Capítulo 13

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Me quedé encerrada en una oficina compartida que había en el departamento, no quería enfrentar mi realidad, pero esta tocó a la puerta.
Peter se asomó con una bandeja, traía dos copas de vino y sopa, maldije de nuevo, dejó las cosas en la mesa del escritorio y me miró.
-¿Mucho trabajo o estas evitándome, o ambas cosas?-quiso saber, elevó sus cejas, suspiré.
-No sos el obligo del mundo-ataqué y él se rió, era música para mis oídos que él pudiera reír, sabía que le costaba esas cosas, él me agarro de las manos.
-Si hay una persona que tiene que tener miedo acá soy yo-me confesó descolocándome-tampoco sos el ombligo del mundo, estamos a la misma altura-achino sus ojos mirándome.
Me dejó sin palabras, muda, otra vez yo, la persona que siempre se la pasa hablando me quede en silencio.
Él me dio una copa y agarró otra.
-Brindemos-me pidió- empiezo yo así rompo el hielo, brindo por... La felicidad, sea como sea-levantó su copa.
-Yo... También, por la felicidad-chocamos nuestras copas y bebimos.
Me angustió pensar en que tal vez nunca vaya a ser feliz del todo.
Peter me besó la mejilla y me estremecí, se me erizó la piel, me gustaba demasiado que hiciera eso, me gustaba demasiado este nuevo Peter Lanzani.
-¿Como estuvo tu día?-le pregunté para cambiar de tema, él suspiró.
-Muchos cambios nuevos en la empresa... Muchas reuniones, bla bla, cosas que seguro te aburren-me miró a los ojos- no te imagino haciendo lo que yo hago
-Claramente eso me aburre, aunque a veces tengo que hacerlo... La mayor parte del tiempo de eso se encarga mi amiga Candela-le conté y tomé más vino- esta muy bueno..
-Es un vino que nos dieron como regalo de casamiento, si no leí mal una tal Mery-me contó y no pude evitar sonreír-¿la conoces?
-Amiga mía...-asentí con la cabeza.
-La nota decía para que se emborrachen y se suelten más-Peter me comentó eso y quise morirme de la vergüenza, me tapé la cara con las manos, se rió de mí- no es para tanto, además es solo una botella, ¿cuanto puede pegar una sola botella?
-Tenes razón-suspiré sacando de mi cara mis manos, terminé la copa de vino.
-¿La sopa?-me la señaló.
-Ahora pruebo...-agarré una cuchara y tomé un poco, asentí con la cabeza-muy buena...-la verdad era que no tenía hambre, nuestra cercanía me ponía nerviosa.
Peter también empezó a comer y cuando terminamos se puso de pie.
-¿Te dejo trabajar, no?-quiso saber y me quedé mirándolo con detenimiento, lo tomé del brazo para acercarlo y terminar besándolo, fue pasional, con salvajismo, no me pude controlar, nuevamente todo se me salió de control, pero mi cuerpo lo deseaba, y yo lo quería, contra todo pronóstico.
Peter entendió todo a la perfección, me cargó hasta la habitación y me depositó sobre la cama.
-Ojalá editen esa parte..-me reí- mis papás van a ver eso, ¡que vergüenza!-me tapé la cara con las manos, Peter me las retiro para quedarse mirándome-¿qué?
-Sos hermosa-soltó y me quedé boba mirando sus ojos, después su boca, y me lancé nuevamente sobre él, lo aturdí porque lo besé y no se lo esperaba.
-¿Vamos a solucionar todo así?-Peter me habló cerca de mi boca, sentí su respiración en mi cara, me la besó, después depositó un beso en la comisura de mis labios, estaba matándome lentamente, me acarició la cintura debajo de mi remera, me estremecí, entonces me di cuenta de que estoy peor de lo que pensaba.
Peter Lanzani fue sacándome la ropa lentamente y no lo dejé respirar mucho, intensa como solía ser iba besándolo mientras también le sacaba la ropa, él entrelazó sus manos con las mías y me sentí, ¿plena? Es una palabra muy fuerte.
Cerré mis ojos y por un momento se me fue el aire, maldije porque estaba sintiendo tantas cosas juntas que temí por mi integridad, cuando toda la pasión fue cesando me puse a llorar en silencio, no quería que Peter se diera cuenta, pero lo hizo, levantó mi cara con una de sus manos y besó pausadamente mi frente.
-Creeme que te entiendo-chocó su frente con la mía, ¿porque todo era tan jodido?, él no me dijo nada más, solo se quedó acariciando mi espalda, haciéndome.. ¿mimos? Dándome señales de afecto, Peter Lanzani estaba sintiendo cosas por mi, lo sentí en la piel, lo veo en sus ojos, y eso me aterra.
Me apoyé sobre su pecho nuevamente derrotada y él suspiró.
-¿Que vamos a hacer con todo esto Lali?-quiso saber y no supe responder, me guardé al silencio- esta bien... No queres hablarlo por ahora...
Peter siguió acariciándome la espalda y me quedé dormida, sintiendo paz mental.

