Capítulo 6

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Día de luna de miel número tres: Peter Lanzani está un poco más relajado, suelto, supongo que estos días lejos de todo están ayudando bastante. Solo se escandalizó cuando me puse a hacer topless y varias personas se me quedaron mirando, supe que en ese momento quería fingir que yo no era su esposa.
-Solo nos quedan un día más-Peter me recordó trayéndome a la realidad- después tengo que retomar la rutina
-Yo también-asentí con la cabeza y suspiré, me acerqué a él- por ahora solo tenemos al otro, vos me tenes y yo te tengo-le recordé elevé mis cejas para ver su reacción, ésta no llegó.
-¿Queres ir a cenar ahora?-cambió de tema y me quedé mirándolo, estaba aplicándome nuevamente la ley del hielo.
Anoche no me besó en el momento de dormir, lo dejé pasar, no se, me había gustado que lo hiciera el otro día.
-Esta bien-acepté y empecé a caminar hacia el restaurante fino, frené- pero antes tengo que cambiarme
Se que Peter en su interior agradeció eso porque yo estaba aún en traje de baño, era capaz de ir así.
Cuando llegué a nuestra habitación cerré la puerta y por poco se la cierro a Peter en la cara.
-¡Ey!-él se quejó y le lancé una camisa en la cara- no arrugues mi ropa
-Abuelo arreglate bien lindo que es un lugar fino-le pedí y agarré el primer vestido que encontré en mi valija, no la había desecho, era rojo, otra vez tenía un escote pronunciado, me lo puse frente a la mirada de Peter, no presté atención si se había quedado mirándome o no, la realidad era que tenía hambre, había comido casi nada en todo el día.
Cuando llegamos al restaurante, otra vez nos sentaron frente a la mejor vista, teníamos frente a nosotros el mar, me perdí mirándolo hasta que nos trajeron la carta, nuevamente copas de champagne.
-Peter-lo llamé y él sacó su cara de detrás de la carta exclusivamente para mirarme- te tengo un juego para soltar la tensión que tuviste conmigo todo el día de hoy, vas a proponerme matrimonio en frente de los pocos presentes-lo miré y elevé mis cejas, él se me quedó mirando.
-No-fue todo lo que dijo y le robé su copa de champagne y me la tomé, me puse de pie-¿que haces?
-Entonces voy a hacerlo yo-iba a hablar cuando él se puso de pie.
-Mariana... Lali... Ya estamos casados, ¿podemos evitar esto?-me pidió, ¿estaba pasándola mal? Alguien tenía que sacudir su mundo de piedra.
-No saben eso-le recordé y él suspiró.
-¿Te casarías conmigo?-Peter hizo esa pregunta y todos se quedaron expectantes a mi respuesta, me hice la que dudaba solo para hacerlo sufrir un poco-Lali...-me llamó.
-¡Sí!-acepté y todos nos aplaudieron, sonreí victoriosa y lo abracé, nos trajeron una copa de champagne caro a cada uno-no fue tan terrible..
Bebí y noté a Peter desganado, ¿lo había molestado el juego mío?
-Ey..-lo llamé y él se escondió nuevamente detrás de la carta, después ordenó la comida, yo pedí lo mismo sin saber que era, me quedé mirándolo, tratando de descifrarlo- es muy difícil tratar con vos-me salió del alma- sos como un acertijo que no encaja en ningún lado, no se que vieron los "expertos" al juntarnos
Peter ahora se quedó mirándome en silencio.
-¡Peter hace, decí algo!-me puse de pie perdiendo la paciencia- expresate, no se.. ¡Si es necesario gritá, gritame! Pero dejá de construir una barrera imaginaria entre los dos, ¿para que te casaste conmigo? Sabes que, no me respondas...
Bebí nuevamente su copa de champagne y abandoné el restaurante, todos se quedaron mirándome, murmurando cosas, me dio igual.
Empecé a caminar hacia la playa para poder tomar aire, la vida de casada era terrible, ¿siempre iba a ser así?
Aceleré el paso y llegué a la orilla, me mojé los pies y después la cara, y por primera vez me dieron ganas de llorar, me puse a llorar, es tan frustrante tratar de hacer que algo funcione y que no haya progresos.
-¡Lali!-me llamó Peter y estaba tan furiosa que se me ocurrió meterme al mar-¡Lali NO!-estaba a medio camino cuando lo escuché gritar desesperado, él se adentro hasta donde yo estaba y me agarró del brazo para arrastrarme nuevamente hacia la orilla-¡sos una persona inmadura!
Fue lo peor que pudo haberme dicho.
Giré, di media vuelta para empezar a caminar y él me agarró nuevamente del brazo.
