Our unexpected story 1,2,3

Cap. Especial 5 (LIBRO 3)

­—¿Estás listo?

—Estoy listo.

—Todavía no es demasiado tarde para arrepentirse.

—Ae, estoy listo ¡estoy completamente preparado!

Durante las vacaciones de cuatro días de Tailandia, la mayoría de la gente optaría por salir de Bangkok para tomar un poco de aire fresco fuera del área metropolitana, o elegir viajar al extranjero porque esta época no era la temporada turística para los extranjeros. Koon Chai Pete envió una  solicitud a su madre pidiéndole unas vacaciones para poder disfrutar de sus días libres junto Ae.

En este punto, los dos hombres habían llegado a su destino: dos edificios de colores brillantes alineados uno al lado del otro.

Ae miró a Pete y repitió la pregunta que le había hecho repetidamente durante una semana.

¿Está Pete realmente seguro de que quiere venir a mi casa?

La mirada nerviosa de Ae hizo sonreír a Pete. Él asintió con la cabeza hacia él como si quisiera decirle que estaba listo para enfrentar a la familia de su amante. Ae de todos modos también ya había planeado  traerlo de regreso para ver a su familia.

Al final, nuestro joven ingeniero soltó un largo suspiro.

—Bueno, si eso es lo que quieres.

Después de eso, el hombre alto y corpulento tomó la delantera y se bajó del auto primero, luego se dirigió al maletero y sacó el equipaje de su novio. El dueño del equipaje también se bajó del coche. En ese momento...

—¡Pete! ¡Cariño, has venido!

Un grito venía hacia ambos y una figura voladora se hundió en el esbelto cuerpo de Pete. La fuerza de hundimiento fue tan fuerte que fue empujado hacia atrás unos pasos. Fue una suerte que Ae estuviera justo detrás de él para sujetar su cintura, pero ambos casi cayeron al suelo debido a su poderosa madre.

—Pete, ¿cómo estás? No te he visto en varias semanas, Ae simplemente no te traía aquí, ¿tu trabajo es demasiado ocupado y agotador? ¡Te ves más delgado!

Luego, sus manos regordetas pellizcaron las mejillas del apuesto joven maestro y siguió revisándolo de arriba abajo para ver si el joven frente a ella estaba bien de salud o no. Ella lo trató con más preocupación que a su propio hijo. El hombre cuyas mejillas estaban siendo pellizcadas sonrió y dijo.

—Estoy muy bien, madre, ¿y usted? ¿Cómo está? No la he visto en mucho tiempo, ¡realmente la extrañé!

El tono de Pete era sincero, su comportamiento amable y obediente agradó enormemente a la madre de Ae.

Estaba segura de que su propio hijo Ae nunca actuaría tan dócilmente con ella... ni en un millón de años...

—Oh, sí, tengo algo para usted. Hoy  traje el postre popular del que hablamos antes.

—¡Oh, qué buen niño, incluso recuerdas a esta anciana, a diferencia de mi hijo, su padre y yo casi olvidamos cómo se veía!

Como madre, se burló de su propio hijo, pero sonrió alegremente cuando vio al amante. Tan pronto se enteró que venía a esta casa a verla, se sintió realmente satisfecha.