Everything i didn't say [VSG BOOK#2] #Wattys2015

Realidad.

Capitulo Tres.

Justin;

Esa tarde había salido temprano del estudio, pensé en ir a casa de Scooter o a casa de alguno de los chicos, pero mientras el coche recorría las calurosas calles de Los Ángeles, una idea mejor se me ocurrió.  Me detuve en la primera florería que encontré y compre un enorme ramo de rosas rojas; las favoritas de Selena. 

La sorprendería. 

Volví al auto, desviándome del camino, hacia el sur de la ciudad, al departamento que desde dos semanas atrás, compartíamos.   

Tenía una enorme sonrisa mientras me acercaba a la avenida del edificio privado, este era elegante, lujoso y en sí, lo había escogido Selena. Así que si a ella le había gustado, a mi me había gustado. Solo la quería hacer feliz. 

Estacione el auto en el aparcamiento reservado y baje con las rosas en las manos, escuchando el sonido del seguro, mientras me introducía en al edificio.  El hombre de la recepción me saludo, antes de que entrara al elevador y presionara el botón de nuestro piso. Las puertas se cerraron y tardaron solo un par de segundos en llegar. 

Un clic de las puertas al abrirse, me indicó que había llegado. 

Recorrí el pasillo, hasta la puerta del departamento, buscando las llaves en mi bolsillo. Cuando sentí el frio metal de estas con mis dedos, las tome y las saque, justo frente a la puerta. 

Tarde un poco y me costó encajar la llave en la hendedura, pero cuando lo logre hice girar el picaporte y abrí.  

— ¿Selena?— la llame al entrar. Mas no recibí respuesta. 

Pase al recibidor, dejando mis cosas sobre la mesa y examinando el lugar en completo silencio. 

— ¿Selena? Cariño, llegue a casa. 

Me introduje al comedor. Todo estaba perfectamente en su puesto. Todo estaba en completo silencio ¿No se encontraba en casa?

Quizás debí llamar antes de venir.  

—Se...— un fuerte golpe de algo calleándose al suelo me hizo callar y apresurarme a llegar a la puerta de la habitación.   

Un montón de ideas se atravesaron por mi cabeza, mientras tomaba el pomo de la puerta y sin avisar, abrí la puerta, temeroso de encontrar algún ladrón o algo parecido dentro. 

— ¡Selena! 

Pero no fue así. Todo estaba bien adentro, una Selena asustada en la cama me recibió. 

—Me asustaste— susurro con la respiración agitada. Reí acercándome a ella he acercándome a la cama.

—Lo siento, escuche que algo se caía y creí que algo te había sucedido. 

—Oh— me mostró una pequeña sonrisa— no, todo está bien. Todo… 

Mi cuerpo dio un salto cuando otro golpe resonó en las paredes de la habitación, esta vez fue algo azotando contra el suelo; algo de cristal. Frunciendo el ceño, mire a Selena. Ella trago en seco, con los ojos abiertos como platos. ¿Qué sucedía ahí?  

Me puse de pie, aun con los ojos en Selena y lentamente me acerque a la puerta del baño.  

— ¿Quién está ahí? — pregunte a Selena. Ella negó con la cabeza.