Abrió los ojos y en sus labios se formó una sonrisa cuando a su mente acudieron los recuerdos de la noche anterior, una noche muy especial junto a alguien muy especial. Se dio la vuelta y el otro lado de la cama estaba vacío, seguramente su esposo había salido...
Se levantó y salió al balcón donde la brisa cálida la recibió meciendo sus rizos castaños, sus ojos se deleitaron con aquella majestuosa vista; el inmenso mar Egeo con sus aguas cristalinas y las casas cúbicas encaladas, siempre soño con visitar Santorini y ahora su sueño se hizo realidad.
Sintió unas manos colarse en su cintura y un beso en su mejilla, volvió a sonreír disfrutando de aquel abrazo.
- ¿Quieres desayunar? - preguntó el rubio.
- Creó que prefiero pasar al postre - dijo ella, dándose media vuelta para quedar frente a él.
- Me parece una buena idea - acotó para luego atacar sus labios.
El fuego de la pasión se encendió de nuevo, su piel se erizo y vibró con cada caricia que él le daba, su corazón latío contra su pecho a un ritmo acelerado, su respiración fue jadeante y como un torbellino el clímax arrasó con todo a su paso...
- Te amo - le dijo al oído.
-Yo también te amo - respondió ella.
Con él la vida era mejor... Con ella se sentía el más afortunado... Y juntos tendrían un futuro lleno de amor y felicidad...
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