Capítulo 28

993 59 10
                                    

Al día siguiente, pasamos medio día en la cama de lo cansados que estábamos. Pero después de comer el almuerzo, disfrutamos de nuestro último día en la piscina y tomando sol.
Antes de irnos a dormir y hacerla nuestra, Peter encargó a la cocina de nuevo una torta de cuatro chocolates y lo que fuera que tuvieran de dulce de leche, me dio mucha gracia cuando el mozo entró con el carrito repleto de cosas a la habitación y Peter se excusó con un "para que no me tomes desapercibido". Con eso me tuvo de nuevo e hicimos de nuestra última noche más dulce y amorosa que nunca.

Peter estaba cada vez más paranoico sobre hacer el amor conmigo embarazada pero el Doctor Cuesta nos había confirmado que estábamos en total libertad de hacerlo con precaución. El embarazo me traía todo el tiempo con las hormonas a baño maría y no dejaba pasar cualquier momento íntimo que podía tener con mi futuro esposo. A la mañana siguiente dejamos el hotel antes de la hora límite y llegamos a casa repleta de polvo, habíamos ampliado la casa hace unos meses para la construcción del cuarto del bebé todo en la primera planta. Habíamos planeado un diseño muy simple pero lindo para pintarlo entre los dos y poder montar todas las cosas que habíamos estado comprando por internet junto con los regalos de nuestros amigos que estaban regados por toda la sala de la casa y terminar el espacio de nuestro bebé.

Llegamos exhaustos y aprovechamos para tomar un baño y deshacer maletas, mientras yo terminaba de hacer una llamada con Ferran sobre un próximo proyecto, Peter puso la lavadora con la ropa sucia y nos preparó un té de frutos rojos.

—Oye, mi amor... —dijo Peter, estábamos en la cama mirando por Amazon más cosas de decoración para el cuarto—, ¿has pensado en algún nombre que te guste?

—Sí, tengo un par en mente, ¿vos? —Lo miré y asintió tierno.

—Hice una lista para ambos sexos, ¿la querés ver? —soltó emocionado.

—Obvio. —Peter se estiró para alcanzar el cajón de su mesita de noche y sacó un papel doblado y se reincorporó junto a mí para que pudiéramos vernos los dos.

—Bueno, son bastantes porque nos conozco y sé que nos va a costar elegir uno.

—Decíme tus favoritos —alcé las cejas emocionada.

—Si es nene, tengo en mis top 3 —comenzó a leer—, Bruno, Nicolás y Lucas. —Me miró y por su cara, supuse que mi reacción había sido mala— ¿No te gustaron?

—No, sí, sí, obvio. —dije rápidamente— Pero no sé si me convencen, están lindos, igual.

—Bueno, a ver los tuyos, señorita. —Me jodió haciéndose el sentido. Abrí mi aplicación de notas en mi teléfono y empecé a leer.

—En primer lugar tengo Santiago, Mariano y por último Benjamín. —giré mi cabeza para verlo y se estaba aguantando la risa—. Ay, están mejores que los tuyos, eh.

—Mi amor, perdón pero además de que son bastante... horribles, automáticamente al bebé le vas a poner una cara de gil que no se le va a quitar nunca. —Le solté un golpe en el brazo y chilló— ¡Hey, pará!, para mí es así, no sé.

—Puede que tengas razón pero bueno che, no sé qué otros nombres, hay un montón que me gustan. —dije avergonzada.

—Bueno, aún falta que nos digan el sexo y podremos hacer una lista con nuestros favoritos y más opciones para poder elegir.
—Se acercó para darme un beso mientras admitía que estaba en lo correcto—. A ver, de nena, ¿qué tenés?

Después de intercambiar nuestras opciones de nombres para el bebé, pusimos una película para terminar el día y dormirnos en posición de cucharita con la mano de Peter en mi panza de cinco meses.

A Mi Manera 2Where stories live. Discover now