Me desperté por la madrugada y me quedé mirando a Peter dormir, suspiré y me volteé dándole la espalda, tenía tantas cosas en que pensar, y tan poco tiempo, el tiempo corría, cada día que pasaba quedaba menos para que el experimento social terminara, yo me había convertido en una bomba de tiempo al borde de explotar.
Fui hasta el baño y prendí la ducha, me quedé mirándome en el espejo un tiempo largo, al borde del llanto, no quería hacerle mal, y tampoco hacerme mal a mí.
Cuando salí de bañarme Peter seguía durmiendo, me vestí, agarré algo de mi ropa y la puse en una valija, entonces abandoné el departamento siendo una total cobarde.
Fui hasta la casa de Candela y toqué el timbre, ella de mala gana abrió la puerta y se quedó mirándome.
-¿Que haces acá y tan temprano?-ella reparó en que traía una valija-te escapaste, te escapaste de tu actualidad como una cobarde
Entonces me puse a llorar.
-No necesito que me juzgues-salté a la defensiva- fue la decisión más dura que tomé, perdí Cande, no pude con esto... No puedo, yo no puedo...-se me quebró la voz- estoy hasta las manos boluda-lo solté, lo que no había querido decir, me mentí, me dije que eso no estaba pasándome, lo enterré en el interior de mi ser pero necesité decirlo, necesité contárselo.
Cande terminó de abrirme la puerta y me dejó pasar, me trajo un vaso con agua, después me abrazó.
-Lali, vos decís que necesitas demostrar tu madurez pero.. La demostraste, te alejaste para no lastimarlo... Lo hiciste a tiempo, y te cuidaste a vos misma-Cande suspiró.
-¿Porque me siento tan mal entonces?-quise saber aunque la respuesta era obvia, no quería escucharlo.
-Porque te enamoraste, aún teniendo mucho por conocer... Te enamoraste-ella lo repitió y se me formó un nudo en la garganta, las ganas de llorar me invadieron, se me pusieron los ojos brillosos.
-Ojalá pudiera dar más, porque él lo merece, se que lo merece-lloré enojada conmigo misma- soy cobarde, lo dijiste bien... Me odio, por ser tan pero tan cobarde, pero no puedo dar más..
-Podes dar porque algo diste aunque no te hayas dado cuenta.. Por algo te enamoraste..-Cande suspiró y volví a abrazarme- sos tan tonta, estás dejando ir a un hombre maravilloso
-Seré tonta pero lo estoy cuidando y me estoy cuidando-alcancé a decir quebrada, tenía la voz quebrada.
Empezó a dolerme la cabeza y me tomé una pastilla, me metí en la cama de Candela desanimada, falté a trabajar, no quería que Peter apareciera, no quería nada de eso, solo llorar en paz.

Me desperté y nuevamente se me partía la cabeza, me tomé otra pastilla y me puse de pie, comí helado sin hambre, solo por sentirme mal, para llenar algún especie de vacío que sentía en mi panza.
Escuché que el timbre sonó, me hice la estúpida, volvió a sonar varias veces, fastidiada abrí la puerta y lo vi, Peter Lanzani estaba bajo la lluvia, ¿llovía?
Él me miró, tenía los ojos brillosos, mierda.

A primera vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora