Capítulo 5

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Cuando desperté vi el sol que entraba por la ventana, giré pero Peter Lanzani no estaba al lado mío, ¿había sido un sueño la noche anterior?
Él se asomó con traje de baño y una remera, había salido de la ducha, tenía el pelito mojado, me saludo con la mano y a la distancia, me puse de pie y me acerqué, besé su mejilla.
-Hola-nos quedamos mirándonos a los ojos- estoy muy despeinada, ¿cierto?
Me toqué el pelo, él asintió con la cabeza y me lo acarició, fue una caricia veloz pero tierna, sobre todo viniendo de él.
-¿Vamos a desayunar? Hoy tenemos una excursión a los cenotes-me contó.
-¿Los qué?-no entendí que dijo.
-Cenotes, son cuevas subterráneas en las cuales hay agua-él me sonrió, disfrutó el estar explicándome algo-espero a que te cambies y vamos a desayunar
-Dale-agarré mi bikini, ropa y me encerré en el baño, definitivamente había soñado la noche anterior.
Desayunamos hablando tonterías, ¿porque era tan serio? Quería zarandearlo hasta hacerlo reír, suspiré y traté de remarla casi yo sola.
Nos pasaron a buscar y nos llevaron hasta la puerta principal de un parque, nos dieron trajes de buzo y patas de rana, también cascos con luces y un palo.
-Tienen que sostener todos el mismo palo y caminar en fila, voy a ir diciéndoles si hay pozos o para que lado tienen que caminar, va a estar todo oscuro, solo van a poder ver con las luces del casco-nos dijo el guía y empecé a entrar en desesperación.
-¿Podemos volver?-le pedí a Peter.
-No me digas que te da miedo..-él se burló de mí-algo que a Lali Esposito le da miedo
-Lo desolado me da miedo.. Parece ser un lugar bastante desolado-empecé y el guía nos dio la señal para entrar a la cueva, sentí el frío en mis piernas cuando entré al agua.
-Ahora vayan todos a la derecha, avísenle al que tienen atrás suyo lo que le digan los de adelante-el guía estaba delante mío.
-A la derecha-le dije a Peter no muy convencida, él hizo lo mismo para la persona que estaba atrás suyo.
Seguí caminando y noté el color del agua, era algo extraña, era como turquesa, era un lugar muy raro.
-Vamos a hacer algo, apaguen todos sus luces-nos pidió el guía, lo hicimos y sentí una especie de escalofrío, no me gustó la experiencia, me dio miedo, se sentía tan frío, silencioso, al principio me asusté pero después me di cuenta que la mano que me sostenía era la de Peter- enciendan las luces
Rápidamente lo hice y cuando se hizo la luz seguimos caminando siguiendo las ordenes.
-Pueden nadar un poco-nos dijo el guía y me sentí insegura- no es profundo por acá
Peter se acercó y estiró uno de sus brazos para que yo agarrara su mano, lo hice, estábamos en una cueva, junto a unos pocos turistas que no nos conocían, me acarició una mejilla y me quedé pensando que mierda se le estaba pasando por la cabeza.
Y me besó, calmó toda mi ansiedad, mi miedo, el vacío que sentía estando bajo tierra, por un instante me sentí enterrada pero viva, pero gracias a Peter dejé ese pensamiento de lado, se apartó de mí y acarició mis labios con uno de sus dedos.
-Ahora vuelvan para seguir caminando el fila-nos pidió el guía y nos acomodamos nuevamente.
Cuando salimos de la cueva respiré aire fresco y nunca me alegré tanto de eso, sonreí alegre, dejamos los trajes de buzo, las patas de ranas y los cascos, cuando estábamos por irnos del lugar nos dijeron que nos habían sacado una foto, nos acercamos y notamos que nos habían capturado dándonos un beso.
-La llevamos-Peter habló por los dos-¿qué?-se quedó mirándome- te dije que no me gusta un departamento vacío, sobre todo sin fotos
Que él quiera una foto nuestra me sensibilizó, ¿estaba apostando a nosotros?
Traté de que nada me ilusionara, el hecho de que él me haya besado, o haya querido una foto nuestra para poner en un portarretratos, portarretratos que decoraría nuestro hogar, nuestro departamento.
Me subí a la camioneta en el asiento trasero junto a Peter, eran algunos kilómetros hasta el hotel.
-¿Te gustó?-quiso saber- es un lugar bastante particular
-Lo es.. No se si me gustó o... No-le fui sincera, él se contuvo, no me sonrió, solo se quedó jugando con mi pelo nervioso- gracias por.. Por tu apoyo estando ahí abajo..
-No hay de que.. Solo.. Se que se siente que algo te de miedo-él suspiró- te paralice..
