Capítulo 21

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Como todas las noches salgo al jardín y me siento en una de las bancas cerca de la piscina. Las guarda espaldas se quedan a unos metros de donde estoy para darme un poco de aire, cosa que se las agradezco mucho. Este es el único momento donde puedo estar con mi conciencia. Gema y Romeo regresaron hace unas horas y él ha estado en su habitación mientras ella ya se fue de fiesta con sus amigas para llegar ebria y drogada como todas las noches. El gran misterio es la verdadera hermana de Max, no la he visto desde que estoy aquí y Nana habla poco de ella.

Me adentro tanto en mis pensamientos que unos segundos antes de darme cuenta que estoy acompañada, no siento los ligeros pasos que se dirigen hacia donde estoy.

- Hola, ¿puedo sentarme? -pregunta Romeo
- Claro -hago espacio
- ¿Por qué estás aquí sola? -pregunta
- Este es el único lugar donde puedo estar tranquila y mirar las estrellas. -respondo
- Pero hace frío
- Sí -afirmo - Lo sé pero no me molesta, la verdad es que me gusta un poco el invierno.
- A mí también me gusta, una vez cuando estaba escalando en la Cordilleras de los Andes en el Monte Nevado Semaja....

Mientras Romeo me contaba sus aventuras de viaje de soltero, yo reía con las cosas que me decía, es muy gracioso. Se le dan muy bien las historias, y a mí me relaja mucho escucharlo, hay momentos en los que a través de sus palabras viajo a esos lugares montañosos y fríos. Luego de un buen rato la noche comenzó a enfriarse.

- Romeo, gracias por compartir esta noche conmigo -le digo a la vez que cruzo mis brazos para calentarme un poco.
El rápidamente se quita su abrigo y me cubre con él.
- Ten, hace mucho frío -dice mientras se acerca a mí y pasa sus manos por mis brazos.
- Gracias, pero mejor entremos, debes estar cansado por el viaje.
- De acuerdo, te acompaño.

Nos despedimos en frente de mi habitación ya que la suya queda frente a la mía. Me duermo y caigo en un sueño profundo.

Me despierto en la madrugada con mucho frío, las chicas están en el suelo acurrucadas y dormidas por el frío. Salgo sin hacer ruido. Bajo las escaleras, cuando voy llegando al salón, en un costado de estas está Gema tirada inconsciente.

- ¡Gema! -corro hacia ella - ¡Gema despierta!, ¡Ayuda por favor! -grito fuerte pero nadie me escucha.
- ¡Vamos Gema despierta! -esta abre los ojos lentamente - ¡Venga ayúdame Gema, estás pesada! -digo y trato de levantarla. La logro mover casi a rastras hasta el sofá. Está ardiendo en fiebre.

Corro a la habitación de Nana y la llamo, esta me ayuda a llevar a Gema hasta el baño que está en la planta baja y la duchamos. Mientras Nana le prepara una sopa calientita, yo la abrigo bien por el frío y la llevo hasta el sofá.

Nana trae la sopa y trato de que se la beba hasta la última gota. gema está tan débil que solo le queda obedecer sin decir ni una palabra. Me quedo despierta hasta que se duerme, pero al igual que ella me quedo dormida en el sillón que queda a un lado del sofá.
Me despierto por la claridad de la ventana de mi habitación.

¡Espera!, ¿Cómo llegué hasta aquí?.

Rápido despierto y salgo de mi habitación, corro a donde Gema y lo veo a él. está de regreso, junto a la cama de Gema que aún se ve algo débil. La besa en la frente y antes de que pueda verme retrocedo unos pasos. Tropiezo con alguien y los dos caímos al suelo. Es Romeo, caigo en una posición casi sobre él.

- ¿Qué sucede aquí? -la voz del troglodita retumba contra las paredes y rápidamente nos levantamos.
- Hola Max -digo mirando su hermoso rostro que por alguna razón tiene moretones, me acerco a él - ¿Qué te sucedió? -pregunto preocupada.
- No te preocupes, no es nada, hola Romeo -me habla y luego saluda a Romeo quién le devuelve el saludo y extrañamente sigue su camino.
- ¿Por qué no me respondes con la verdad por una vez? -hablo enojada y me cruzo de brazos.
-Alicia ya te dije que no es nada, tengo que volver a viajar en la tarde aún me quedan algunos asuntos por resolver. -dice acercándose y acariciando mi cabello. Este tipo hace que me ponga nerviosa.
- ¿No estarás para navidad? -las palabras salen de mi boca sin siquiera poder retenerlas.
- Te prometo que estaré aquí -dice al mismo tiempo que sus ojos brillan y me pierdo en su mirada. Cuando recapacito y recuerdo que es casi un completo desconocido por mis recuerdos insuficientes y que además me oculta cosas, desvío la mirada.
Me despido y vuelvo a mi habitación sin mirar hacia atrás.

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😘

Vendida por Amor a primera vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora