4. Bosque

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La chica de cabello rosa apareció en las afueras de la cabaña y vislumbro la luz que iluminaba el interior de la estancia. Camino tratando de ser sigilosa, sin embargo, unos metros antes de llegar a la puerta, está fue abierta por su dueño. Ella le regalo una pequeña sonrisa que no fue devuelta, al contrario recibió una mirada de reproche por parte de aquel hombre.

- ¿Qué haces Dora? - preguntó el castaño - hoy no es buen momento para recibir visitas.

- No podía dejarte solo - respondió en un susurro y de inmediato su cabello cambió a un café oscuro.

El hombre suspiro y no dijo nada más, pues no la haría cambiar de opinión. Ella se acerco a él y lo abrazo, aunque no quería, le devolvió el abrazo y aspiro el aroma a fresas que Dora desprendía de su cabello. La amaba, claro que sí, pero su condición le impedía ser completamente feliz, él no era normal y jamás lo sería...

Afuera el cielo estaba oscuro y la luna se escondía tras unas nubes. El viento soplaba meciendo las ramas de los árboles y a lo lejos se escucho el ulular de una lechuza...

La pareja terminó de comer lo que la chica había llevado, el reloj marco las 22:00 hrs y en ese momento, la luna hacia su aparición, llena y majestuosa...

Remus sintió el llamado, su cuerpo comenzó a convulsionar y sus pupilas se dilataron, el dolor se apodero de cada parte de su cuerpo y pronto el raciocinio desaparecería dando paso a su lado más salvaje.

Nymphadora hizo el amago de acercarse pero él aún con resquicios de su cordura, traspaso la ventana rompiendola y se interno en la profundidad del bosque que rodeaba la cabaña...

Lo último que sus ojos vieron fue los trozos de la ventana volando por toda la estancia, su corazón latía muy fuerte, se debatía si seguirlo o esperar a que la fase terminará. Está era la primera vez que ella presenciaba su transformación y tuvo miedo, no de que él pudiera lastimarla sino por él mismo, si alguien lo lastimaba o si lastimaba a alguien, la culpa lo carcomeria.

Sin darle más vueltas al asunto, Dora, salió por la puerta internandóse también en el inmenso bosque. A unos metros de donde ingreso, encontro un sendero con árboles a ambos lados, camino atenta a cualquier ruido o indicio que le indicará donde podría estar Remus. Conjuro un lumus para ver mejor por donde iba, está consciente de su torpeza y no quería salir con más moretones.

No supo por cuánto tiempo anduvo, pero llegó a un claro, había un lago en cuyas aguas se reflejaba la luna, ahí tomo un descanso sin bajar la guardia. El ruido de una rama al romperse la hizo volver su mirada a la izquierda y ahí lo vio.

La enorme bestia la veía fijamente con sus ojos negros, ella no se movió, él dio unos pasos hacia adelante. Su pelaje gris brillo cuando la luz de la luna lo iluminó. El licantrópo la observaba detenidamente mientras se acercaba hasta ella.

A unos pasos de distancia, ella le hablo.

- Remus, soy yo, Dora - el animal ladeo su cabeza como queriendo comprender lo que decía aquella chica de cabello rosa.

Cautelosa fue acortando la distancia y cuando lo tuvo cerca, este mostró sus dientes más no la ataco, sino que la olfateo...

Él conocía ese aroma, era el mismo aroma de ella, el mismo que emanaba de la amortentia... Fresas, ese aroma evocó una parte de su lado humano y supo de inmediato que aquella chica frente a él era su Dora...

Se colocó en cuatro patas, y se acerco a ella cual si fuera un cahorro en busca de cariño, Nymphadora se dejo caer en la tierra y acaricio la cabeza del lobo, mientras reposaba en su pierna...

- Nunca más estarás solo, Remus, siempre estaré a tu lado...

- Nunca más estarás solo, Remus, siempre estaré a tu lado

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Fictober 2020Onde histórias criam vida. Descubra agora