Peter se quedó perdido hasta que lo abracé, ahí él no supo que hacer, noté que algo le había pasado para ser como era, que se reprimía a muchas cosas por algo, traté de relajarlo entonces lo solté, no quería incomodarlo, pero me sorprendió cuando me devolvió el abrazo, poco a poco estábamos empezando a rozar nuestras pieles, a entender al otro, darle su espacio, siempre se me dio mal eso, entender que a veces hay que dar espacio personal y no invadirlo.
Peter se quedó dormido sobre mi hombro ya que el viaje era largo, cuando llegamos bajamos de la camioneta y hacía un calor tremendo, me fui sacando la ropa para terminar caminando hacia la playa.
-¡Lali el protector!-Peter me avisó- vas a terminar roja como un tomate
Segundo día de luna de miel: Peter Lanzani se preocupó por mi y se acordó de decirme que me proteja del sol.
Intenté pasarme el protector yo sola pero necesité ayuda, él me lo pasó por la espalda y sentí una especie de carga eléctrica en el aire.
Me acerqué a un carrito después de agarrar plata y compré dos tragos, le di uno a Peter que elevó sus cejas.
-¿Queres embriagarme?-me preguntó haciéndose el sorprendido- no comimos todavía, nos va a caer pésimo..
-¿Qué es de la vida sin un poco de alegría?-me senté a su lado y bebí un poco-¿sabías que tuve resaca el día de nuestra boda, no?-confesé y él asintió con la cabeza.
-Seguro tuviste una despedida de soltera-él acertó-¿o me equivoco?
-Estas en lo correcto-asentí con la cabeza-¿vos tuviste una despedida de soltero?
-Yo no lo llamaría así, me junté a comer sushi con mis dos más amigos-me contó.
-Sushi, que fino-lo molesté y se asomó una sonrisa sobre sus labios, me dieron ganas de besarlo, pero lo recordé, tiempo al tiempo-¿te gustó el trago? Pedí una caipi aunque no estemos en Brasil
-Este trago nunca pasa de moda-coincidió y bebió-fuerte
-Cuando me fui de viaje de egresada con mi curso a Brasil me compré una caipi y lo tomé sin haber almorzado, terminé en un estado de alegría suprema comprando tonterías en la playa-le conté- los vendedores se reían de mí
Peter se rió y negó con la cabeza.
-Espero que no se repita-rogó y elevé mis cejas bebiendo de mi trago frente a su cara.
-Podes detenerme... No permitir que compre tonterías, que haga el ridículo...-elevé mis cejas nuevamente, estaba provocándolo, corrompiendo su seriedad.
-Pero no serías vos..-él soltó esas palabras y empecé a darme cuenta de que estaba empezando a entender como era yo, lo cual me dio ternura, le hice una caricia en el hombro y me aparté procurando no molestarlo, él se me quedó mirando-Lali gracias
-¿Porqué?-lo miré desconcertada
-Por la paciencia-sus ojos se achinaron porque empezó a darle el sol en la cara, le puse mi sombrero.
-A vos, por tenerme paciencia a mí-le sonreí, terminé de beber el trago de corrido y al cabo de un rato me di cuenta de que me había pegado, Peter estaba igual de tonto que yo, así que ambos terminamos bebiendo otro y decidiendo que tonterías comprar para nuestro departamento, compramos anteojos de sol truchos, un vestido para mi, un sombrero para él, un pañuelo para la playa y recuerdo que decían: Playa del Carmen, Mexico.
-Basta-le dije- no nos va a entrar todo en la valija-traté de ponerme firme y terminamos riéndonos, tan lindo era verlo reír, música para mis oídos- mejor vamos a comer así se nos pasa esto..
-Mejor-Peter coincidió y nos fuimos, abandonamos la orilla para sentarnos en el restaurante de la playa, el barman nos invitó otra ronda de caipiriñas- esperemos a la comida
Me dijo cuando estaba por seguir bebiendo.
Pedí una hamburguesa completa y Peter una triste ensalada cesar.
Le metí una papa frita en la boca.
-¡Viví un poco Juan Pedro! Comé lo que quieras, tratá de no reprimir tus deseos-él se me quedó mirando con detenimiento ahora serio, como si alguna realidad lo hubiese golpeado-¿dije algo malo?-me preocupé, él negó con la cabeza.
-No Lali... Está bien que me digas que viva, a veces me olvido de eso, de que estoy vivo-eso que me dijo me tocó, ¿que le pasó a Peter Lanzani para creer que no está vivo?
Me acerqué para abrazarlo pero me agarró un mareo.
-Está potente el efecto del alcohol-traté de ponerle humor al asunto- mejor no bebo más por hoy...
-Yo tampoco-él me imitó en eso, cuando volvimos a comer me robó una papa, siguió comiendo lo suyo y no pude evitar sonreír.

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