Capitulo 2.La alarma de incendios

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Jose se bajó del autobús y se dirigió hacia el instituto caminando con pesadumbre. A pesar de llevar ya tres semanas en ese lugar, seguía sin ser de su agrado por mucho que sus dos amigos se empeñasen en decir que este instituto era muchísimo más entretenido que su viejo instituto. Si bien sus dos amigos tenían razón, porque no había día en el que no sucediese algo, extrañaba en cierto modo la tranquilidad de su anterior instituto al igual que también extrañaba a sus antiguos compañeros.

En la entrada se encontró con Evan apoyado en el muro como ya iba siendo habitual, lo saludó con un leve movimiento de cabeza, el pelinegro sonrió y espero a que llegase a su lado.

—¿Qué crees que se estarán lanzando hoy los tenistas? ―preguntó Evan divertido, Jose se encogió de hombros. 

Pero la duda de Evan quedó resuelta al atravesar los muros, "los tenistas" como los había nombrado Cris eran dos grupos de chicos y alguna que otra chica que se dedicaban a lanzarse todo tipo de objetos por las mañanas. Normalmente el grupo de la derecha era el que comenzaba la batalla aunque el otro grupo siempre devolvía lo que los primeros les lanzaban, así que pasaban un buen rato tirándose cosas los unos a los otros –como en un partido de tenis- hasta que el profesor salía y les echaba la bronca. Curiosamente, nunca los había visto hacer eso en ningún recreo.

—Vaya, esto es nuevo. ―dijo Evan divertido haciendo que Jose prestase atención a los tenistas.        

Al contrario que otros días en los que se lanzaban bolas de papel en llamas, globos de agua, globos con pintura y excrementos de perros en bolsas; hoy habían decidido lanzarse raquetas de tenis y de bádminton.

—¿De dónde crees que las han sacado? ―preguntó Jose a Evan mientras entraban al edificio, por fuera ya se podían escuchar los gritos del profesor; Jose volteó con curiosidad y vio como el profesor cogió una de las raquetas de bádminton y se puso a darles golpes en la cabeza con ella a los que pillaba mientras el resto huía al interior del instituto.

— A saber. ―comentó Evan pasándose los brazos por detrás de la nuca, una vez que llegaron a clase se encontraron a Cris sentado en su sitio y con los apuntes de matemáticas por fuera.

—Buenos días. ―los saludó mientras ellos tomaban asiento, Jose depositó sus cosas sobre el pupitre y comenzó a sacar el material que iba a necesitar en la primera hora. Una vez que lo tuvo todo por fuera se giró hacia sus amigos, Evan y Cris comentaban el partido de ayer y dado que cada uno era de un equipo no conseguían ponerse de acuerdo. De hecho, parecía que cada uno había visto un partido diferente.

 Miró el reloj, aún quedaban unos minutos hasta que sonase el timbre que daba comienzo a las clases. Bostezó y apoyó la cara en la mano derecha, aún apoyado se giró hacia los pupitres que estaban al lado de las ventanas; allí estaba Nora leyendo como siempre. No la había encontrado en ninguna de las fotos, por lo que él tenía razón y no la conocía; pero eso no había cambiado nada. Lo ignoraba cada vez que lo veía y cuando él y sus amigos pasaban los recreos con su grupo de amigas ella desaparecía. Evan y Cris le habían dicho que lo dejara pasar, pero claro, a ellos no les habían golpeado con un libro, les habían insultado y les estaba haciendo el vacío una chica a la que no habían visto nunca.

 Suspiró resignado, captando sin querer la atención de sus dos amigos que dejaron de discutir sobre quién era mejor portero y lo observaron atentamente.

 —Al final te vas a enamorar de ella.―dijo Evan con sorna, Jose se giró hacia él y lo fulminó con la mirada.

—No digas estupideces, es sólo que no entiendo que tiene con nosotros.―contestó Jose, Evan y Cris intercambiaron miradas cómplices.

Tienes que ser tú (TQST Libro #1)© [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora