Capítulo 22

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-Peter....-suspiré, él se dio cuenta de que algo andaba mal- no quiero preocuparte, pero lo vi a Miguel
Él se volvió completamente serio, se tiró prácticamente sobre mí.
-¡¿Estas bien?!-se alteró, no entendí porque tanta alteración, asentí con la cabeza-¡¿como?!
Sostuve de las manos a Peter para tranquilizarlo, tomé aire y lo solté.
-Está en mi edificio, donde está mi taller, tiene su oficina nueva...-asentí con la cabeza, ahora Peter tenía la mirada perdida.
-¡Es un hijo de puta!-soltó de la nada y me sensibilicé porque jamás lo había visto así, Peter lo notó y trató de controlar su enojo, me abrazo, me envolvió con sus brazos- no vas a volver ahí..
-¡Peter es mi lugar en el mundo! Es donde trabajo, soy feliz ahí...-quise defenderme y él puso su mano sobre mi boca.
-No sabes donde estás parada, cerca de la boca del lobo, sos muy inocente Lali-Peter suspiró-y amo esa inocencia que tenes, pero si Miguel está ahí no vas a saber darte cuenta de varias cosas, es persuasivo cuando quiere..
Vi a un Peter Lanzani completamente distinto, protector, preocupado y enojado, eso me desconcertó bastante.
-Voy a llevarte y buscarte todos los días, no salgas de tu piso-me pidió, asentí con la cabeza- prometemelo
-Lo prometo-le acaricié el pelito, Peter chocó su frente con la mía y recorrió una de mis mejillas con los dedos de su mano-no entiendo porque tanta desesperación, es tu hermano..
-Miguel... A Miguel lo internaron lejos por mala conducta en un psiquiátrico, está mal Lali, no quiero que esté cerca tuyo, me preocupo, ¿no me puedo preocupar?-me hizo esa pregunta y me quedé mirándolo, no daba crédito a lo que me había contado.
-¿Solo te preocupa eso?-quise saber y suspiré, asintió con la cabeza-todo va a estar bien, como te dije soy una mujer con carácter, fuerte, nada ni nadie puede contra mí-elevé mis cejas para hacerlo reír, para cortar la tensión, Peter se aflojó y me abrazo.
-Cuidate Lali...-me susurró en el oído y después besó mi frente detenidamente, no pude evitar sonreír, amaba su calidez, la dulzura que últimamente manejaba.
Peter esta vez pidió delivery de hamburguesas, él, la persona más estructurada comió una hamburguesa, no pude evitar reírme.
-Esta es mi comida la mayor parte del tiempo, siempre me saca del apuro...-le conté mientras comía papas.
-Comes muy mal-él observó.
-Lo se, pasa que vivo corriendo porque llego tarde a todos lados-elevé mis cejas, lo hice reír, estiré mis brazos para agarrar sus manos con las mías.
-Peter.. Gracias por esta... Nunca se preocuparon mucho por mi, mis papás me tuvieron muy adolescentes, son aún medio que adolescentes, por algo salí medio así-ambos nos reímos- se que no tengo un límite, pero puedo cambiarlo..
Peter puso los dedos de su mano sobre mi boca.
-No cambies.. Me encanta de vos como sos... Aunque seas un remolino que viene y arrasa con todo, aunque a veces me cueste seguirte el ritmo... Sos como sos, y no me gustaría que cambies-Peter me dijo eso mirándome a los ojos y no pude evitar emocionarme, entonces me dieron ganas de decir algo que se me ocurrió, me vino del alma, quise decirle "te quiero" porque así lo sentía, pero tuve miedo, me lo reprimí.
Él me acarició una mejilla y cerré mis ojos, estaba entregada, ahora mi corazón estaba en sus manos.
Peter me cargó y me llevó a la cama para dormir, me estaba quedando dormida sentada, me besó la frente y me quedé aferrada, abrazándolo.

