¡Bienvenidos nuevamente a una nueva sección! En este espacio hemos decidido hacer algo un poco diferente y entretenido. Aquí estaremos acompañando a las Winx durante 25 días de sus navidades desde perspectivas completamente diferentes.
Serán 25 días...
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La nochebuena. Un momento mágico y especial para pasar con la familia.
Las Winx y los especialistas habían celebrado estas fiestas desde aquel 24 de diciembre que se quedaron atrapados en Alfea. En u principio lo hicieron por complacer a Bloom, pues se sentían apenados al verla tan desilusionada y decaída. Sin embargo, disfrutaron tanto preparándola y celebrándola que terminaron por enamorarse de ella. A partir de ahí se convirtió en tradición en su grupo.
Algunos años los habían pasado juntos y otros separados, debido a los compromisos con la realeza o con sus propias familias.
Estos últimos años, estas fechas eran más especiales que nunca, pues cuando la segunda generación empezó a llegar al mundo, la ilusión navideña se multiplicó.
- Cariño, ¿estás listo? – le preguntó Bloom a Sky.
A modo de respuesta, el rubio salió de su habitación, vestido con un elegante traje a juego con el de su hijo.
Ese año, la cena de nochebuena se celebraría en el castillo de Eraklyon, pues debido a que Bloom estaba embarazada, los integrantes del grupo decidieron esto para evitarle molestias a la embarazada.
- Nací listo – comentó echándose el pelo hacia atrás como una diva.
- ¿Estás seguro de que no eres hermano de Stella? – preguntó la fémina, riéndose del gesto.
Cuando su marido iba a responder, un sirviente apareció, informándoles de que los primeros invitados habían llegado. Empezaron a bajar las escaleras para recibirlos, Sky llevaba en un brazo a su hijo y con el otro sujetaba a su mujer por la cintura.
- ¡Bloom!, ¡Sky! – exclamó una emocionada Flora, quien no dudó en dejar a su hija en brazos de su marido y acercarse a su amiga.
- Flora – respondió esta mientras abrazaba a su amiga. – Me alegro de que hayáis podido venir.
- No nos podíamos perderla cena – respondió la castaña. - ¿Qué tal el embarazo?
- Mejor de lo que esperaba y menos duro que el primero.
- Es bueno oír eso – comentó Layla, mientras entraba en la sala, acompañada de su marido, quien no dudó en ir hacia los dos hombres que conversaban y hacían de niñeras.
- ¡Layla!
- Feliz nochebuena, chicas
Los amigos siguieron conversando tranquilamente, mientras que poco a poco iba llegando el resto.
- Sentimos llegar tarde. – dijo Riven. – Pero es que Musa no se decidía con su vestuario.
Su novia, al oir esto no dudó en darle en codazo, bajo las risas de sus amigos que contemplaban divertidos la escena.
- No hace falta que os disculpéis – respondió Nex – De todas formas, llegáis antes que Stella y Brandon.
¡Te he odio Nex! – chilló la rubia, quien acababa dellegar por la puerta. – Y s- si llego tarde es porque una reina necesita dar buena imagen.
Hace poco, Stella y Brandon se habían casado y debido a esto, fueron coronados como los reyes de Solaria, y la rubia empezó a obsesionarse con que ropa llevar o no llevar. Más de lo norma.
- ¿Pasamos a cenar? – preguntó Sky, por una parte, porque tenía hambre y por otra, porque cuando se trataba de moda, con la rubia no se podía razonas.
Todos estuvieron de acuerdo y se adentraron en el enorme comedor, donde una increíble cena y una larga velada les esperaba.
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