Renacer como Mamá

Capítulo 177- Reina.

Un hombre que trata a su mujer como una princesa, esa es una prueba de que nació y fue criado por una reina.

Ira había construido un muro y se había desconectado de las personas que la cuidaban. Había herido a la persona que la valoraba tanto para que se presentara y la protegiera.

"Lamento mi comportamiento anterior. Realmente lo estoy", dijo Ira con la cabeza gacha. Ira no solo le debe a Vivan una disculpa y una compensación, sino también a su suegra. Cuando alguien te considera su familia y no tienes más que desdén, esa es una herida que no se puede describir.

"No esta vez. Están equivocados ahora." Ira levantó la cabeza. Los ojos de Tara se volvieron cálidos. Sosteniendo una mano sobre el hombro de Ira, le dio unas suaves palmaditas y la miró con afecto.

Con una sola palmada, Ira sintió que todo el peso sobre su hombro desaparecía. Al igual que Vivan, Tara tenía un gran corazón, amable y perdonador.

Cuando abrieron la puerta y entraron en la sala, se rieron de la escena.

Vivan estaba en la silla electrónica, jugando con los controles. Estaba emocionado como un niño al que le regalan un auto nuevo a control remoto. Fue, 'Zoom'. Cuando los vio entrar para lucirse, aumentó la velocidad. Pero no pudo controlar y estrelló el sofá.

"Cuidado."

"Ten cuidado o te romperás la pierna lastimada". Tara Shah dijo mientras chocaba de nuevo contra la cama.

Ira y Tara se miraron y se encogieron de hombros.

"Adelante, choca con cualquier cosa excepto con mis nietos".

Después de un tiempo, aprendió y se acostumbró a todos los controles. Tej había regresado para entonces. Reunieron todas las cosas y se dirigieron a la mansión Rai.

En casa, les esperaba una mesa llena de deliciosa comida. Vivan acababa de salir del hospital con esta comida si no fuera por él, era todo por Ira.

Incluso cuando cenaban, Sia, al igual que Tara, seguían cargando comida en su plato.

"Mamá, estoy lleno".

"De ninguna manera."

"Por supuesto no."

Tanto Tara como Sia hablaron al mismo tiempo. Se sonrieron y colocaron un enorme trozo de carne en su plato.

Ira, de hecho, estaba hablando con su verdadera madre y ambos volvieron la cabeza hacia su llamada. Fue entonces cuando un pensamiento claro pasó por su mente. Nadie tendría más suerte que ella porque tuvo dos madres.

Uno que la dio a luz, y otra que la aceptó sin hostilidad.

Esta era su familia completa.