Faltan tres días para que el experimento social finalice, no puedo evitar ponerme ansiosa, esa fecha me genera ansiedad, que va a decir Peter, que voy a decir yo.
Terminé de arreglarme para ir a trabajar, Peter me llevó a mi taller y subió conmigo hasta el piso de mi lugar, saludó a Candela para después irse.
-Que amor Peter que te trae-Candela me sonrió.
-Es un amor, pero hoy vino por otro motivo..-suspiré-¿te acordas de Miguel?
-¡Como para no olvidarlo!-a ella le salió del alma.
-Digamos que él es una persona especial, tiene una doble cara..-le conté- y Peter lo odia, se odian.. Entonces vino para asegurarse de que no me lo cruce
-¿No está un poco obsesionado?-Candela quiso saber y suspiré.
-No lo se...-agarré cosas para terminar de coser el vestido.
Estaba haciéndolo cuando sonó el timbre del taller, Candela se había ido a comprar café, lo vi.
-Hola..-me saludó Miguel como si nada-¿puedo pasar? Traje algo para que desayunes
-¿Envenenado?-me salió atacarlo- no gracias
Miguel se rió y negó con la cabeza, tenía unos dientes muy blancos.
-Solo de buena onda, somos vecinos ahora.. Somos familia, sos la esposa de mi hermano-elevó sus cejas- solo quiero ser buena onda Lali
-Mariana-le corregí cortante, él estaba siendo todo encantador como me dijo Peter.
-Mariana-él me llamó-¿que te dijo Peter? ¿Que salí rehabilitado de un psiquiatra? Siempre dice eso... Él no aceptó nunca que yo haya llegado a su familia, era el nene único, hasta que llegué yo y me convertí en su hermano mayor
-Entonces, ¿porque la empresa la heredó Peter?-quise saber y él suspiró.
-No lo se, decisión de nuestros papás, a los recuerdo con tanto amor-él pareció mostrarse triste-espero que algún día me dejes pasar así tomamos un café, algo, me contas de vos..
-No gracias-otra vez fui cortante, estaba por cerrarle la puerta en la cara cuando él la sostuvo con la mano-¿podes irte?
-No seas así... No me conoces, no podes juzgadme sin conocerme, es lo mínimo que podes hacer-él suspiró y me sonrió- esta vez me voy...-se acercó y me besó la mejilla, me paralicé, no supe que responder.
Al cabo de un rato llegó Candela con los cafés.
-¿Lali que pasa?-quiso saber, se acercó hasta donde yo estaba.
-Miguel... Tiene su versión, distinta a la de Peter, mi marido me avisó que podía inventarme cosas, me dijo que soy muy inocente para darme cuenta, no se si lo que escuché hoy es verdad o no..-me sinceré angustiándome, Candela me abrazó, nos quedamos así un rato largo.

Finalmente terminé el vestido, tengo que admitir que quedó hermoso.
Peter pasó a buscarme y me la pasé gran parte del viaje en silencio, igual le hablé un poco para que no sospechara que algo había pasado, quería cuidarlo de la realidad para que no se alterara.
-¿Tenes algún antojo?-quiso saber.
-Ahora que lo decís sí... Quiero helado-decidí que lo mejor era cambiar de aire, dejar de pensar, además se me antojó algo dulce.
Peter cambió el rumbo del camino para ir a una heladería, le pedí mis sabores preferidos y nos sentamos en el banco de una plaza.
-Te gusta el chocolate blanco.. El mejor es el negro-me peleó divertido, no pude evitar sonreírle, me di un besito chiquito.
-Sí.. Me gusta... Me gusta que vayas aprendiendo lo que me gusta-me sinceré, él elevó sus cejas.
-Me gusta... Descubrirte, tratar de descifrarte..-él me miró a los ojos.
-Así que.. ¿Soy un acertijo?-quise reírme, lo hice.
-Lo sos...-asintió con la cabeza- nunca se con que vas a salir
Me acerqué a su boca y mordí sus labios, en público, Peter se volvió bordó.
-Estas loca-me dijo divertido, Peter Lanzani estaba relajado.
-Eso ya lo sabes.. Creo que si lo hubieses sabido no te habrías casado conmigo-elevé mis cejas y nos reímos.
-No lo se... Creí que éramos muy distintos-él estaba siendo cien por ciento transparente conmigo.
-Tenemos más en común de lo que crees...-asentí con la cabeza mirándolo a los ojos, él me abrazó y me apoyé sobre su hombro, suspiré, no me estaba gustando ocultarle algo, pero era para liberarlo, no asustarlo, Peter no merecía más estrés, más dolor, no lo merecía.

A primera vistaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt