Capítulo 26

11 2 0
                                    


Jacob

Cazadores.

Debí imaginarlo por como miraban a Adelaide con las chicas, pero debía hablar con mi hermano para saber que sucedía. Ahora nos apuntan con sus armas como si eso fuera a intimidarnos.

— ¡Danos a la chica y nos iremos! – Grita el jefe.

Observo a mi hermano quien tiene una mirada de miedo, pero está dispuesto en romper huesos si es necesario. Sino actuamos con cuidado alguno de nosotros saldremos heridos.

La respiración de Adelaide esta acelerada y eso no es buena señal.

Escucho como una ropa se comienza a romper, observo hacia la dirección de mi hermana y la veo transformada en su lado licántropo, su cabello café oscuro la hace verse hermosa y sus ojos cafés claros. Debo admitir que es preciosa.

— No les vamos a dar nada. Solo váyanse de aquí. – Dice Travis en un tono firme y protector.

— Ella no te pertenece, se verá muy bien su piel de dragón en mi oficina. – Dice el jefe del grupo.

Esto hace que la castaña ahogue un grito, debe ser repugnante que quieran cazarte por tu especie para que al final agarren tu piel como decoración para una oficina.

Una niebla mágica invade el parqueo, los árboles en nuestro alrededor están con la niebla. Realmente parece una película de terror o de Halloween, la niebla llega hasta Adelaide su cabello castaño oscuro se vuelve blanco perlado y sus ojos verdes se vuelven gris acero. Su ropa se rompe cuando su piel se va convirtiendo de un blanco perlado con alas de gasa que centellean como láminas de hielo reluciente, sus escamas brillan en la noche. Podre estar en mi forma de lobo que admiro la belleza de dragón que es la chica de mi hermano y sé que no soy el único.

— Nunca había visto antes un dragón así... - Dice uno de los que aporta el arma sin aliento al ver a Adelaide.

— Es un shader, no son cualquiera. – Responde su compañero que está a su lado.

¿Un qué? ¿Un shader?

— ¡En guardia! – Grita y ordena el jefe.

Hasta dolor de cabeza me da ese señor cada vez que grita.

Mi hermano hasta convertido el pelaje de su lobo es negro y sus ojos grises lo hacen verse aterrador en cierto punto. Con un chasquido de dedos de parte de Adelaide la niebla avanza hacia el grupo de cazadores y los presentes, ella susurra unas palabras provocando que la tierra tiemble.

— ¡Disparen! – Grita de nuevo el señor.

Súbete. – Le digo a Sheri usando el lazo.

¿Qué? – Pregunta ella.

Si no estaba en sus cinco sentidos con el alcohol, ahora menos lo estará con lo que está pasando.

Que te subas a mi lomo. – Le ordeno.

Ella hace caso y se sube a mi lomo.

¿Qué piensas hacer? – Me pregunta.

Irnos, debo sacarte de aquí. – Respondo.

Observo a mi hermano quien me asegura que todo estará bien, no quiero dejarlo en el peor momento y sobre todo con cazadores. Me alejo del parqueo corriendo dejando atrás a los demás, debemos perderlos para que no nos siguen.

¡Regresa! No podemos dejarlos solos. – Me pide Sheri.

Tu vida estaría en juego y eso no esta discusión. – Le digo.

¿Y la de los demás no? No podemos dejarlos. – Dice ella.

Se que mis hermanos saben defenderse y confió en Adelaide. – Es lo único que digo.

Sigo corriendo para ir al hotel donde nos hospedamos, la noche esta fría. Trato de correr lo más rápido para poder llegar, aunque puedo escuchar cómo va la pelea. Llegamos a la parte de atrás del hotel, No podía entrar al lugar estando desnudo y por supuesto imagine que mis hermanos podrían llegar en cualquier momento por lo que Sheri se adentró para buscar prendas para poder vestirnos. A los minutos llegan los demás ilesos.

— Espero que no regresen. – Dice el rubio molesto.

— Adelaide ¿Estás bien? – Le pregunto.

Al parecer recibió un corte en su brazo izquierdo, su piel va tomando el color humano sin embargo aún quedan escamas de su lado dragón. ¿Cuánto se tarda en regresar a la normalidad?

— Si, es solo una cortada. Se sanará, recuerda que soy druida también. – Responde ella con una sonrisa.

— Usaste ambas especies en ese momento. – Comenta mi hermano sorprendido.

La cara de la castaña se sonroja al recibir el comentario.

— No sabía que era posible, pero lo logre. – Dice en defensa.

— ¿Cómo diablos supieron que estábamos acompañados con un dragón? – Pregunta mi hermana rompiendo el momento.

— Las estaban vigilando en la discoteca. – Respondo en un tono molesto.

Todavía sigo molesto por como actúo, nunca había visto a mi hermana en ese estado, pero tendré el momento de hablar con ella.

— Deberíamos intentar pasar la noche, mañana pensaremos en algo. Lo más seguro es que intentaran encontrar nuestra ubicación. – Dice mi hermano interrumpiendo.

En eso llega Sheri con las prendas de nosotros cuatro, las tomamos y nos vestimos para después adentrarnos al hotel e ir a nuestras habitaciones. No tenemos tiempo que perder

— ¿Y tú auto? – Pregunta Sheri a mi hermano.

— Ya vamos a dejarlo en el olvido. – Responde.

Observo a Adelaide y puedo saber que el auto de mi hermano quedo trisas.

Cada uno se fue a su habitación, de mi parte solo saco lo necesario y decido tomar una ducha, dice que bañarse relaja en cuerpo. En ese caso, lo necesito.

— Lo siento. – Dice ella.

— ¿Por qué? – Le pregunto.

— Porque sé que no me comportado como debería, actuó como una niña impulsiva y lastimo a las personas. – Responde.

Tiene mi atención en este momento, dejo mi toalla en la cama.

— En serio lo siento, cariño. – Dice ella.

Suelto un suspiro, estoy agotado, pero no pienso lidiar con todo esto. Todos cometemos errores y eso es lo que nos hace humanos.

— No te preocupes. – Le digo acercándome a ella.

— ¿Seguro? – Pregunta.

Mis manos se posan en su cintura y sus manos alrededor de mi cuello.

— Si, solo te voy a pedir una cosa. – Respondo.

— ¿Qué cosa? – Pregunta.

— No lo vuelvas hacer. – Respondo.

— Hecho, tendré más cuidado. – Dice para darme un beso en la mejilla.

— Bien, iré a tomar una ducha. – Le digo para soltarme de su agarre y tomar mi toalla.

En eso suena el celular de Sheri, ella parece confundida pero aun así contesta.

— ¿Mamá? – Pregunta en la llamada.


Oscuros SecretosWhere stories live. Discover now