Capítulo 44: Nadie podrá vencerme

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Habían pasado dos semanas de ensueño para Yibo y Zhan, tal y como les había dicho la gitana en su viaje de luna de miel, habían superado la prueba. Aprovechaban cada minuto para demostrar todo ese amor que se tenían y cuando tuvieron que volver a sus respectivas oficinas, Yibo era quien se encargaba de preparar el desayuno. Así que cada mañana, Zhan despertaba y el delicioso aroma lo llevaba directo a la cocina después de lavarse la cara y los dientes.

Esa mañana hacía mucho frío aun con la calefacción encendida, así que no dudó en llevarse una cobija sobre los hombros.- Te levantaste muy temprano amor.- susurró al recargar su barbilla en el hombro de su esposo mientras lo abrazaba por la cintura.

Yibo.- Mmm un poco... cuidado con el sartén... te puedes quemar...

Zhan soltó una risita y se aferró a su cintura. Los panqueques eran su perdición y solo faltaba que se cocinaran los que estaban en el sartén.- Qué tienes?.- preguntó.

Yibo.- Nada...

Zhan.- Estás seguro?

Yibo.- Si claro... te juro...

Zhan.- No mientas... después de nuestro delicioso encuentro anoche, te despertaste varias veces...

Yibo suspiró.- No es nada...

Zhan apagó la estufa y dijo.- Ven conmigo...

Yibo.- Se van a enfriar los panqueques...

Zhan tomó una tapadera de plástico y le sonrió. Después de eso lo llevó a la sala, se dejaron caer sobre uno de los sillones.- Todo va a estar bien amor... creo que nos llevamos mucho mejor que antes... ese duende si fue de gran ayuda, no te parece?

Yibo acarició su rostro y sonrió un poquito.- No se trata de eso conejito...

Zhan.- Entonces?... Sabes que sigo aquí...

Yibo.- Lo sé... es solo que me siento preocupado...

Zhan.- Puedo preguntar por qué?

Yibo suspiró de nuevo.- Me preocupa no saber donde demonios se metió tu primo después de que evadió la seguridad del hospital... no sabemos qué está planeando ahora...

Zhan.- Uhmm... así que es eso...

Yibo.- Te parece poco?... Conejito, no sabemos si él causó nuestro accidente...

Zhan suspiró moviendo la cabeza y atrajo a Yibo para recostarlo sobre su pecho. Después de unos segundos en esa posición su cuerpo se relajó y ambos quedaron envueltos en la cobija.

- Necesitamos estar calmados... nada ganaremos así...-dijo acariciando el cabello castaño de su esposo.

Yibo.- Siempre me dices eso pero no sé qué más hacer... me siento frustrado...

Zhan.- Frustrado?... No te entiendo...

Yibo.- Ese día afuera del despacho pude protegerte porque estábamos juntos... si tu primo intenta algo o te causa un daño y no estoy cerca cómo podré cuidarte?

Zhan.- Sabía que dirías eso... así que te tengo una sorpresa...

Yibo se sentó de nuevo y Zhan giró un poco para buscar algo entre los cojines del sillón.- Pensaba dártelo hoy en la noche pero ya que estás tan inquieto, creo que es mejor que lo haga ahora...

Yibo recibió un pequeño brazalete de color rojo con una piedra en el centro.- Ahora el que no entiende soy yo...

Zhan soltó una carcajada.- Mira yo también tengo uno... así que póntelo y préstame tu teléfono...

Tu SilencioWhere stories live. Discover now