Capítulo 17

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Peter me miró con seriedad y se me formó un nudo en la garganta, hasta que finalmente habló.
-No... No quiero ilusionarme Lali-me pidió y mi en mi interior entré en pánico.
-No puedo prometer que vaya a estar todo bien, solo... Quiero darnos una gota de fe-me sinceré y agarré sus manos con las mías-se que los dos tenemos muchas cosas por trabajar pero se que me removés cosas Peter, eso tiene que significar algo, aunque odie decirlo me pasan cosas, ya me hice la pelotuda por mucho tiempo
Peter Lanzani me fulminó con la mirada y después suspiro, me acercó a su cuerpo para abrazarme.
Estábamos sumidos en un abrazo lleno de carga emocional hasta que fuimos interrumpidos.
-¿Hola? Hola Candela-ella nos molestó elevando sus cejas, me puse vergonzosa, yo, Lali Esposito la persona que nunca se intimida-¡estas bordó La!
-Callate estúpida-me reí y negué con la cabeza- Peter Lanzani, Candela Vetrano, ahora se conocen, Cande hoy esta sobria
Candela me miró mal, después le sonrió a Peter.
-¡Al fin te conozco!-ella estaba encantada con que los haya presentado- me habló mucho de vos
Le clavé mi codo, ella se rió.
-Tranquila Lali, yo también hablo con mis amigos de vos-se confesó Peter, lo cual me dejó sorprendida, él se rió por mi cara que era un poema.
-¿Café Peter?-ofreció Candela, ella estaba alegre.
-Ojalá pudiera, pero tengo que ir a la oficina..-se lamentó- bastante que pasé por acá, pero quería conocer el lugar en el mundo de Lali
No pude evitar sonreírle.
-Nos vemos otro día entonces, con mi novio Andres, ¡y felicidades por el bebé a bordo!-y ella tenía que decirlo, quería estrangularla con mis dos manos, ella se volteó para después sonreírme a mi, estaba disfrutando el molestarme.
Peter saludó a Candela y se fue, apenas nos quedamos solas me abalancé sobre ella.
-Estúpida, tarada, todas las cosas que dijiste-me quejé putendola en todos los idiomas más o menos, ella solo estaba tentada de risa.
-Me pareció muy tierno el abrazo.. Y todo lo que dije digamos que fue verdad y lo dije a modo de venganza, me aplicaste la ley del hielo el otro día, no me hablaste en toda la tarde...-me recordó y suspiré, tenía razón.
-Perdón por eso...-me acerqué a ella y nos abrazamos, me puse a llorar-hormonas de mierda
Ella me secó las lágrimas y me miró con ternura.
-Boluda, ¿sos consciente? Vas a tener un bebé, con una persona que se nota que te quiere...-ella me sonrió, volví a abrazarme, la dejé.
-No... Y trato de no pensar mucho en eso, porque cada vez que me acuerdo siento que me va a agarrar un infarto-me sinceré.
-Drama queen-me molestó Candela riéndose de mi- no se porque pero te veo buena mamá, ¿querías demostrar tu madurez? ¡Ahí tenes! La prueba de fuego
Nunca lo pensé así... ¿Y si el destino quiso que así sea? Negué con la cabeza, suspiré.
-Pongámonos a trabajar por favor-puse orden y fui en busca de mis telas.

