23. Noche

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Harry estaba recostado sobre una pequeña pendiente muy cerca del sauce boxeador, veía absortó el cielo estrellado, su mente estaba llena de confusos pensamientos y se sentía extraño volver al castillo luego de la guerra.

Suspiró y el viento le revolvió un poco el cabello, cerró los ojos y por un instante a su mente acudió una imagen, era una chica de pie en lo alto de la Torre de Astronomía, era una imagen difusa y no supo quién era aquella chica.

No se sorprendió pues desde hace algún tiempo ha venido teniendo ese tipo de ¿visiones?, la verdad es que no sabía explicar que eran esas imágenes, eran reales, eran alucinaciones, no lo sabía. No le ha comentado nada a sus amigos pues no quiere preocuparlos, suficiente tienen ya, Ron con la pérdida de su hermano y Hermione con la búsqueda de sus padres.

Siguió observando el cielo, y mentalmente comenzó a contar las estrellas...

Era algo tonto pero eso lo relajaba, de niño le ayudó a aislarse de los gritos de su tío Vernon o de los berrinches constantes de Dudley, y en el exilio para la búsqueda de horrocruxes le ayudó a mantener su mente despejada.

Extendió sus brazos pues se los sentía un tanto entumidos de tenerlos bajo su cabeza desde hace rato, estiró los dedos y puso su mano con la palma abierta hacia arriba, de pronto, sintió frío y un vacío inexplicable. Cerró su mano e imaginó que entre ella había otra mano más pequeña, estilizada y de piel muy suave...

Negó con la cabeza y se dijo que aquello era una estupidez, tal vez la falta de sueño ya le estaba pasando factura, debía descansar y hoy tomaría una poción para dormir, no le gustaba ingerirla pero cuando llevaba semanas sin conciliar el sueño era necesaria.

Se levantó y metió sus manos a los bolsillos del pantalón, caminó de regreso al castillo, los pasillos ya estaban vacíos de alumnos pues la cena había pasado hace más de dos horas, seguro ya todos estaban en sus salas comúnes metidos en sus camas...

Él hizo lo mismo, llegó ante el retrato de la Dama gorda, dijo la contraseña y se fue directo a su habitación. Ron y Neville ya estaban dormidos, trató de hacer el menor ruido posible mientras se cambiaba la ropa, sacó de su baúl uno de los viales de poción para dormir y se lo tomó de un trago.

El líquido hizo efecto casi de inmediato, llevándolo al mundo de los sueños, en donde nuevamente la chica misteriosa aparecía...

De lo que Harry jamás se enteró fue, de que mientras contaba estrellas unos ojos azules lo observaban con nostalgia, escondidos bajo las sombras de la noche...

De lo que Harry jamás se enteró fue, de que mientras contaba estrellas unos ojos azules lo observaban con nostalgia, escondidos bajo las sombras de la noche

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