El Amor de Dios❤️🔥

NO TE APARTES DE SEMEJANTE BIEN ❤️🔥

Desde mi desolación, mi muerte y mi
angustia, el señor vino a socorrer mi alma caída y fatigada, me extendió su mano y me socorrió limpiándome y perdonando mi gran equivocación, así como un padre que perdona el error de su hijo que aun así lo ama, así el me miro, porque él no me condena, entonces me dije amaste mi alma antes de que yo me diera cuenta y como dice su palabra desde la fundación de este mundo me conociste, mis ojos fueron abiertos a la luz de tu amor, porque incluso por cuanto me separe de ti, me esperaste con los brazos abiertos, dije dentro mío ¿quién soy yo para que tus ojos miren mi miseria?, la cual me dominaba.

Dios de mi salvación ¡cuán grande es tu amor por nosotros! Quienes alguna vez te dimos la espalda y dijimos “mis caminos son mejores que los tuyos”, TU AMOR NO TIENE LIMITES, estando en un estanque de lodo oscuridad, de peste al mi alrededor, me tomaste, me limpiaste, me sanaste de la vergüenza de mi pasado que había dentro mío y me diste nuevas vestiduras, me abrazaste de favor y de tu gracia me cubriste.

En este mundo es imposible encontrar semejante favor y misericordia, es imposible encontrar semejante amor, porque solo tu majestad puedes darla.
Pero yo, como también tus hijos si la conocemos y damos testimonio del amor que tuviste por nuestras alma que se encontraba en miseria ¡tú todo lo transformas!,¡todo lo renuevas! No ves como el humano ve, ni piensas como el humano piensa, ni das como el humano da, el humano reprocha y dice no existes, “¿Dónde estás?”, “no existes”, “si existes ¿Por qué esto y lo otro?” “¿dónde está tu amor del que tanto hablan?”, “si existieras te veríamos y no te vemos”.

Pero ¿acaso el viento no se ve y sin embargo esta ahí? Pero aun así tu tuviste misericordia y muchos de lo que así hablaban tú los llamaste con tu amor eterno y los restauraste, los perdonaste y te olvidaste de sus actos y les diste nuevos caminos de prosperidad, les abriste nuevas puertas y oportunidades, te llamamos y tu respondiste, diciendo: estoy aquí para escucharte y guiarte.
Hablaste a mi oído, así como un amigo cuenta su secreto más preciado, me aconsejaste y me libraste ¡cómo se alegra, mi corazón de seguir tus caminos y tus sendas!, mi corazón se alegró y dijo: no te apartes de semejante bien.
Me acuerdo todavía de donde me sacaste y lo que hiciste en mi vida y todavía sigo sorprendida. Porque tu favor dura para toda la vida. Se alegro mi corazón de todo lo que hiciste y estás haciendo en mi vida y en los que te siguen.