Capítulo 22

12 3 0
                                    

Jacob

Las noches fueron las más tensas, Sheri no paraba de gritar debido a que siempre soñaba lo mismo una y otra vez. Hablamos con su mamá y ella solo mantiene firmeza y seriedad en su rostro.

— Está metiéndose en tu cabeza. – Dice mi suegra.

— Pero... ¿Cómo lo logro? – Le pregunto.

Ambos volteamos a ver a Sheri quien tiene orejas debido a la falta de sueño, pasa una mano por su cabello húmedo.

— El día que fuimos a la casa, solo me senté en la cama y empecé a ver lo mismo que sale en mis sueños. – Dice ella.

— La agarro fuera de base. – Comenta la mamá.

— ¿Qué podemos hacer? – Pregunto.

— ¿Nosotros? No podemos hacer nada. – Dice para observar a su hija.

Me siento inútil al no poder hacer algo, me hubiera gustado hacerlo, pero al parecer no puedo.

— Solo ella misma puede, cada vez que Jodie aparezca en tus sueños bloquéala. No permitas que ella gane. – Prosigue para acercarse a su hija.

Sheri asiente con la cabeza, tampoco ha comido bien.

— Debes comer algo, cariño. – Le digo para acercarme a ella y ponerme en rodillas.

Mis manos viajan por sus piernas acariciándolas.

— No tengo hambre... - Dice en su defensa.

— Eso es imposible, debes tener hambre. – Continuo.

En eso entra mi hermano con su chica tienen una sonrisa de oreja a oreja. Ahora ¿Qué demonios hicieron?

— Nos adelantamos en eso. – Dice mi hermano para dejar una bolsa con comida de Mcdonald's en sus manos.

— Si eso no le abre el apetito no sé qué más puede. – Comenta Adelaide.

Puedo ver el brillo en los ojos de mi chica que sí, definitivamente quiere comer el combo de la Mcdonald's.

Mi hermano le da la bolsa a Sheri y esta saca las cosas que trae adentro, toma algunas papas y las lleva a su boca saboreándola.

— Me indigna ver que comes eso y no comida sana. – Le digo.

— ¿Qué? Al final es comida. – Dice en su defensa.

— Es comida chatarra, no te dará fuerzas. – Le digo.

La tengo en mi regazo, a ella no parece incomodarle ni nada por el estilo.

— ¿Cómo has seguido con los sueños? – Le pregunta Adelaide a Sheri.

— Cada vez son peores... - Responde ella.

— Me hubiera gustado saber que el responsable de esos gritos es mi hermano, pero no es así. – Dice la voz de mi hermana.

Todos nos sorprendemos al verla, ha pasado en su habitación encerrada y de ahí no ha salido. Se qué orden de mis papás no es.

Puedo ver como Sheri se sonroja ante el comentario de mi hermana, pero aun así sigue con su comida.

— Ya quisieras que así fuera. – Dice Travis entre risas.

Su chica suelta una tos seca y eleva una ceja.

— Cierto, encontramos a uno de los familiares que ayudaron en el caso de la familia DeFeo. – Suelta mi hermano.

— ¿Cómo? ¿No es que no había nadie? – Pregunta Sheri dejando su hamburguesa.

— Eso dice mamá, pero logramos encontrar uno, el encargado del museo de los Warren. – Responde mi hermano.

— ¿Qué nos garantiza que podrá ayudarnos? – Cuestiona mi hermana.

— Los Warren ayudaron en el caso, ellos saben más que nosotros. Sabiendo los datos que tienen de la casa podremos estar cinco pasos adelantados que los demás. – Responde mi hermano en defensa.

Nunca imagine que iba a ir al museo de los Warren, no lo negare la curiosidad me gana. Debe ser increíble conocer, pero sé que es un lugar donde el mal se mantiene a raya.

— En ese caso empecemos a salir ya, no tenemos tiempo que perder. – Dice mi hermana.

— Te extrañe, pulga. – Le digo con una sonrisa.

Ella me observa para devolverme la sonrisa.

— También te extrañe, grinch. – Dice ella.

— Bueno, vámonos. – Dice Adelaide para dar media vuelta y salir de la oficina.

— Eso sí, vayan a empacar. Seguramente estemos unos días. – Comenta Travis.

— ¿Cómo? ¿Qué tan lejos es? – Le pregunto.

— Es lejos de Long Island, de eso lo aseguro. – Responde el rubio para salir de la oficina.

— ¿Segura que estas bien? – Pregunta Sheri.

— Todo lo que paso no es tu culpa ¿sí? Era verse que mi abuela iba a querer de las suyas tarde o temprano. No diré que si porque se siente como si te violaran, pero me recuperare. – Responde mi hermana para darle un abrazo.

— Veamos el lado bueno, este viaje nos hará bien a todos. – Comento.

— Los viajes son un papel importante para un licántropo, dudo que lo vaya a encontrar cerca del museo de los Warren. – Dice D

— No pierdas la esperanza, encontraremos una solución con o sin él. Mereces ser libre y feliz, hermana. – Le digo.

Ella asiente con la cabeza para luego acercarse a la puerta.

— Los veo más tarde, tampoco se tarden. – Advierte al final.

Siento como mis orejas toman color por el comentario de mi hermana.

Bastarda esa, no hay un momento en el que no piense con doble sentido.

— Bueno, creo que la comida se acabó. – Comenta Sheri al ver la bolsa vacía.

No me di cuenta cuando se lo comió todo.

— Eres pequeña por fuera pero grande por dentro, cada día me sorprendes. – Le digo con una sonrisa.

Ella suelta una risa para luego recoger todo y votarlo en el basurero.

.

Guardo mis cosas junto con las de Sheri, empacamos lo necesario para el viaje lo que necesitaremos lo compraremos.

— ¿Qué tienen los viajes en un licántropo? – Pregunta Sheri estando en nuestra habitación.

— Cuando se hacen viajes por cierta situación, en el caso del licántropo que no haya encontrado a su compañero o compañera para el viaje. Hay una posibilidad de lo o la encuentre en el camino. – Respondo.

— ¿Crees que aparecerá el compañero de Delancy? – Pregunta.

— Quiero pensar que sí, pero no tengo la menor idea. D cree que no y su instinto no falla. – Respondo para sentarme en la cama.

Hay silencio en la habitación hasta que ella se sienta a mi lado, su cabello rubio esta lacio y me encanta verlo así.

— ¿Qué paso con tu abuela? Tal vez es no es tu historia favorita pero tu familia esconde muchos secretos, Jacob. – Me pregunta.

Se que debo decirle, en algún momento iba a suceder, pero no estaba listo.

Es horrible recordar lo que paso hace casi quinientos años, cuando Delancy estaba pequeña.

Siento culpa y mucha.

Yo debí protegerla, pero no lo hice.


Oscuros SecretosWhere stories live. Discover now