Capítulo 35: Eso no se finge

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Zhan giro completamente al escuchar ese suave susurro... observó detenidamente a su esposo esperar la llegada del elevador mientras Ziyi ayudaba a Cheng a entrar nuevamente al estudio. Después de unos segundos Yibo desapareció ante sus ojos y un leve jalón en la manga del saco lo trajo a la realidad.

Ziyi.- Zhan... lo lamento... no pensé que Cheng haría algo como eso... hasta yo me sorprendí... tendré que llevarlo al hospital...

Zhan.- E-está bien...-tartamudeó.

Ziyi.- También llevaremos a tu tía... creo que tiene una baja de presión... esta muy pálida...

Zhan.- De acuerdo...

Ziyi lo hizo voltear hasta que quedaron de frente.- Bueno... ahora ya sabemos todo...

Zhan.- Si... era necesario... por fin se aclararon todos los malentendidos...

Ziyi suspiró.- No todos y lo sabes...

Zhan la miró... puso los ojos en blanco... se recargó en la pared y se sobó con delicadeza el hueso de la nariz.

Ziyi.- Sabes que te tengo mucho cariño... eres como mi hermano y te respeto, por eso me quedé callada todo este tiempo... pero la verdad ya no aguanto la curiosidad...

Zhan.- Sobre qué?

Ziyi.- Nunca piensas en él?... Digo... qué sentiste en al verlo entrar?

Zhan.- Por supuesto que pienso en él... es mas... no hay un solo día en que no lo haga... pero mis pensamientos no han cambiado como tampoco han cambiado los hechos...

Ziyi movió la cabeza.- Y nunca... nunca se te ha cruzado por la cabeza la idea de que puedes estar equivocado?... Por lo que acabo de ver, Yibo no está mintiendo... el te ama...

Zhan negó con la cabeza.- Sobre el engaño no tengo duda... sobre sus sentimientos... puede que sea sincero...

Ziyi,- Y entonces?... Por qué no vas y lo alcanzas... ustedes dos deben hablar...

En ese momento, llegaron los paramédicos de la empresa... de inmediato revisaron a la Tía Yu y solicitaron una ambulancia para llevarla al hospital. Ziyi hizo una mueca de descontento al no poder continuar platicando con Zhan. A los pocos minutos, se llevaron a su suegra y tuvo que acompañarla, pues ellos tres tenían que regresar a la sala de juntas principal. Cheng solo tenía una leve hinchazón en el pómulo... mas tarde se convertiría en un horrible moretón y unos cuantos raspones en los nudillos.

Mientras tanto en la mansión, Zanjin entró corriendo y subió muy deprisa las escaleras hasta llegar a su recámara... buscó con desesperación una maleta y vació los cajones y el clóset. Del cajón del buró, sacó el efectivo que tenía guardado... verificó su cartera corroborando que tenía en su poder todas sus tarjetas. Bajó las escaleras encontrándose con el mayordomo en el estacionamiento.

-Joven... de nuevo sale de viaje?- preguntó confundido.

Zanjin.- Me largo de esta casa...

Mayordomo.- Cómo dice?... No entiendo...

Zanjin.- No necesitas entender estúpido... solo debes saber una cosa... mis primos jamás se saldrán con la suya... de eso me encargo yo...

Mayordomo.- Joven... de verdad no entiendo nada de lo que está diciendo... me parece que debo informarle que su tía está en el hospital...

Zanjin.- Lo que le suceda a esa arpía traidora me tiene sin cuidado... puede morirse si quiere...

Esa última frase dejó sin palabras al mayordomo quien se quedó parado en medio del lugar observando como encendía el auto y desaparecía por la puerta que daba a la avenida principal. Zanjin manejaba completamente nervioso... por su mente pasaban miles de ideas... pero solo un objetivo. Al cabo de unos minutos, llegó a su destino. Se estacionó y bajó la maleta del coche. Presionó insistentemente el botón del elevador hasta que la puerta abrió. Segundos después, encontró el departamento que buscaba.

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