Astoria admiraba el Bosque Prohibido desde lo alto de la Torre de Astronomía, se veía más tenebroso que de costumbre pues una densa neblina lo cubría, el aire frío sopló haciendo que el cabello castaño de la chica se revolviera y un escalofrío le recorriera la espalda. Hizo a un lado el libro de Runas Antiguas que estaba leyendo, no podía concentrarse en estudiar, no cuando, en su mente se repetía la imagen de Ronald Weasley besando a Lavander Brown.
Flexiono las piernas y se abrazó a ellas, para mitigar un poco el frío que sentía, tuvo entonces, ganas de llorar por aquel amor no correspondido, Ron sólo la veía como la pequeña amiga de su hermana Ginny.
Un trueno retumbo a lo lejos seguido de un relámpago, al parecer iba a llover...
No quería resfriarse por eso tomó sus libros y decidió irse a su sala común. Bajó las escaleras y recorrió los pasillos, encontrandóse con algunos alumnos que ya habían terminado de cenar...
Otro trueno aún más fuerte resonó haciendo que la chica se sobresaltara, las tormentas no eran sus favoritas sobretodo si eran con truenos y relámpagos. Apresuró el paso, quería la seguridad de su cama con la sábana tapandole hasta la cabeza...
Dobló la esquina que llevaba al muro donde se encontraba la entrada a la sala común de Slytherin y se llevó una sorpresa al ver de pie recostado al muro a Ron.
- Hola Ron - saludo la castaña - ¿qué haces por aquí?
-Yo quería hablar contigo - dijo en tono nervioso - quería saber si tú, ¿podrías ayudarme con algo? - preguntó el pelirrojo.
- Claro, dime en que puedo ayudarte - dijo con una sonrisa que se desvaneció en cuanto escucho lo que Ron quería.
- Ginny, me contó que tienes muy buen gusto para escoger joyas, pronto será el cumpleaños de Lavander - explicó - tengo algunos galeones guardados y quería comprarle un collar o unos aretes. ¿Tú podrías ayudarme a escoger algo bonito? - expectante esperó la respuesta de Astoria.
La Slytherin sintió que su corazón se comprimía y se rompía un poco más, sintió escozor en sus ojos, parpadeo tratando de alejar las lágrimas que pugnaban por salir. Tragó saliva para deshacer el nudo que se le había formado en la garganta.
- Con mucho gusto te ayudo - dijo al fin - esté sábado podemos ir a Hogsmeade y comprar el regalo para tu novia.
- ¡Muchas gracias! - él le dio un beso en la mejilla y se despidió de ella.
Astoria lo vio irse por el pasillo y las primeras lágrimas brotaron de sus ojos, un trueno hizo eco en sus oídos y su corazón latía contra su pecho muy fuerte...
Unos brazos la envolvieron y por fin el llanto contenido brotó como brotó la lluvia del cielo gris; incontenible y frío...
- Hermanita, él no merece tus lágrimas, ni el amor que sientes - dijo Daphne que había escuchado la breve charla entre el Gryffindor y su hermana - vamos a la cama, estás helada - sin decir una palabra, Astoria se dejo llevar por su hermana.
Su hermana tenía razón, él no merecía su amor, pero contra eso no podía hacer nada, era algo que se escapaba de sus manos... Su corazón le pertenecía a Ronald Weasley aún cuando el de él le perteneciera a otra...
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