Capítulo 1

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-Te apuesto algo a que puedo durar casada un tiempo-le dije a mi hermana Ana- obviamente sin enamorarme, ¡¿que van a tener idea los supuestos "expertos" a cerca de quién puede ser correcto para mí?!
Ana me miró y se rió.
-Lali, sos humana, puede que te pasen cosas con la persona que aparezca en tu vida-ella suspiró- veremos que pasa, suerte en esta especie de reality show
-Gracias-le sonreí y terminé de guardar mis cosas, tenía que hacer la valija porque en tan solo un día estaría caminando por un pasillo vestida de blanco, lo que siempre odié, solo lo hacía para demostrarle a mi hermana que podía afrontar por tan solo un momento una gran responsabilidad, recién había cumplido dieciocho, Ana creía que era demasiado inmadura para todo, pero le demostraría lo contrario.
Terminé de ordenar y guardar cosas, tres valijas hice, Ana me miró divertida.
-¿Qué?-quise saber.
-Cuando nuestros papás se enteren que te casas mañana con un desconocido te van a querer matar-ella se rió.
-Ya soy mayor de edad-me encogí de hombros- lo lamento por ellos, pero yo tomo las desiciones de mi vida
Ana asintió con la cabeza y suspiré, llamé a mis amigas cuando mi hermana se fue.
-Cande, Euge, Mery-las nombré una por una- mañana me caso-sin anestesia, directa a lo importante, ellas se quedaron estáticas mirándome en estado de shock.
-¡¿Qué?!-se escandalizaron todas.
-Con un desconocido, es porque tengo que cumplir una apuesta, van a poder verme en un reality show-empecé- se llama Boda a primera vista
Ellas empezaron a hablar entre ellas nerviosas.
-¿Estas segura La?-quiso saber Cande-tenes que demostrar que sos madura, pero esto que estas haciendo es impulsivo, inmaduro
-Voy a ser por un mes una buena esposa-insistí.
-Odias estar atada a personas, nunca te duran los novios, sos la persona más liberal que conozco y vas a vestirte de blanco-Mery me interrumpió y suspiré.
-No hay vuelta a atrás, voy a casarme-puse punto final.
Eugenia se quedó mirándome.
-Vas a enamorarte-soltó de la nada- vas a negarlo, pero te va a pasar, viste que yo tengo algo de bruja, eso es lo que percibo
-Si si-ignoré lo que me dijo- ahora sí, ¡¿me hacen una despedida de soltera como la gente?!
Eso fue todo lo que bastó para que me disfrazaran, salí semi desnuda a caminar por la calle junto a mis amigas, fuimos a bailar y tomamos mucho alcohol, últimas horas de la Lali liberal y aniñada.

