Capítulo 26: Malentendido

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Cuando Zhan volteó a donde estaba su esposo le sorprendió darse cuenta que el restaurante entero estaba en silencio... lo observó dar la vuelta y caminar a su encuentro con un semblante tan serio.- Todo bien?

Yibo sonrió al escucharlo.- Mmn... ya terminaste aquí?

Zhan.- Sí... nos vamos?

Yibo lo abrazó.- Claro que sí... cuéntame como va todo... no solo en la hacienda... como te fue a ti?

Zhan.- Me fue bien... pero definitivamente estoy mejor ahora que ya llegaste...

De pronto, sus miradas se encontraron... Yibo pudo observar esos preciosos ojos negros y sintió como sus mejillas se sonrojaban quedándose sin palabras. Por unos segundos, era como si estuvieran reconociéndose mutuamente... sin saber cuánto tiempo había pasado por fin movió sus labios tartamudeando.- Q-quieres c-caminar al restaurante?

Zhan asintió cuando unos suaves y cálidos labios se posaron sobre los suyos. Pasearon tranquilamente por la plaza principal del pueblo... era la hora del atardecer y los pequeños locales se abrían para atender a sus clientes... el pueblo parecía haberse detenido en el tiempo. Yibo lo observaba de vez en vez... adoraba verlo siempre tan animado y disfrutar lo que hacía con su carrera... sabía que su esposo estaba muy contento por el proyecto de las joyas y no era para menos. A pesar de eso, sentía que solo acababa de alcanzar un pedacito de esa felicidad, en algunas ocasiones sentía un poco de miedo y de que se le escapara de nuevo de las manos, era como si se le rompiera el corazón y fuera feliz al mismo tiempo.

-Amor... te pasa algo?- preguntó Zhan inquieto.

Yibo.- No... nada... solo que el viaje fue un poco pesado... la verdad ya quería llegar...

Zhan se alegró.- Espero que todo haya salido bien en la junta...

Yibo.- Bueno... es como todas las juntas... aburrida y con muchos números... pero... la empresa incrementó sus utilidades así que no me fue mal...

Zhan.- Vaya... hombre guapo y trabajador... me alegro mucho por usted...

Yibo soltó una carcajada... después lo miró y lo abrazó para continuar su paseo. La luz del sol estaba sobre ellos obscureciéndoles los ojos, las sombras bajo los pómulos y las líneas de los labios. Llegaron al pequeño restaurante que tanto le gustaba a Zhan... era un local adornado con sombrillas que colgaban de una red en lo alto del techo y tenía enredaderas falsas cubriendo los espacios entre ellas así como diminutas luces de colores que colgaban por todos lados. A los pocos minutos de que habían llegado una de las meseras ya les había asignado un lugar... a los pocos minutos empezaron a platicar de mil cosas mientras compartían una rebanada de pastel con dos tazas de café.

Mientras tanto Yubin daba vueltas de un lado a otro en su oficina.- maldito seas Yibo... te crees demasiado solo por estar con él...- de repente recordó a la reportera que había visto salir con Ji Li y preguntó a la recepcionista si de casualidad estaba hospedada en el hotel. Al cabo de unos minutos, le confirmaron los datos... sin dudarlo llamó a su habitación.

-Buenas noches... quien habla?.- preguntó la chica.

Yubin.- Que tal... buenas noches... disculpa el atrevimiento... hoy por la tarde te vi con mis amigos en el restaurante Del Prado...

Reportera.- Ah si... el señor Xiao Zhan es encantador y un gran diseñador... su amigo Ji Li también es muy agradable...

Yubin puso los ojos en blanco y suspiró.- Si ya lo creo... son muy agradables...

Reportera.- Y bien... solo por eso llamó?... disculpe mi brusquedad... estaba trabajando en los detalles de la entrevista... posiblemente haga una adicional...

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