𝗙𝗮𝗺𝗼𝘂𝘀 ➳ 𝗠𝗶𝗻𝗵𝗼 𝘅 𝘀𝗸𝘇

1 ➺ Ego

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El mundo gira en torno a todo aquel que posee dinero, belleza y poder. No cabe duda de que el individuo que no cuente con al menos uno de los mencionados, no será nada en la vida. Desde pequeño me centré en la meta que me propuse y no quité el dedo del renglón ya que estaba seguro de que un día lograría todo aquello que me propusiera y por supuesto, cumpliría mi meta y me sentiría satisfecho, pero no fue así.

Sucedió lo contrario a lo que tenía previsto y me costaba aceptar el hecho de que todo lo que pensé que me haría sentir vivo, capaz y satisfecho, me dejó un sabor realmente amargo que era imposible de alejar por más que lo intentara.

Mi madre me decía todo el tiempo que no lograría mi meta si solamente pensaba en mí y no en todo aquello que me rodeaba, pero seamos sinceros, ¿a quién carajos le importan las personas a su alrededor cuando lo único que deseamos es lograr lo que más hemos añorado? No me imagino a un emprendedor pensando en las posibles represalias con su familia, amigos o pareja cuando quiere obtener éxito en un proyecto sino al contrario, lo que debe de importar es sentirse bien consigo mismo y confiar en las habilidades que poseemos para lograr todo aquello que nos propongamos.

Por otro lado, mi padre me repetía que no lograría absolutamente nada por ser extremadamente obstinado. Menuda mierda. Él fue el único que no logró obtener nada por ser un maldito conformista y de mente cerrada.

Gracias a la inevitable y constante molestia que me provocaban me centré mucho más en lograr todo aquello que quisiera.

Harto de escuchar estupideces por parte de mi familia y amigos, decidí cegarme y hacer oídos sordos a todo aquello que alguna vez arrancaría para siempre y lo logré, sin embargo, la felicidad y satisfacción duró demasiado poco y para mi sorpresa nada más me hacía sentirme vivo.

Cuando era pequeño, tenía que conformarme con el poco dinero que mi padre recibía en su trabajo de mesero mientras que mi madre limpiaba casas ajenas para poder obtener un dinero extra. Puedo asegurar que mi vida fue realmente patética y asquerosa y es por eso que deseaba tanto lograr convertirme en una persona reconocida y adinerada.

Las carencias me hacían sentir extremadamente incómodo y con el deseo de superarme. A pesar de las constantes burlas no me detuve ni siquiera un momento en proponerme cambiar de dirección y ni siquiera dudé por un segundo de lo que realmente deseaba.

Rodeé los al momento de ver a mi asistente acercarse a pasos rápidos mientras intentaba mantener el equilibrio ya que en su mano derecha tiene el café que le he pedido y en su izquierda tiene tomado con fuerza el maletín que contiene el maquillaje, además de eso, está atendiendo una llamada.

El chico se detuvo a unos cuantos pasos de mí y me entregó el café después de colocar el maletín sobre una de las mesas blancas. Continuó con la llamada y decidí dar un sorbo a mi café para alejar la atención de la posible llamada de atención que estaba siendo dirigida hacia mi asistente gracias a mi «temperamento de mierda», como lo suele llamar la gente que me rodea.

Miré mi perfecto reflejo en el espejo que se encuentra frente a mí e intenté encontrar algún defecto, pero fue completamente imposible y eso genera mucho más rencor en todo aquel que forma parte del club de los «Haters» que no me dejan en paz ni siquiera un solo segundo, sin embargo, debería de agradecerles ya que también hacen que mi billetera reciba gustosamente el dinero que generan.

—Lo entiendo...— musitó el chico de cabello rosa al teléfono. —Haré todo lo posible para que acepte esa invitación. Hasta luego.

El chico finalizó la llamada y tras suspirar se giró hacia mi e intentó ocultar el estrés que le consume segundo tras segundo.

—Ni lo pienses— solté con indiferencia tras colocar el vaso vacío sobre la mesa.

El de cabello rosa simplemente cerró sus ojos durante unos segundos en un intento de tomar el valor necesario para poder tener al menos un poco de conversación conmigo. Algo que es realmente difícil de lograr.

—Por doceava ocasión tu estilista ha salido corriendo después de que le lanzaste la secadora de cabello directamente en su cara...

—¡Ni siquiera estaba guapo! — solté con burla.

—El hecho de que sea o no guapo no quitará peso a la demanda que ha emitido contra ti— soltó con frustración. —¡No puedes andar lanzando secadoras de cabello de esa manera!

—¿Me estás diciendo que hay maneras correctas para hacerlo? Porque si es así, ilumíname— pedí.

—No, eso no era lo que quería decir. Por favor, no te desvíes del tema— bufó —. No puedes despedir a todo aquel que no acceda a cualquier petición tuya. Sabes perfectamente que...

—¡Deben de hacer todo lo que yo les ordene porque me pertenecen!

—Las personas no son objetos que puedes poseer. Acaso, ¿no lo entiendes? ¡Abre los ojos! — exclamó con furia. —Sabes perfectamente que no puede ir en aumento esa peculiaridad que tienes en cuanto tratar a los demás. ¡No todo gira a tu alrededor!

De nueva a cuenta rodeé los ojos e intenté mantener la calma. No puedo darme el lujo de despedir a ese chico de cabello rosa ni mucho menos dejaré que se vaya por su propia cuenta debido a que hace un excelente trabajo y es muy difícil encontrar personas que cumplan con mis altas expectativas.

—¿Si acepto ir a esa mierda de programa me dejarás en paz?

El de cabello rosa sonrió abiertamente. —¡Sí! — me aseguró tras exclamar con auténtica felicidad.

Tras cruzar mi pierna, dije—: Lo haré. 

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[✐━] Capítulo publicado: octubre 19, 2020.

[✐━] Capítulo corregido: junio 21, 2022.