Me desperté con un dolor de cabeza tremendo, corrí a vomitar y después me tomé una pastilla.
-¿Que hora es?-le pregunté a Eugenia que estaba semi dormida, ella miró su reloj.
-Las once-anunció y entré en pánico.
-¡A las doce tengo que estar para que empiecen a arreglarme!-empecé a vestirme rápidamente, no encontré la ropa así que me puse el disfraz de la noche anterior.
Caminé hasta el auto de Candela, ella arrancó, todas parecíamos salidas de un loquero, estábamos despeinadas, con cara de resaca y maquillaje corrido.
Cuando llegué a la puerta del hotel me presenté en la recepción y me miraron mal.
-¿Mariana?-quiso saber el hombre de la recepción y asentí con la cabeza- piso seis, te están esperando
Le agradecí y mis amigas vinieron conmigo, nos subimos al ascensor y empecé a tener chuchos de frío.
-Tengo un sueño-confesé.
Cuando llegamos al piso seis se abrió la puerta y las personas que me iban a arreglar se quedaron estáticas, claro, yo estaba vestida de enfermera sexy.
-Hola... Soy Mariana Esposito-me presenté- y voy a casarme hoy..
Todas las personas presentes asintieron con la cabeza.
-Llamen a mis papás y díganle que me voy a casar-le dije a mis amigas.
-Lali es tu primera responsabilidad, decirle a tus papás que te vas a casar, van a matarte..-empezó Eugenia y me reí.
-No tengo tiempo para hablar con ellos ahora, tengo que empezar a prepararme-me excusé, en realidad estaba evadiendo hablar con ellos, uno siempre puede hacerse tiempo para todo.
Mis amigas asintieron con la cabeza y se alejaron.
Me di una ducha larga, me quedé pensando en que por un mes mi vida cambiaría, tendría que esforzarme mucho para no ser quién realmente soy, eso no encajaría con ser una buena esposa.
-Mariana-me llamaron después de que me puse un camisón- vamos a maquillarte-sonó a una orden.
Me senté frente a un espejo y empezaron a maquillarme, muy formal para mí, les pedí que me maquillaran los labios de rojo, por suerte accedieron, un poquito de mi personalidad quería agregar, mi detalle personal.
Me puse un vestido que elegí casi a ciegas, en realidad lo eligió Eugenia junto a Candela, me consultaron si me gustaba pero ni lo miré, me daba igual.
El vestido tengo que reconocer que era lindo, no era mucho mi estilo pero era lindo.
Cuando quedé lista y me miré al espejo se me formó un nudo en la panza.
-¿Lista?-me preguntó Candela mirándome, asentí con la cabeza- tus papás llegaron, no están nada contentos
-Ya van a ver que puedo afrontar responsabilidades-insistí y Candela asintió con la cabeza.
Había un salón decorado para la boda, me quedé detrás de la puerta que se abriría, mi papá se acercó para llevarme hasta el altar.
-¿No estas enojado conmigo?-quise saber y él asintió con la cabeza.
-Pero ya tomaste tu decisión, solo me queda acompañarte en esta locura-suspiró y lo tomé del brazo.
La música empezó y abrieron las puertas, empecé a sentir como el nudo de mi panza se hacía más pesado, empecé a caminar y retrocedí los pasos que había dado, entré en pánico, me fui.
Mi hermana Ana se acercó a mí, yo me puse a llorar en silencio.
-Lali nadie te obliga..-ella me abrazó.
-Ana es mi oportunidad para demostrarle a todos que no soy más quién creen que soy-suspiré y me sequé las lágrimas con la mano- así que pienso casarme, aunque me de miedo
Me puse de pie con ayuda de mi hermana y la música volvió a sonar, caminé por la alfombra sosteniendo a mi papá del brazo, él estaba preocupado.
Todos me miraban de manera extraña, había hecho el papelón del siglo.
Cuando llegué al altar y levanté mi mirada lo vi, a mi futuro esposo, tenía ojos verdes y un lunar, por un momento se me fue el aire, me parecía intimidante.
-Mariana Esposito, él es Juan Pedro Lanzani, Juan Pedro Lanzani, ella es Mariana Esposito-nos presentaron.
-Decime Lali-rompí el silencio.
-Peter-él se presentó, otra vez se hizo el silencio, no lo soporté.
-¡¿Pueden casarnos ya?!-le pedí a la persona que estaba por decir unas palabras- vamos al punto
-Tengo que decir unas palabras Mariana-me interrumpió- hoy estamos aquí reunidos para celebrar el matrimonio de Juan Pedro Lanzani y Mariana Esposito..-empezó a hablar e hice oídos sordos, me perdí evaluando cada rasgo de mi futuro esposo, él parecía atento a la ceremonia-¿acepta a Mariana Esposito como su esposa?
Esa parte sí la escuché, lo miré atenta.
-Acepto-él asintió con la cabeza y me miró con una seriedad que me desesperó.
-Mariana Esposito, ¿acepta a Juan Pedro Lanzani como su esposo?
Se acabaría momentáneamente mi soltería, pensé y suspiré.
-Acepto-solté esas palabras y me desconocí.
-Los declaro marido y mujer, pueden besarse
Los dos nos quedamos mirándonos sin saber que hacer, Peter iba a besar mi mejilla pero fui más rápida que él, lo besé en los labios, un beso corto que me dejó sorprendida, la suavidad de sus labios me habían dejado algo aturdida.
-No iba a..-empezó él y me miró a los ojos- no lo creo correcto porque no nos conocemos
Así que es un hombre correcto, que aburrido.
-Conmigo son mis reglas-me impuse y todos empezaron a aplaudirnos, Peter se me quedó mirando desafiante.
-Conmigo son MIS reglas-contraatacó y me quedé desconcertada, él me agarró de la mano y la estiró mientras le sonreía a todos los presentes, las cámaras del reality nos filmaban, ¡¿en que me había metido?!

A primera vistaWhere stories live. Discover now