20. Fiesta (Winterwidow)

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Nadie se esperaba que sucediera esta fiesta y sobre todo porque hace unas horas Tony había logrado casarse con Bruce, después de haber estado en dos años de noviazgo, sabían que las cosas entre ambos se habían tornado serias solo que nunca imaginaron que era a esa magnitud. Pero tampoco iban a negar que era una gran alegría saber que aquel hombre que una vez creyó que nadie podía amarle ahora se encontraba a un paso del altar.


Bucky se encontraba en una de las esquinas después de haber felicitado a la pareja, simplemente no se sentía en su ambiente. No como hace varias décadas, recuerda que siempre que había una fiesta él participaba, sobre todo por su claro amor al baile.


Ahora dudaba que siguiera teniendo el mismo don que hace unos años y no se creía capaz de acercarse a alguien de aquella fiesta y solicitarle un baile. Ya no era aquel Bucky que Steve conoció.


Su boca se secó cuando observó en la barra a Natasha, se veía completamente bella, con aquel vestido negro que marcaba las curvas que tenía. Sus manos comenzaron a sudar, recordaba que tuvo una historia con ella en el pasado, pero eso no evito que hoy en día esos sentimientos todavía existieran. Apartó la mirada avergonzado cuando Natasha volteó a verlo, aquello solo hizo que una sonrisa surgiera en los labios de la pelirroja.


—James, ¿qué haces tan solo en esta esquina? —Bucky se asustó cuando Natasha apareció de la nada a su lado, mordisqueo su labio inferior mientras pensaba en que contestarle.


—Solo quería estar solo...


—Entonces, ¿me negarías un baile? —Los ojos del castaño se abrieron en sorpresa mientras volteaba a ver a la pelirroja.


—No lo haría.


Aquello hizo que Natasha sonriera y dejará su copa sobre una de las mesas para tomarlo de la mano para dirigirse hasta la pista, en ese momento una canción lenta comenzó a sonar. La pelirroja tomó las manos de Bucky y una la dirigió hasta su cintura mientras la otra estaba sobre la mano de ella, observó como la diestra de Natasha se posicionaba sobre el hombro de él.


Con nerviosismo comenzó a moverse por la pista, su sorpresa fue grande al notar que aún si hace décadas que no bailaba con una dama en una pista, su cuerpo recordaba con exactitud que debía hacerlo. Aquella nueva confianza le permitió disfrutar del momento.


—Para no bailar desde hace tiempo lo haces muy bien, soldado. —Aquello hizo que Bucky riera.


—O quizás sea la compañía.


Natasha no hizo mención de nada después de las palabras que pronuncio, ambos simplemente disfrutaron del baile en silencio. Estuvieron así durante las siguientes dos canciones lentas que siguieron a continuación hasta que Natasha se separó de él con una sonrisa.


—Gracias, lo disfrute bastante.


Y se despidió con un beso sobre los labios de Bucky, dejándolo atontado en medio de la pista mientras ella se iba. Pero aquello solo sirvió para darle esperanza a Bucky, sabiendo que sus sentimientos son reciproco.

LyubovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora