[5] 𝐍𝐚𝐯𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐚𝐬: 𝐓𝐞𝐜𝐧𝐚

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Una Tena de tan solo 8 años se encontraba sentada en la silla del escritorio de su habitación. Sus padres, quienes la observaban desde la puerta llevaban ahí un rato, preocupados por su hija.

-Tecna, cariño. ¿Bajamos a cenar?

Al no obtener respuesta, su marido tomó el relevo – He hecho pastel de carne y se esta enfriando, vamos a celebrar navidad.

La niña, concentrada en lo que estaba haciendo, ni si quiera los miró para responderles.

-Tengo que acabar esto, no tengo tiempo.

-Tecna, puedes acabar eso mañana, tienes tiempo de sobra.

- ¡No! – chilló la pequeña alterada – Tengo que ganar el concurso, no puedo volver a quedar segunda.

Hace un mes, la infanta había participado en un concurso de robots, pero por un fallo de último momento en la configuración, había quedado segundo. Tecna era muy perfeccionista, así que se había presentado a otro concurso que se celebraba pocos días después de finalizar las vacaciones de navidad, así que decidida a ganar, había asado los 2 últimos días encerrada en su habitación.

Sus padres pensaban que saldría, por lo menos, para cenar con ellos en una fecha tan especial como esa. Estaban equivocados, pues fueron sacados de la habitación a rastras por su hija, quién, tras dar un portazo, volvió a centrarse en su proyecto.

Resignados y ya sin hambre, bajaron a recoger la mesa y guardar la cena en la nevera para evitar que se pusiese mala. Tras eso, se fueron a dormir.

Durante esa noche, ninguno durmió bien. Los padres, dolidos por las palaras de su hija y ella, por el sueño que tuvo. Cuando despertó, no podía recordar lo que había soñado, sin embargo, una presión en su pecho se sentía fuertemente. Culpabilidad. Durmiendo se dio cuenta de cómo había tratado a sus padres, y decir que se sentía mal consigo misma es poco, en su sueño había comprendido lo mal que había actuado y como se habían sentido sus padres.

Con sigilo bajó las escaleras de la casa y se encaminó a la cocina. Les había fastidiado la cena a sus padres, pero pensaba darles un gran desayuno. Buscó en su portátil recetas de tortitas, y sacando todos los ingredientes.

- Ponemos la harina, el azúcar, la sal y la levadura.

Mientras iba cocinando, iba comentando la receta en voz alta.

- Ahora la leche y la vainilla.

- Echo la leche y remuevo.

Cuando doraba las tortitas, preparó tazas de chocolate caliente y sacó de la nevera la Nocilla, la mermelada y el caramelo. Cogió un jarrón del salón y lo situó en el centro de la mesa, donde colocó los utensilios necesarios para desayunar.

Cuando colocó la última tortita en la torre, sus padres entraron en la cocina, observando como la mesa estaba perfectamente decorado y como la encimera estaba tan desordenada y sucia, que si Tecna hubiese dicho que una jauría de perros había pasado por ahí, se lo hubiesen creído.

- ¿Qué estás haciendo? – preguntó Electronio.

La niña avergonzada respondió en voz muy baja – Quería haceros el desayuno. Siento lo de anoche, estaba tan centrada en ganar, que no me di cuenta de cómo os traté. De verdad, lo siento.

Magnetia, conmovida por las palabras y actos de su hija, se acercó hasta ella, y arrodillándose ante ella, la abrazó. Su marido o dudó en hacer lo mismo. Tras uno segundo, se separaron y se sentaron a la mesa para desayunar y disfrutar de esa preciosa mañana de navidad en la calidez familiar.

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Aquí tienen a nuestra pequeña Tecna. 

¿Qué os ha parecido? ¿Qué creéis que soñó Tecna? 

¿Quién ha decorado ya su casa con los adornos de navidad?

¡Felices fiestas! ¡Fiestas felices!

¡Felices fiestas! ¡Fiestas felices!

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