Capítulo 23

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Faltan 2 días para que finalice el experimento social, no puedo creer lo rápido que pasó el tiempo y lo rápido que uno puede desarrollar sentimientos profundos.
-¿Todo pasó en cuantos días?-elevé mis cejas preguntándole a Candela que estaba concentrada seleccionando telas para confeccionar una blusa.
-Veintinueve días-me informó-bajó un cambio tu intensidad, te casaste y vas a tener un hijo, ¿que cambio más puede haber antes de que todo termine?-me estaba molestando, se rió en mi cara- estas viviendo la vida que nunca creí que tendrías, lo digo porque siempre te la diste de liberal, nunca quiero casarme me dijiste, y solo para joder te metiste en esto, te enamoraste..
Ella dejó de buscar solo para sonreírme, me acerqué y la abracé con todo el cuidado del mundo.
-Sos la hermana que nunca tuve-le sonreí y asentí con la cabeza.
-Soy la uno, no le digamos a Eugenia y Mery-se rió.
Trabajamos entre chismes, risas y música, bailé entre café y cosa dulce, últimamente estaba muy antojada.
Candela salió a buscar algo a su departamento que estaba a dos cuadras y otra vez se repitió.
Timbre.
Abrí la puerta, estaba una sola persona: Miguel.
-Mariana-me llamó- traje cupcakes-me mostró una caja-¿vas a dejarme pasar? Me da curiosidad que clase de ropa confeccionas..
-¿Como sabes que confecciono ropa?-quise saber, salté a la defensiva, me puse en estado de alerta.
-Todo el mundo en este edificio lo sabe, dicen que sos la joven promesa de la moda-me sonrió, demasiado encantador- tarde o temprano vamos a tener que conocernos, mejor con un café..
-No creo que...-iba a cerrarle nuevamente la puerta en la cara pero él la abrió y pasó, se puso a mirar mis diseños.
-Sos talentosa, tienen razón-asintió con la cabeza- y linda..
-Te vas-se lo dije a la cara, tiré de su remera para sacarlo pero fue inútil, se quedó observándome como si nada, me miró a los ojos, me intimidó-¿podes irte?
-¿Te puedo invitar un café?-hizo el intento, suspiré.
-Repito, ¿podes irte?-ya se me estaba acabando la paciencia.
Todo se volvió raro cuando se acercó demasiado a mí, en ese momento escuché el ruido de la puerta, Candela la estaba abriendo con su llave, me aparté de Miguel.
-¡Volví La!-Candela entró y lo vio a Miguel- hola..-lo saludó con la mano, él se acercó y besó su mejilla.
-Pase a traerles cupcakes, ya que somos vecinos... -nos sonrió-chau Lali, pensalo..-besó mi mejilla y se desapareció por la puerta.
-¿Me parece a mi o es muy seductor?-Candela se quedó sorprendida- hasta a mi me dan ganas de meterle una patada en el trasero a Andres-bromeó- nunca lo haría pero..
-Candela sabes su historia-le recordé y suspiré- parece normal, pero no se..
-Dejá de pensar tanto, solo quiso ser amable, trajo comida...-agarró un cupcake de la bolsa- ves, lo voy a probar, no debe estar envenenado..-le dio un mordisco-¿ves?
-Espera diez minutos...-le dije desconfiada.
Pasaron diez minutos y Candela estaba integra, sana y a salvo.
-Exagerada-ella me molestó.
El humor se me trastornó y culpé a las hormonas, puse mis ojos en blanco una vez que me subí al auto, estaba fastidiosa.
-¿Que tal tu día?-quiso saber Peter y me sonrió, me tomó la mano en el semáforo.
-Mi día...-¿por donde empezaba?-mi día bien, mucho trabajo, ya terminé el vestido de novia.
-Seguro quedó hermoso-él se alegró más que yo- te hubiese quedado muy lindo a vos..
-Lastima, ya me casé-respondí de mala gana.
-Te pasa algo, ¿no?-adivinó, no era muy complicado darse cuenta, Peter apartó el auto y lo estacionó, acomodó un mechón de mi pelo detrás de mi oreja-¿estas nerviosa porque se viene la gala, no? Vamos a tener que contar nuestra experiencia y eso, también vamos a tener que tomar una decisión muy importante que lo va a cambiar todo.. -me miró a los ojos-se libre de decir lo que quieras en ese momento.. Y ahora también, podes decirme lo que sea que nada va a espantarme..
Peter me dio la posibilidad de hablar, pero decidí algo, callarme, guardarme al silencio. Si hay algo que le iba a dar pánico a él era que le cuente sobre Miguel, y yo no quería que el lo sintiera, porque nada malo está pasando, no quiero que se sienta inseguro acerca de nosotros.
Negué con la cabeza, besó mi frente y después suspiró.
-Me gusta tenerte de compañera, sos una persona hermosa Lali-le salió del alma y no pude evitar sonreír, en el fondo me sentí culposa por estar evitando contarle algo.
Peter puso el auto nuevamente en marcha y manejó hasta nuestro departamento, bajamos después de estacionarlo y cansados comimos demasiado rápido.
-Aumentó tu apetito-él me sonrió como un niño y se acercó a mi, mi panza empezó a mostrarse, parecía una hinchazón, puso sus manos sobre ella y se agachó para besarla, morí de ternura.
-Peter, ¿voy a parecerte linda cuando me ponga enorme?-elevé mis cejas y él se rió de mí.
-Lali, sos hermosa persona y hermosa-se acercó nuevamente y me agarró las manos con las suyas- ¿que pregunta estúpida es esa? Reconozco que fui un tarado cuando apenas te conocí y no me rendí de inmediato a vos la primera vez que intentaste algo conmigo-rió- que tarado, tuve mis prejuicios, pero ahora se como sos.. Y me gustas, Marianita Esposito, gusto de vos-me acarició una mejilla y cerré mis ojos, busqué su boca con la mía, me quedé besándolo con todo el cuidado y la ternura del mundo.
Entonces lo miré a los ojos y me rendí, mi alma le ganó una pelea a mi cabeza, al miedo.
-Te quiero Peter
Se hizo un silencio enorme, entonces se me llenaron los ojos de lágrimas.
-Te quiero...-la voz se me quebró temiendo que lo que había dicho había sido un error, supe que iba a haber un cambio después de haberlo dicho.
Peter me hizo una caricia en la cara, estaba tratando de encontrar palabras para hablar, me fue eterno.
-Yo... Yo también te quiero Lali-me abrazó, me sostuvo entre sus brazos, cerré mis ojos aliviada, suspiré, él empezó a susurrarme al oído- no tengas miedo a decirme lo que se te pasa por la cabeza, te quiero mucho Lali, Mariana...-me acarició el pelo, después se apartó para mirarme a los ojos- lo hago Lali...
Peter se emocionó, yo también lo hice.
Fuimos a nuestra cama y nos quedamos abrazados, haciéndonos caricias, dándonos besos.
Nunca en mi vida me sentí tan segura, tan querida, ¿o amada? Otra vez esas malditas preguntas.
Las aparté de la cabeza y apoyé mi cara sobre su pecho, me escondí en su cuello y dejé un besito ahí. Peter me rodeó la cintura.
-Sos un sol Peter-sonreí, no pude evitar hacerlo.
-Tu sol...-Peter me besó la frente.
-Mi sol...-repetí y empecé a cerrar mis ojos.
Peter me llenó de besos la cara y me despabilé, giré dejándolo debajo mío y besé sus labios.
-Alguien tiene otro antojo...-Peter me molestó y agarré un almohadón, le di en la cara- si es la verdad..
Nos reímos y lo abracé.
-Puede que sí...-me hice la misteriosa.
-No me mientas-me dijo molestándome y ahí recordé, estaba mintiéndole.
El clima se rompió por culpa de que estaba omitiéndole algo, me apoyé nuevamente sobre su pecho y cerré mis ojos, suspiré.

A primera vistaWhere stories live. Discover now