𝟤𝟧 𝖽ı́𝖺𝗌 𝖽𝖾 𝗇𝖺𝗏𝗂𝖽𝖺𝖽 𝖼𝗈𝗇 𝗅𝖺𝗌 𝖶𝗂𝗇𝗑

[11] 𝐍𝐚𝐯𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐞𝐧 𝐏𝐚𝐫𝐞𝐣𝐚: 𝐒𝐤𝐲 𝐘 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐦

Aburrida, esa era la palabra que podría describir a Bloom en esos momentos. El hada se encontraba en la fiesta navideña que los reyes de todos los planetas de la dimensión mágica se encargaban de hacer para esas fechas. A su parecer era una de las fiestas más aburridas de toda su vida.

Ella estaba acostumbrada al ambiente cálido que la navidad le regalaba junto con sus padres adoptivos, no ha una lujosa fiesta donde había muchísimas personas de las cuales hacía cinco minutos no conocía de su existencia.

Con gran fastidio por estar parada en medio de la fiesta luciendo un hermoso vestido azul hecho por su mejor amiga sin hacer absolutamente nada decide dar una vuelta por el salón viendo a los jóvenes príncipes y reyes disfrutar de la velada. Entre ellos sus dos amigas princesas, quienes contaban con la compañía de sus novios.

Para desgracia de ella, el suyo tuvo una importante reunión de emergencia a la cual no podía faltar, por lo tanto, no pudo acompañarla esa noche, a pesar de que la fiesta se diera en el castillo de Eraklyon. Esa era una de las cosas que la tenían furiosa en ese momento. A veces odiaba que Sky fuera el rey de un planeta completo.

Sin ánimo de estar allí la princesa decide salir del salón principal para inmiscuirse en los pasillos del gran palacio. No acostumbraba a pasear por el castillo de su novio ya que eran pocas las veces que había tenido la oportunidad de estar allí.

Con intriga recorre gran parte del castillo hasta que llega al ala de las habitaciones, en ese momento no duda en ir directo a la de su novio esperando poder descansar ahí mientras lo esperaba. Al entrar no se sorprende al ver lo grande que es, después de todo él era el rey. 

Importándole muy poco lo que pensarían de ella si la encontraban allí se deshizo de su largo vestido, sus tacones altos, su leve maquillaje y el peinado que Stella le había hecho quedando simplemente en ropa interior. Para abrigarse del leve frio que hacía tomó un suéter de su novio y un par de calcetines para ponérselos.

Suelta un suspiro de alivio al sentirse libre de toda esa mascara de falsedad que debía llevar en la mayoría de los eventos a los que asistía.

De repente la puerta es abierta dándole entrada al rubio, quien al ver la figura femenina parada en su habitación dejando su vestido a un lado se sorprendió. Recién había salido de la reunión y no dudó ni dos segundos en ir a cambiarse para alcanzar a su novia en la gran fiesta que se daba abajo.

—¿Bloom? —cuestiona el rey cerrando detrás de él la puerta.

La pelirroja gira hacia su novio un poco espantada, aunque al reconocerlo su expresión cambia a una más calmada. Sin dudarlo se acerca a él con una pequeña sonrisa avergonzada. No pensaba que él llegaría tan pronto, creyó que cuando él llegara ya se encontraría durmiendo.

—Lo siento, sé que no debí entrar sin tu permiso, pero estaba tan aburrida abajo que decidí venir a descansar un poco —se excusa la pelirroja mordiendo su labio.

—Está bien, princesa, puedes entrar cuando gustes, sólo me sorprendí al verte aquí. Vine a cambiarme para acompañarte en la fiesta —le dice él pasando un brazo alrededor de su cintura.

—¿En serio? Si quieres puedo cambiarme y bajamos juntos —habla la pelirroja rodeando su cuello con sus brazos.

—Pues a la verdad estaba ansioso por verte con un hermoso vestido, pero verte con mi suéter y calcetines es mejor —murmura el muchacho cerca de la oreja de su contraria.

—Uff, que bueno que lo digas porque no tenía ganas de ponerme ese vestido otra vez —comenta ella con alivio que hace que el rubio suelte una pequeña risita.

—Entonces nos quedaremos aquí —afirma el rubio con una sonrisa.

—¿Seguro? Puedes ir abajo a la fiesta si quieres, yo me quedaré descansando.

—Por supuesto, quiero pasar esta velada contigo amor, con nadie más —explica el rubio antes de acercarse a dejarle un dulce beso en los labios.

—Una navidad junto a ti —murmura Bloom sonriendo sobre sus labios.

—La mejor navidad de la historia —le sigue Sky antes de atacar su cuello con besos.

—¡Sky! ¡Me haces cosquillas! —chilla la pelirroja mientras su novio la alza para que enrede sus piernas en su cintura.

—Te haré sentir más que cosquillas, princesa —afirma con voz ronca el chico antes de pasar su mano por la mejilla de la chica.

—Pues estoy a toda tú disposición mi rey —susurra con el mismo tono Bloom.

—Y yo a la tuya mi princesa.