08. Decisión (Winterwidow)

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Cuando la Unión Soviética se enteró que aquel fiel acompañante del Capitán América no era una chica las risa inundaron el lugar, nadie se imaginó que aquello fuera posible porque todos sabían que era un chico, cuyo nombre era James Barnes. Pero aquello no iba a detenerlos para lograr obtener su arma tan deseada.


No iban a negar que les costó trabajo lograr romperla y transformarla en el soldado del invierno, pero ahora disfrutaban del maravilloso resultado. Tenían la mejor arma y es tan perfecta que se llenaban de orgullo cada vez que llegaba con un buen resultado en sus misiones.


Así que la creyeron capaz de ser instructora en la habitación roja, de entrenar a las chicas y chicos que se encontraban ahí. Aquel futuro lugar en donde estaban creando personas para ser entrenados como armas y ser capaces de usar todo lo que se encontrará a su disposición para acabar con sus enemigos.


Simplemente nunca imaginaron como uno de los chicos de ahí iba a lograr poco a poco romper la programación y lograr enamorar al arma soviética. Después de todo también creyeron que iba a ser una buena arma y hasta llegaron a planear que ambos fueran los pilares. Hasta que sucedió lo inevitable.


Un embarazo. Al parecer algo que olvidaron es que aún si el soldado es un arma continúa siendo una mujer y por ente, puede quedar gestando. Pero aquello no era algo tan necesario de saber.


Y Jane que había pasado demasiado tiempo con Sara Rogers sabía con exactitud los síntomas y como el cuerpo cambiaba cuando albergaba un bebé. No fue difícil darse cuenta de ello.


—No voy a quedarme aquí, Nathaniel, voy a escapar aún si toda mi vida debo ocultarme de ello, pero no voy a permitir que esos bastardos tengan a nuestro hijo. Es mi decisión, joder. —Estaba furiosa, no lo iba a negar. Desde que pudo salir un poco de su programación parte de su personalidad salió y era la mujer más terca que podía existir.


—Nos asesinarán, soldado. Apenas sepan que tratamos de huir nos asesinarán, no correré ese maldito riesgo.


—Entonces, vete al maldito infierno, jodido imbécil. —Se alejó de ahí y salió de la bodega en donde estuvo con el hombre, su cuerpo temblaba de la furia que su cuerpo albergaba.


No planeo quedar embarazada, no fue algo que por su mente pasará. Pero no iba a permitir que obtuvieran a su hijo, sabía de lo que eran capaz y el simple hecho de darles lo que tanto deseaban la ponía enferma. No iba a negar que temía, pero su decisión había sido tomada. Protegería a su bebé sobre su vida, con ayuda de Nathaniel o no.


Su ceño se frunció ante el pensamiento del pelirrojo, la relación que ambos tenían era rara, puesto que ella era la instructora y de alguna forma termino enredándose con el chico. Y el resultado de ello la llevó albergar una vida en su interior, sabía que debía planear su escape de este lugar y sobre todo que fuera rápido antes de que su cuerpo le prohibiera tal cosa.







No sabía como sentirse al descubrir la decisión de Nathaniel, de cierta forma se sentía decepcionada. Nunca espero que aquel hombre que en algún momento estimo fuera a vender a su hijo como si fuera un objeto de intercambio. Las palabras se reproducían en su mente y sabía que su plan tenía que adelantarse.


—Se encuentra gestando, dentro de ella se está formando el futuro soldado de invierno. Alguien a quién pueden manipular desde la cuna.


Al llegar a su habitación tomó sus bocas pertenencias y repasaba por su mente las salidas del lugar. El cómo despistar a los agentes, quizás no lograría salir de aquí, pero valía la pena por su hijo.







20 años después


En los últimos años Nathaniel olvidó por completo lo sucedido en la habitación roja, fue como si su mente hubiera borrado por completo aquellos recuerdos. Ahora se encontraba siendo participe de un nuevo grupo que estaba bajo el nombre de los "Vengadores". De lo poco que recuerda no se siente orgullo de todo lo que fue obligado hacer.


—Bienvenido, agente Romanoff, les presentó a sus compañeros. Iron Man, Hulk, Thor, Clint Barton, el Capitán América, su esposa, Jane Rogers, conocida como el soldado del invierno y por supuesto el hijo de ambos, Buchanan Rogers, conocido como el soldado negro.


Conforme fue presentando a cada uno, comenzó analizar a cada uno de ellos, pero cuando llegaron a la única mujer del grupo, el aire dejó de llegar a sus pulmones y por su mente pasaba todo aquello que sucedió junto a la chica. Pero su vista viajo al hijo de ella... su hijo.


Pero sabía que ya no poseía ningún derecho sobre él... no cuando decidió entregarlo a la Unión Soviética. Pero era como estarse viendo a sí mismo solo que con los ojos del soldado, bueno, de Jane.


—Nos alegramos que haya decidido estar con nosotros.

LyubovWhere stories live. Discover now