-Mariana-me llamó por mi nombre- perdón..-suspiró- yo.. Yo no quise casarme con vos..
Lo que me dijo me descolocó, yo tampoco quise casarme con él, solo quería probar algo, pero no iba a decírselo.
-Mis amigos pensaron que era lo mejor para mí, conocer a una persona.. Tener una compañera..-él jamás hablo tanto conmigo- perdón si soy... Como soy.. Yo no era así, te lo juro
Peter suspiró y noté que estaba apenado, entonces me salió abrazarlo, él se tensó, le acaricié el pelo para relajarlo, y lo escuché, ¿llorar? Se me partía el alma porque por algún motivo él era una persona sufrida.
-Peter podes confiar en mí..-le susurré sin dejar de acariciar su pelo.
-Lali, solo necesito que en este momento nos quedemos así-me pidió como un niño chico, lo sostuve entre mis brazos hasta que dejó de llorar, nos separamos un poco y acaricié su cara, le sequé las lágrimas, era un acto lindo e íntimo.
Dudé en besarlo o no, me decidí y no lo hice, Peter no necesitaba sumar algo en lo que pensar, le regalé una pequeña sonrisa.
-No comimos nada al final, y no creo que sea bueno aparecernos en el restaurante fino-reí- perdón por haber montado un papelón
-Me lo merecía La-me dijo La, quería celebrarlo pero me contuve-¿hay alguna otra opción?
-Podemos caminar por la playa e ir a otro restaurante-sugerí y él asintió con la cabeza,
Eso hicimos, caminamos por la orilla hasta llegar a otro restaurante y ordenamos algo.
-Este lugar es más lindo-sonreí- me siento más a gusto, es más relajado...-me quedé observando a Peter que parecía estar conociendo un mundo nuevo- seguro no es un lugar al que acostumbras venir
-La verdad que no... Pero no esta mal-dijo mientras observaba lo que nos traían para comer de entrada- minutas
-Minutas-asentí con la cabeza.
Comimos en paz y armonía, me relajé y no estuve toda la cena intentando hacer reír a Peter, cuando menos lo esperé empezó a reírse de mis anécdotas.
-Sos revoltosa desde chica entonces-no supe si era un piropo bueno o malo- tenes una personalidad fuerte, es bueno eso
Le sonreí, asentí con la cabeza.
-Sí... Tengo carácter y personalidad, así que ojo-lo miré divertida, Peter agarró mi mano con la suya y la respiración se me aceleró, estúpida ilusa esperando algo.
-¿Volvemos?-quiso saber, ya habíamos pagado, él sostuvo mi mano en el camino de regreso, cuando estábamos caminando por la orilla se quedó mirando el mar, otra vez lo noté perdido.
-¿Estas bien?-apreté un poco su mano para que supiera que estábamos juntos, él suspiró y asintió con la cabeza.
-Estoy bien...-asintió con la cabeza-última noche loca esta
-Última noche-repetí y me escandalicé-mañana tenemos todo el día hasta la tarde
-Y nos tomamos un avión para volver a nuestras vidas-completó Peter.
-No te creas que volves a tú vida normal, estoy yo también-me señalé con mi mano libre, él elevó sus cejas- solo te avisaba por si te olvidabas
Llegamos al hotel y fui a la ducha para sacarme la arena y la salitre, Peter hizo lo mismo ya que él también se adentro al mar, estaba por ponerme el camisón cuando sentí que Peter me abrazaba desde atrás, se me cortó la respiración por un instante, giré y me besó, me empujó contra la cama para quedarse encima mío, me tomó por sorpresa pero se la seguí, estaba empezando a hervirme la sangre, él me besó el cuello y se me erizó la piel, si quería volverme loca lo estaba logrando, que flojita.
Él me acarició la cara y cerró sus ojos.
-Lali, pedime que pare ahora-me pidió, noté su nerviosismo, se había tensado- Lali pedime que pare
-Es que... No quiero eso...-fui sincera, lo besé y me aferré él, poco a poco el cuerpo de Peter se fue aflojando y se separó de mi para agarrar un preservativo, entonces no se que fue lo que pasó, sí se, pero no supe si fue hacer el amor, sexo o tan solo un touch and go.
Me aferré bien a todo su cuerpo gimiendo, cerré mis ojos y noté como toda la tensión que había habido entre los dos se estaba evaporando, cuando todo pareció estar terminando él se quedó mirándome en silencio, me acariciaba una mejilla con detenimiento, entonces cerré mis ojos sabiendo que estaba entregada a realmente conocerlo, a él, a su persona.

A primera vistaWhere stories live. Discover now