Capítulo 3

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La productora del programa hizo que nos mudáramos a un departamento enorme, todo equipado, moderno, un sueño, evidentemente era más grande que mi pequeño departamento.
-Esposa-me llamó Peter para dejarme pasar primero por la puerta, sospechaba que me decía así solo porque me molestaba.
Por suerte él cargó todas mis valijas y no tuve que hacerlo, empezó a deshacer las suyas y se puso a guardar todo en el armario.
-¿Enserio vas a guardar todo?-lo miré sorprendida.
-¿Pensas dejar todo en la valija?-él me miró inexpresivo-la base de un matrimonio es relajarse y tratar de que funcione
-Así que sabes de matrimonios, ¿acaso alguna vez te casaste?-solté para molestarlo y él no me respondió nada, me ignoró y siguió guardando ropa en el armario, supuse que sí, una piedra como él consiguió casarse con otra persona, poco creíble, pero posible, todo es posible en la vida.
En esta le hice caso y empecé a deshacer mi valija, guarde todo como pude, no era buena ordenando, pero hice mi mayor esfuerzo, Peter se dio cuenta de eso y me hecho una mano.
-Gracias...-me quedé mirándolo por un momento, el verde de sus ojos era hermoso, él es una persona atractiva.
-No hay de qué-se alejó dejándome sola, se puso a recorrer el departamento- esta tan vacío, le falta vida..
Justo él, hablando de vida.
-¿Que le falta?-quise saber y me acerqué a su lado.
-Color, recuerdos, fotos... Algún que otro abrigo colgado en una silla-él sonó profundo cuando dijo eso- quiero algo así para mí, para mi vida
-Para nuestra vida-le corregí y me sorprendí de mi misma, cambié de tema- nos van a filmar todo este día y.. Nos vamos a tener que ir de luna de miel-le recordé, él suspiró y asintió con la cabeza.
-Cierto.. Pasa que tengo en mi cabeza la idea de que tengo que volver a mi rutina de trabajo..-empezó a hablar en idioma chino más o menos, todo sobre su trabajo, me aburrió- te aburrí, ¿no?
-La verdad que sí-siempre tan sincera, él elevó sus cejas y por primera vez me sonrió, tan lindo puede ser cuando sonríe.
-Entonces tenemos que separar algo de ropa de todo lo que guardamos-observó.
-Eso parece-asentí con la cabeza.
Eso hicimos, por la tarde nos pusimos a jugar a las cartas como dos señores mayores, juego que obviamente eligió él.
-No puede ser que tengas veinticinco, pareces una persona de cien-lo molesté y él se puso serio, sentí como el clima se enfriaba.
-Vos... Vos pareces más chica-soltó y no supe si era bueno o malo- tu actitud frente a todo, la vida..
-Yo.. Voy a demostrarte que puedo ser una persona madura-suspiré, se me fueron las ganas de jugar- sabes, voy a ponerme a cocinar para hoy a la noche
Me puse de pie y me dirigí hasta la cocina, revisé todo porque no encontraba nada, claro, no estaba en mi departamento, ¿o sí?
Encontré harina, levadura, aceite y sal, me puse a hacer masa para pizza, Peter se acercó y se quedó observándome.
-No te quedes mirando, cortá un tomate, algo-le di un cuchillo y una tabla, le tiré un tomate que llegó a atajar.
Peter se me quedó mirando detenidamente, para sorpresa mía me hizo caso, al fin.
Dejé descansar la masa y después la puse en el horno, luego le puse el queso y los vegetales.
-Rico rico-dije cuando llevé la pizza a la mesa- logré cocinar, ¡ya me puedo casar!-me reí- cierto, ya estoy casada..
Me celebré yo sola lo que había dicho, Peter se puso a comer.
-Rico-aceptó y asintió con la cabeza- fue un buen trabajo en equipo
-Solo cortaste un tomate-elevé mis cejas, iba a sonreírme pero en lugar de eso tomó de su cerveza.
-No te entiendo...-me sinceré- no logro descifrarte
-¿Eso es bueno o malo?-quiso saber, me miró a los ojos como si le importara mi respuesta.
-No lo se... Solo se que vas a tener que abrirte conmigo, para que haya confianza y.. Podamos llevar adelante los días-agarré mi cerveza y tomé un poco-mucho alcohol estos dos días, tengo que cuidar a mi hígado
Él asintió con la cabeza.
Me ayudó a levantar la mesa y pusimos todo en el lavavajillas, nos metimos en la cama temprano porque tendríamos que madrugar para ir al aeropuerto y tomarnos un vuelo a nuestro destino sorpresa, nuestra luna de miel nos esperaba.
Cuando me metí en la cama él apagó la luz de su mesita de luz, apoyé una mano sobre su espalda para llamarlo y decirle algo pero recordé la distancia que ponía conmigo, eso tendría que cambiar, urgentemente, no iba a poder tolerar un mes casada con un iceberg.

A la mañana siguiente los del canal de televisión nos filmaron hasta que nos subimos al avión.
-México-leí en el pasaje una vez dentro del avión, elevé mis cejas mirando a Peter que estaba algo perdido, miró por la ventana-¿pasa algo?
-No.. No-él negó con la cabeza.
La asafata hizo el protocolo para seguir en caso de que se estuviese cayendo el avión.
Peter se aferró al asiento con fuerza, cerró sus ojos cuando el avión empezó a moverse, me sorprendió su reacción, sin pensarlo demasiado me encontré sosteniendo su mano con la mía para darle calma, él me la sostuvo fuerte hasta que el avión terminó de subir, su cara era de desesperación.
-Perdón.. Siempre me pasa esto.. Hasta cuando vuelo por trabajo-él miró por la ventana, estaba ido.
Agradecí cuando nos trajeron la comida, estábamos en primera clase, cortesía del programa.
Comí y noté que Peter ni había agarrado los cubiertos, así que le puse mi cubierto frente a su boca, él se quedó mirándome.
-Abrí la boca-le di una orden, él me hizo caso y comió lo que le di- tenes que comer si queres tener sexo furioso conmigo, necesitas energía-bromeé y lo hice reír, música para mis oídos, si hay algo que amaba en esta vida era hacer reír a la gente.
Peter comió un poco y después intentó dormir, confianzuda me apoyé sobre él y lo tomé de la mano para que se calmara.
-Dormí media hora por lo menos-suspiré y cerré mis ojos.

Llegamos a México, en el hotel nos recibieron con mariachis y un trago, chocamos nuestras copas con Peter y bebimos, fuimos a la recepción, nos registramos y nos dieron la llave de nuestra habitación, cuando entramos me tiré sobre la cama y posé sexy.
-¡Yo se que deseas este cuerpo!-posé para hacerlo reír-mejor vamos a la playa a tomar algo de sol, pienso ponerme una bikini, si queres mirar podes mirar sino dejame sola..
Optó por dejarme sola y encerrarse en el baño para ponerse su traje de baño, aburrido.
Cuando él salió del baño yo ya estaba cambiada, ni siquiera me miró, iba a tener un trabajo más que difícil.
-Vamos-Peter me mostró por donde salir a la playa-el de la recepción me dijo que hay que caminar por acá
Caminamos un poco más y llegamos a la orilla, habían pocas personas, el hotel estaba alejado de los demás hoteles, era exclusivo.
Puse una toalla sobre la arena para no quemarme, me puse de rodillas y le di mi protector solar a Peter.
-¿Me pones?-le pedí y él no pudo negarse a eso, empezó a pasarme por la espalda y cuando llegó a la cintura paró, después lo hizo, me puso protector-falta la cara
-Eso podes hacerlo sola..-Peter rió.
-No.. Si me lo pongo yo a lo mejor termino rallada como una cebra-me encogí de hombros, Peter de mala gana empezó a pasarme protector por la cara, lo hizo con cuidado, detalladamente, mirándome, su mirada me quemaba, ¿o era el sol?
-Gracias-le sonreí y me acerqué a su espacio personal invadiéndolo, me puse protector en las manos y lo toqué empecé a pasárselo por la espalda, su cuerpo desprendía aroma a perfume importado- vas a quedarte rojo si no te cuidas...
-Vos te olvidaste de pasarte en.. La panza y..-no pude seguir.
-Los pechos, lo se..-reí- estaba esperando que vos lo hicieras-sincera siempre, lo dije un poco en broma para hacerlo reír, lo logré.
-No vas a rendirte hasta que te toque un poco, ¿no?-él me sonrió.
-Disfrutas el no tocarme, pero vos no sabes lo que podrías disfrutar haciéndolo-se la tiré, lo dejé sorprendido.
-Esa boca que dice estas cosas..-él me la miró y después subió la mirada para mirarme a los ojos.
-Juan Pedro, te guste o no soy tu mujer, estamos casados, estamos de luna de miel, y si pensas que solo voy a estar recorriendo y mirando paisajes te equivocas-lo miré desafiante y él se quedó estático- soltate Peter, tocame, hace algo
Puse sus manos sobre mis pechos, él tenía protector solar en ellas, se quedó mirándome desconcertado, se alejó y cuando estaba por ponerse de pie lo agarré del brazo haciendo que cayera sobre la arena, nos quedamos mirándonos, él me miró la boca, lo noté, se estaba resistiendo, entonces hice lo que él no se animaba a hacer, y lo besé, lo besé pero él estaba duro como una piedra.
-Lali no-me pidió desconcertándome a mi-¿podemos ir más despacio?
-Peter es solo un beso-lo miré a los ojos.
-Es que no es solo un beso-esas palabras salieron de su boca y no entendí si era bueno malo, solo se que me descolocaron.
Asentí con la cabeza, me pasé el protector sobre mis pechos, noté la mirada de Peter sobre mi nuca, ¿que le había pasado a Peter Lanzani para resistirse tanto a mí?

A primera vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora