Capítulo 24

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Sheri

En el camino las canciones seguían sonando hasta que cuando llegamos a New Haven suena Wonder de Shawn Mendez, todos la cantamos a puro pulmón hasta que llegamos al hotel. Resulta que Travis y Adelaide ya tenían todo planeado, entramos con nuestras cosas a la recepción, cada uno tiene su habitación. Nos dan las llaves de las puertas para irnos, cada uno a su habitación.

Camino con mi compañero al de nosotros y abrimos la puerta, al entrar es una habitación grande que tiene una cama matrimonial, con un sofá de lado, una televisión y un escritorio. No olvidemos la buena vista que tiene.

— Iré a darme una ducha. - Le digo a Jacob para tomar la maleta con nuestras cosas.

— Esta bien, yo iré a ver a Travis y Adelaide para ver el plan. - Dice en su defensa para irse y dejarme en la habitación.

Por años me han dicho que todas las relaciones están basadas en la comunicación, en la confianza y el respeto. Creo que la confianza esta sobre valorada en estos momentos; mientras busco mi ropa y mi toalla, mi celular suena, lo tomo para ver que es mamá llamándome por lo que respondo la llamada.

— ¿Mamá? ¿Todo está bien? - Le pregunto.

— Si, todo está bien cariño. ¿Qué tal el viaje? - Responde para preguntarme.

— Cansado, ya no recordaba lo que era viajar. ¿No pasa nada si nos quedamos por unos días mientras todo este de cabeza? - Respondo.

— No pasa nada, lo mereces. Eso sí, no olvides lo que debes hacer. - Dice ella.

Bloquear a Jodie de tu mente, de tus pensamientos y sueños.

Es sencillo ¿no?

— Claro, lo hare. Debo irme. - Le digo.

— Esta bien, ten cuidado. - Es lo último que dice para que termine la llamada.

A veces me pregunto cómo hubiera sido mi vida sin la muerte de papá, aún quedaron momentos pendientes, charlas que debían suceder, recuerdos que crear. Solo espero poder superar esto por mi bien y por los que me rodean.

Cuando tengo todo listo lo dejo en la cama para tomar la toalla y meterme al baño.

.

Jacob

Llego a la sala principal donde está mi hermano con su chica, este me da una sonrisa al verme, pero luego se le esfuma al ver mi rostro.

— ¿Paso un huracán o qué? - Pregunta él.

— Cállate. ¿Cuál es el plan? - Responde en defensa para preguntarle.

— Por ahora disfrutar, mañana iremos al museo de los Warren. - Responde

En eso se acerca una mujer bastante atractiva que llama a mi hermano, este se le acerca ya que parece que algo está tramando, pero ese no es mi asunto. Me acerco a uno de los sofás que está en la terraza mientras tomo un chocolate de la recepción, quien va detrás mío es Adelaide. Se queda contemplándome en silencio, esto es raro.

— ¿Hay algo que pueda ayudarte? - Le pregunto.

— ¿Esta todo bien entre Sheri y tú? - Pregunta ella.

Suelto un suspiro.

— Esta dolida o resentida porque no le he contado unas cosas. - Respondo.

La castaña toma asiento y sus ojos verdes me intimidan, pero sé que en su versión de dragón debe intimidar más.

— ¿Sabes? A nosotras nos gustan las cosas claras, que haya confianza independiente de la situación porque el punto es que si nosotras podemos ayudar mejor. - Comenta.

— Si, claro. Olvide que Travis y tu son la pareja perfecta. - Digo con ironía.

Hay silencio en el lugar y se siente el aire tenso.

En eso me doy cuenta lo que dije y me empiezo a arrepentir.

— Lo siento, no quise decir eso...

— Pueda que nos vean sonriendo, siendo felices, pero ninguno de ustedes sabe los problemas que tenemos. No hay pareja perfecta, pero yo soy muy reservada cuando hablamos de problemas y al parecer tu hermano también. - Dice ella en su defensa.

Aquí es cuando me doy cuenta que hay más problemas de lo que pensaba, mi hermano y su chica han tenido problemas.

Me siento como un completo imbécil al pensar que eran perfectos, es claro que nadie lo es.

— Lo lamento, soy un completo imbécil. - Le digo.

— Lo eres, pero se te sabe querer.

No sé si me dolió su honestidad o que me llamara imbécil.

— Ahora déjate de malditos juegos y ve a ser honesto con tu única compañera. - Dice ella.

Lo sentí como una orden y trate de no pensar que lo decía estando molesta, sé que no debo provocar a dragones o druidas. A nadie le conviene.

— Esta bien... Una pregunta, Adelaide. - Le digo cuando me pongo de pie.

Ella eleva una ceja indicándome que le diga.

— ¿Cuál de tus dos especies controlas mejor? - Pregunto.

— Controlo mejor mi lado druida, ya que mamá me enseño, pero mi lado como dragón de la niebla no lo sé aún. No es normal esa especie. - Responde ella.

Asiento con la cabeza para luego dar media vuelta y dirigirme a la habitación que comparto con Sheri.

Mi mente hace muchas vueltas de cómo debería hablar con Sheri, si estuviera en su posición seguramente hubiera actuado igual que ella.

Quien diría que esa dragona tiene razón, espero que mi hermano y ella resuelvan sus problemas. No me quiero imaginarlos peleados, eso sería imposible.

Cuando entro a la habitación veo a mi chica ya vestida con su cabello húmedo, me acerco a ella para tomarla de la cintura y traerla a mí.

— ¿Y eso? ¿Está todo bien campeón? - Pregunta ella sorprendida de mi movimiento.

— Lo lamento, sé que no me has presionado y te lo agradezco. - Respondo mientras la observo.

Ella baja la mirada.

— No pasa nada, aquí nada es forzado. - Dice ella.

Mi mano viaja por su barbilla para hacer que alce la mirada y me observe.

— Debes saber la verdad, no importa que. Ya es hora. - Le digo para llevarla a la cama y tomar asiento.

Ella se quiere sentar a mi lado, pero la tomo de la cintura para ponerla en mi regazo.

— ¿Estás seguro? ¿Quién te hizo cambiar de opinión? - Pregunta.

— Si, lo estoy. Una castaña que intimida con su lado dragón que me llamo imbécil. - Le respondo dejando lo último con humor.

Sheri se ríe porque sabe perfectamente de quien hablo.

En eso que pienso decirle, entra mi hermana a la habitación.

— Espero no interrumpir algo morboso. Hermanos, nos vamos a una discoteca. Todos. - Dice mi hermana a la perfección recalcando el "todos"

Elevo una ceja y veo a mi compañera.

— ¿Quieres ir? - Le pregunto.

— Si, merecemos distraernos un poco. - Responde.

— Bien, entonces busquemos algo para ir a la discoteca. - Le digo.

Mi hermana sale con una sonrisa satisfecha de la habitación. Sheri y yo empezamos a buscar prendas que podríamos llevar a la discoteca, la ventaja es que llevábamos algo.


Oscuros SecretosWhere stories live. Discover now