[8] 𝐍𝐚𝐯𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐞𝐧 𝐮𝐧 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚𝐥𝐞𝐥𝐨

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—¡Stella! ¡Date prisa! —grita el joven rubio apoyado en la pared de las escaleras con todas sus maletas listas

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—¡Stella! ¡Date prisa! —grita el joven rubio apoyado en la pared de las escaleras con todas sus maletas listas.

No hubo ninguna respuesta de parte de la rubia, pero por el sonido de sus tacones por los pasillos de la segunda planta supuso que ya venía cargando sus maletas. Soltando una exhalación de alivio el rubio se para derecho para ver a su hermanita bajar con 5 maletas al mismo tiempo.

—Stella ¿Sabes que sólo iremos por unos días no? —cuestiona Sky subiendo los escalones para ayudarla con su equipaje.

—Lo sé, pero esta noche es noche buena; las chicas y yo necesitamos lucirnos —se explica la rubia arrastrando las maletas.

Sky niega levemente con la cabeza para terminar de bajar las valijas de su hermana, ir directo a su jeepeta y guardarlos junto a los de él. Sus amigos ya debían estar en la villa de los padres de Layla, la cual utilizarían para pasar la navidad todos juntos. Habían estado planeando ese viaje desde que las chicas se habían graduado hacía unos meses de la escuela, así que lo único que hacía falta era disfrutar.

Una vez estuvo nuevamente dentro de su casa sus padres le hicieron prometer no cometer ninguna clase de locura y portarse bien. Esa iba a ser la primera navidad en la que no estarían juntos.

Pronto los hermanos de cabellera rubia se montan en el auto para salir directo a la villa, necesitaban llegar antes del mediodía. Para su suerte no tardaron en llegar a la impresionante propiedad de la familia Andros en una playa privada. Pasarían esa navidad bajo el picante Sol en vez de la congelada nieve.

Cuando se parquearon al lado de los autos de sus amigos salieron disparados hacia la puerta de la hermosa casona frente a ellos, dejándole todo su equipaje a la servidumbre que los padres de Layla se habían encargado de contratar para una limpieza previa antes de que ellos llegaran.

Los hermanos Solaria no tardan en cruzar la puerta que los dividía de sus amigos, encontrándolos a todos riendo en la enorme sala de estar. La primera en salir volando fue la rubia, quien al ver a su novio no pudo resistir saltarle encima para estampar sus labios con los de él.

—¡Amorcito! Te extrañé —dice Stella al separarse del moreno.

—Y yo a ti, cariño —contesta Brandon con una sonrisa en su rostro.

—No se pongan melosos desde temprano, para eso tienen toda la noche —pide Nex recibiendo un golpe por parte de su novia.

Todos ríen fuertemente antes de darle la bienvenida a los recién llegados para luego ponerse a hablar antes de que tuvieran que empezar a preparar todo para esa noche.

«ØØØ»

—Es un idiota, mi hermano es un idiota —afirma la rubia viendo el reflejo de su mejor amiga a través del espejo.

—No digas esas cosas Stella —la reprocha la pelirroja mirando a la misma dirección.

—Lo es por no ver de lo que se pierde —vuelve a decir.

—No puedes obligar a tu hermano a enamorarse de mi —contesta Bloom con una mirada afligida.

—No necesito obligarlo, él ya lo está, sólo que es muy idiota y no sabe cómo decirlo.

—Bueno, ya, dejemos el tema y bajemos, los demás ya deben estar esperándonos —dice la pelirroja terminando la conversación.

Las dos chicas bajan a la primera planta para encontrarse con los que ellas consideraban su familia ¿Y cómo no hacerlo cuando todos estaban enredados entre sí?

Verán, dentro de su grupo había hermanos como, por ejemplo: Stella y Sky, Flora y Brandon, Tecna y Riven, Musa y Nex, y, Timmy y Bloom. También estaban los primos como Layla, prima de Brandon y Flora, y Helia, primo de Musa y Nex. Así que, como también estaban las respectivas parejas que ya conocemos, a excepción de Bloom y Sky, todos se consideraban una familia enredada.

Cuando estuvieron todos empezaron la típica cena de noche buena hablando y contando anécdotas desde que se conocieron cuando pequeños hasta ese momento. Se sentían bien, a pesar de ser la primera navidad alejada de sus padres todos la pasaban de maravilla y sentían una conexión increíble.

Sin duda eran una gran familia.

Al terminar la cena se trasladaron hacia la sala de estar dispuestos a empezar una mini discoteca, pues se encontraban solos en la villa ya que los de servicio se habían ido después del mediodía, dándoles privacidad a los jóvenes.

Después de un rato, la pelirroja un poco afectada por el volumen de la música sale al exterior para apreciar el hermoso mar frente a ella. Se sienta en la arena sin importarle su hermoso vestido para quedarse mirando el paisaje. Pronto sintió como alguien se sentaba a su lado.

—¡Que susto me has dado! —exclama ella al verlo.

—Lo lamento, no era mi intención —responde el rubio mirándola.

Los dos se quedan callados un buen rato hasta que de repente Sky acerca su rostro al de Bloom poniéndola nerviosa.

—¿Qué haces?

—No sabes lo hermosa que te ves con tu cabello suelto, tus labios rojos, ese hermoso vestido y tu mirada en el mar —murmura el chico

El rubio no deja que la pelirroja procese la información cuando ya está besando sus labios con vehemencia, algo que Bloom no duda en disfrutar. Al separarse se quedan en esa posición mirándose.

—Me gustas —confiesan los dos al mismo tiempo.

«ØØØ»

¿Qué tal? ¿Les gustó? Espero que sí porque hasta ahora es el mejor capítulo que he escrito. Me ha encantado la dinámica de los personajes y he quedado con ganas de escribir más.

Sigan disfrutando de su martes y recuerden que ya queda poco para navidad.

Nos leemos mañana

Nos leemos mañana

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𝟤𝟧 𝖽ı́𝖺𝗌 𝖽𝖾 𝗇𝖺𝗏𝗂𝖽𝖺𝖽 𝖼𝗈𝗇 𝗅𝖺𝗌 𝖶𝗂𝗇𝗑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora