacer.
[...]

Yoongi pataleó al recordar aquello y volvía a enojarse con Namjoon, le había quitado la oportunidad de estar junto a su alfa, de enamorarlo más para que no lo abandonara.

¿Cuánto tiempo llevaba fuera?

¿Una o dos horas?

Se sentía una eternidad.

Suspiró tratando de calmar su enojo, se suponía que estaba tratando de hacer un bonito pastel para su alfa y para que quedara perfecto debía hacerlo con amor, no con enojo y apenas estaba trabajando en la mezcla.

Al omega le encantaba tanto cocinar como hornear, su padre le había permitido ir a clases de ambas cosas cuando cumplió los 17 años y se lo agradecía ya que era lo único que le distraía del caos que era su vida.

Yoongi dejó de batir ¡Su padre! Iba a matarle, no se comunicó con él en ningún momento y le estaba esperando, no estaba del todo de acuerdo conque se fuera a quedar con Jungkook en su celo, pero tampoco pudo detenerlo.

Debía de llamarle antes de que averiguara donde vive su alfa y tratara de llevarlo de regreso a casa.

Lo haría luego de terminar el pastel de frutos rojos, no quería que su padre arruinara sus avances con Jungkook ya que él todavía esperaba que aceptara a Seokjin.

Alpha • KookgiWhere stories live. Discover now