Decidí terminar antes para ir a lo de Peter, cuando llegué fui amable con todos aunque tenía el humor trastornado por las hormonas, quería gritarle a todo el mundo y al mismo tiempo ponerme a llorar.
Caminé entre la multitud, era un edificio muy moderno.
Me paré frente a la secretaria de Peter que me miró como siempre, mal, pero hoy yo no tenía paciencia.
-¿Algún problema?-fui frontal, ella estaba archivando papeles por orden alfabético, los agarré y me puse a ordenarlos, obviamente todos mezclados, se los di y la fulminé con la mirada- Belen, ojalá la energía entre las dos cambie... A lo mejor eso no va a pasar nunca, llamá a mi marido-resalté el "mi"- que lo vine a  ver, seguro quiere verme y a...-no dije nada, solo me acaricié la panza, ella se quedó prácticamente con la boca abierta, sonreí cantando victoria, lo llamó enseguida, la dejé muda, no me dijo nada de nada, solo habló para decirme que pase.
-Sos tremenda-Peter contuvo la risa- te estuve mirando por la cámara... ¿Fue eso un ataque de celos?-elevó sus cejas y rodeé su cuello con mis brazos, negué con la cabeza.
-Fue un ataque hormonal y tal vez un poco de lo que decís, tal vez...-como me costaba admitir la verdad en algunos casos, si de aplastar mi orgullo se trataba.
Peter Lanzani me besó con dulzura y rocé mi nariz con la suya.
-¿Viniste a persuadirme para que no trabaje?-Peter se rió, me senté sobre su escritorio siguiéndole el juego.
-Tal vez...-me reí y después me puse de pie- pero no te gusta que te distraigan..-le robé un beso y me fui dejándolo solo, cuando salí Belen me siguió con la mirada hasta que me fui del piso.
Me subí al ascensor y me encontré a los socios de Peter.
-¡Hola!-me saludó Victorio.
-No se si te acordas de nosotros..-me dijo Agustín.
-Soy memoriosa-les sonreí, estaba deseando irme al departamento para tirarme a dormir.
-Me gusta el carácter que tenes..-Victorio se acercó demasiado cerca y Agustín puso una mano entre los dos.
-Está casada con Peter-le recordó- en fin, nada, quería decirte que me encantó conocerte
-Lo mismo digo-los saludé con la mano cuando llegamos a la planta baja.
Estaba el chofer de la empresa, así que me subí al auto y le pedí que fuera al departamento.
¿Victorio había intentado seducirme? Negué con la cabeza, suspiré, tenía otras cosas más importantes en lo que pensar, para empezar bajé a una librería y compré el libro "Qué se puede esperar cuando se está esperando", libro que mencionan en la película de Lindsay Lohan, según leí en la reseña dice que prácticamente es la biblia para las embarazadas.
Embarazada, esa palabra me abruma, me da escalofríos, me genera pánico, pánico real.
Como me dijo Candela: "¡Ahí tenes!, la prueba de fuego".
Llegué al departamento y bajé, me senté en el sillón y agarré en libro, lo ojeé , cerré mis ojos, tantas cosas para aprender, volví a abrumarme.
Al cabo de un rato llegó Peter, colgó su traje y me miró, yo estaba dormida, se sentó a mi lado y comenzó a dejarme besos por la cara, abrí mis ojos y lo vi, le sonreí.
-Qué se puede esperar cuando se está esperando-leyó el título y dejó el libro sobre la mesa- ¿leíste tanto que te aburriste?-me molestó y le pegué con la mano suavemente, agarré su cara con mis manos, lo besé reiteradas veces, estaba sintiendo una necesidad sobrehumana y extraña que no me pasó nunca, necesitaba hacerle muestras de afecto, hace tanto no me pasaba algo igual.
Peter me sonrió y se le achinaron los ojos.
-Me gusta verte sonreír...-me sinceré, le acaricié suavemente la cara, él apoyó su frente con la suya- todo este tiempo percibí que sufriste... Creé que no quiero hacerte daño, pero yo que se, no se puede prometer todo en esta vida..
Peter suspiró
-Yo no quiero hacerte daño, es como vos decís, no se puede prometer todo...-me besó la comisura de mis labios- sí sufrí...-me confesó, primera vez que me lo dijo, lo aceptó- sufrí mucho... Sufrí mucho tres veces... Y eso me dejó con miedo, como vos... Que tenes tus miedos...
Seguíamos cerca, lo miré a los ojos.
-Podes hablar Peter, no soy la compañera que vos elegiste para la vida, soy un desastre de persona, pero me importas, quiero escucharte, necesito escucharte, tenemos que tirar la barrera hacia abajo-le pedí suplicante, sus ojos se llenaron de lágrimas- puedo escuchar lo que sea

A primera vistaWhere stories live. Discover now