Capítulo 6

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Era lunes por la mañana cuando sonó mi despertador y hacía un frío terrible en el loft, me levanté con las pocas fuerzas que el fin de semana me había dejado después de estar sumergida en un insomnio interminable y sin poder hacer nada por las tormentas de lluvia que habían pasado. Prendí la calefacción pero a los pocos segundos hizo un ruido rarísimo y fuerte, el aire no servía.

Le llamé a Don Cleto desde mi cama con cuatro mantas sobre mí y me comentó que se había roto el conducto del motor del edificio y que tardarían un par de horas para arreglarlo. Me di un baño de agua caliente para volver a ponerme unos pants deportivos y le llamé a Ferrán que tenía planeado venir en un par de horas.

Lalita, ¿todo bien? Buen día.

—Buen día, Fer. Todo bien. Che, ¿nos podremos ver en la sala de juntas de mi edificio, en lugar de aquí arriba?

—Claro, ¿pasó algo?

—Sí, se rompió el conducto de la calefacción del edificio y hace un frío de la puta madre.

Dale rió — No te preocupes, nos vemos abajo. Llegaré cómo en hora y cuarto.

—Buenísimo, mandáme un mensajito cuando estés cerca para bajar.

De una, besos.

Mientras esperaba a que llegara Ferrán, calenté un poco de agua para el mate y saqué un paquete de galletitas de chocolate. Bajé al lobby y me crucé con Don Cleto que estaba de guardia en la puerta del cuarto de servicio.

—Buen día, Don Cleto.

—Hola señorita Lali.

—¿Cómo va todo?

—Recién llegaron pero me parece que van a tardar un poco más de la cuenta, yo le aviso cuando esté funcionando todo a la perfección.

—Dale, no te preocupes. Ahora voy a estar en la sala de juntas que viene Ferrán.

—Sí señorita, ¿necesitá algo?

—No, todo perfecto, gracias Don Cleto.

Esperé a Ferrán en la sala de juntas mientras acomodaba las galletitas y el mate en la mesa, mi celular comenzó a sonar, era Nico llamándome por FaceTime.

—Hola enana, ¿cómo estás?

—Hola Nico, todo bien, ¿vos? ¿estás con Gime?

—Aquí estoy, Lalita —Gime se había asomado por la cámara, estaban sentados en un sillón.

—¿Estás ocupada?, ¿dónde estás?

—Ah, estoy en la sala de juntas del edificio, esperando a Ferrán.

—Ay buenísimo, ¿tiene noticias? —dijo Nico.

—Me parece que sí porque me llamó ayer por la noche para quedar. Ojalá salga algo, boludo. —Mi cara lo decía todo, estaba desesperada por encontrar algún proyecto que valiera la pena.

—Tranquila mi amor, algo saldrá. —comentó Gime.

—Enana, yo estoy escribiendo un par de obras con un productor groso español, aún no tengo nada terminado pero podría enviarte los guiones cuando los tenga ya firmados por todo el equipo y así podés tener un plan b.

—¡Qué groso, Nico! Estaría genial, vos siempre salvándome.

—Nada, aún no quiero cantar victoria pero estoy emocionado, son buenos proyectos, lo prometo.

—Espero que no tenga nada que ver con porno. —soltamos una carcajada todos por el momento que me había hecho pasar Nico hace un año.

—Prometo que no, la mayoría son comedias.

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