Capítulo 27

969 55 7
                                    

Sentía frío a pesar del buen clima que tenía la casa, junto con escalofríos e impulsos que me hacían hablar boludeces. Peter estaba detrás de mí y sin mirarlo, pude imaginarme la cara que traía, ni siquiera me había tomado el tiempo de saludarlo y preguntarle por su día. Mi subconsciente hizo que me girara y noté en sus ojos que estaba cansado, se rascó la cabeza y se acercó a mí para poder abrazarme pero me aparté.

—Debe de haber una razón, ¿cambiaste de parecer así tan rápido? —No dije nada pero levanté la mirada para verlo, lo tenía a centímetros de mí. 

—Sí, no me gusta nada. Me parece demasiado todo, Peter. —dije inquieta— No me gusta el lugar, el vestido, el menú, los invitados, es demasiado. No soy yo.

—¿Puedo? —Me señaló la lágrima que se mantenía al borde de mi mandíbula y me la quitó con su dedo delicadamente. Ese toque que me hizo soltar y llorar todo. A los pocos segundos, lo sentí rodeándome con sus brazos y me recargué en su pecho—. Habláme, ¿qué pasa, La?

—Me estresa mucho todo. Es increíble todo lo que tenemos para la boda pero de verdad, no me convence.

—Mi amor, miráme. —Me despegué de él y alcé la cabeza hacia él— Sabemos que iba a ser algo muy estresante para todos y por eso Gime y Cande, tus amigas —recalcó—, están para ayudarte y coordinar con alguien profesional que tiene todo bajo control, para que vos llegues ese día y disfrutes. Además, por el embarazo y le rodaje estás pasando por varios cambios de humor y cansancio —Lo miré mal y rió—. Dale, llevas una semana tratando de pelearme porque pasó la mosca y ahora estás tratando mal a tus amigas que están aquí para ayudarte y levantarte el ánimo. Siento que son todos estos cambios que hacen que no te guste nada pero sé que será una boda increíble, amor.

—Que tarada soy —suspiré y me levantó la cabeza con su dedo.

—No lo sos, sos una mujer embarazada, trabajadora y apunto de casarse, se entiende.

—Y gorda. —solté de una.

—Ah, ya salió el palito. —Peter rió tiernamente y desvié mi mirada hacia la panza.

—Miráme, estoy hecha una vaca, no me puedo casar así, Peter. —dije entre sollozos exagerando un poco.

—Eso hago y me encantás, sos la cosa más hermosa y tierna del planeta con esa panza divina que tenés. No estás gorda, amor. —No dejaba de llorar— Vas a estar linda ese día, te lo aseguro.

Después de que Peter me tranquilizó, preparó de cenar una pasta con crema y pollo. Miramos dos capítulos de una serie que habíamos empezado y antes prepararnos para dormir, yo estaba acomodando mis trescientas almohadas sobre la cama mientras él me miraba desde su lado.

—¿Y si posponemos la boda? —giré para verlo y parecía estar seguro de lo que había dicho—. A mí no me importa. Podemos esperar a que nazca el bebé y a que vos te sientas mucho mejor en todo sentido.

—¿Estás seguro de lo que estás diciendo? —dije confundida y me senté sobre mis rodillas frente a él—. Ya tenemos casi todo listo y planeado...

—No se va a cancelar, se va a posponer. Puedo hablar con Elena mañana para ver si es posible pero mi amor —me tomó de la mano—, la verdad no es mala idea. Es nuestro día y quiero que te sientas feliz a la máxima potencia y no que estés incómoda, estresada o cansada. Así también podemos disfrutar de los pocos meses de los rodajes.

—No sé, no sé... —me acomodé el pelo detrás de la oreja y lo miré—. Hemos pasado mucho tiempo organizando esto, ¿no crees?

—Sí pero la boda puede esperar.

A Mi Manera 2حيث تعيش القصص. اكتشف الآن