Epílogo

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Cuando Allegra llegó a nuestro ruidoso mundo todo se volvió mejor.
Nació prematura, era chiquita como yo, así que nos quedamos en el hospital unos días más, mis papás junto a mis amigas fueron los primeros en visitarla, seguido de los amigos de Peter.
Al llegar con nuestra hija a la casa que habíamos elegido, ésta se volvió más alegre.
-Amo que su habitación esté llena de colores y no del clásico rosa-elevé mis cejas, Peter me sonrió, besó mi frente y cerré mis ojos, entramos a la habitación ya que nuestra alegría se había despertado de la siesta.
Peter la cargó en sus brazos y empezó a hablarle, a veces solo le decía cosas sin sentido para entretenerla, yo moría de amor.
Descubrí en Peter a una persona sumamente tierna, amorosa, con una santa paciencia, supo tenérmela el resto de mis meses hasta la llegada de Allegra.
¿Que más puedo decir? Es el mejor papá del mundo, se desvive por Allegra, ella sin tener un año, solo tres meses, lo tiene en su bolsillo, lo compró apenas abrió sus ojitos.
Allegra tiene mi nariz, mis pestañas, el color de ojos de Peter y su tranquilidad.
-La que te esperaba si salía a mí...-lo molesté, él se rió acunando a nuestra hija, tiempo después me la dio para que le diera la teta, él se quedó en un rincón de la habitación mirándome maravillado.
-Dicen que tener un hijo te cambia la vida pero.. Juro que ahora sí lo creo-él asintió con la cabeza, le sonreí, Allegra se volvió mi abrojito, íbamos juntas a todos lados, incluso mi taller-es tan chiquita Lali
-Ya creció un poco, pero sí, tiene mi tamaño-asentí con la cabeza, besé una de sus manitos y ella me observó tomando la teta con sus ojazos, una ola de sensibilidad me inundó y me puse a llorar en silencio.
Allegra me tocó la cara cuando la cargué para mirarla mejor.
-¿Que pasa La?-quiso saber Peter preocupado, acuné a nuestra hija y lo miré a los ojos- no me asustes...
-Nada, que soy tan feliz Peter...-lloriqueé sensible- si alguien me hubiese dicho que esto iba a pasar me hubiese reído con ruido.. Pero pasó mi amor, dejé mis miedos atrás y soy feliz de haber formado una familia, porque no somos más dos.. Somos tres.. ¡Jamás deseé formar una familia Peter! Pero casarme con vos y tenerla a Allegra me cambió para bien...
Peter también se emocionó y apoyó su carita sobre mi hombro abrazándome por atrás.
-Estaba tan negado a todo pero... Siempre voy a estarte agradecido de que hayas sido una ruidosa de la vida como para sacudir mi mundo-volteó para decírmelo mirándome a los ojos, elevé mis cejas coqueta.
-¡Ay Peter Lanzani! Me pones nerviosa...-me reí dejando atrás mi estado emocional, Allegra nuevamente me tocó la cara y Peter se rió- alguien quiere participar de la conversación, ¿no que papá es el más bueno y dulce del mundo?
Nuestra hija nos miró con detenimiento como si estuviera realmente prestando atención a lo que le decía.
-Yo no entiendo porque salió tan pacífica...-solté una carcajada, Peter me sonrió alegre.
-Acá el que salió ganando fui yo, igual.. Algo me dice que cuando crezca va a volverme loco-Peter me miró divertido.
-Ya te vuelve loco nene, solo que no estás siendo consciente-lo molesté para después terminar acercándome, lo besé pausadamente, reiteradas veces, Peter se dejó besar rendido.
Allegra volvió a dormirse y se nos ocurrió llevarla en un carrito hacia la oficina de Peter, él tenía que pasar por ahí.
Cuando llegamos le sonreí a Belen que me tenía pánico, Peter se rió cuando entramos a su oficina.
-Sos terrible-observó y elevó sus cejas- lo digo enserio...
-Soy terrible y estoy terrible, sos afortunado de haberte casado conmigo-me importó poco tener a Allegra durmiendo, después de poner el seguro de la puerta me senté sobre las piernas de Peter-¿no tenías que buscar nada, no?
Adiviné, él se hizo el pensativo.
-En realidad...-empezó a hablar y lo besé, él agarró mi cara entre sus manos sin dejar de besarme, fue un beso furioso, apasionado, pero lleno de amor, cuando todo se estaba descontrolando Allegra hizo lo que nunca, se puso a llorar.
Con Peter nos separamos y nos reímos, me acomodé mi corpiño y fui hasta donde estaba nuestra hija.
Otra vez tenía hambre así que nos quedamos sentadas en el sillón, Peter no pudo evitar reírse, lo miré.
-Y decís que no es terrible, ahora creo que lo es.. Nos interrumpió La-Peter me miró a los ojos divertido.
-Entonces sí es digna hija mía...-besé la frente de Allegra.
Después del intento fallido de rememorar viejas épocas en la oficina volvimos a nuestra casa, nuestro nidito de amor.
-Peter me volví tan cursi que me desconozco...-le comenté mientras le mostraba un video de Allegra que le había mandado a mi mamá- me volví melosa, mira la voz de tonta que hago
-Solo te volviste más humana de lo que sos, siempre fuiste sensible aunque mucho no lo demostrabas, pero.. Ganaron los sentimientos y acá estamos...-Peter me agarró del brazo atrayéndome a su cuerpo, nos abrazamos.
-¿Vamos a dormir ahora?-quise saber, Allegra dormía nuevamente.
-¿Queres dormir?-preguntó el sorprendido y negué con la cabeza, una sonrisa se asomó por mis labios y me puse a correr hacia nuestra habitación, Peter corrió detrás mío y cuando me encontró me besó, caímos sobre la cama y por fin tuvimos nuestra revancha, Allegra esta vez no nos interrumpió.
Peter se quedó haciéndome caricias en la cara, yo lo observé en silencio.
-La la land-me llamó, le sonreí, me gustaba ese apodo-te amo
El cuerpo entero se me aflojó, había pasado tiempo desde haber descubrido el estar enamorada de Peter pero seguían pasándome cosas intensas.
-También te amo Peter Lanzani-él sonrió y se le achinaron los ojos, nos besamos y rozamos nuestras narices, me apoyé, acomodé todo mi cuerpo sobre el suyo y cerré mis ojos sintiendo paz, tenía todo lo que no había soñado y ahora era mi todo.
A primera vista lo vi, nos casamos, pasó poco tiempo y me enamoré, ahora somos familia, ahora volví a creer en que en el mundo pude haber colores rosas, en definitiva colores.

A primera vistaWhere stories live. Discover now