Capítulo 23

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Anaheim, California 11 de Abril de 1976.

Una gran turba de manifestantes se presentaba enfurecida frente al Anaheim Stadium * que impedían el paso de los automóviles. Congregados en la entrada del enorme estacionamiento se hacían notar con pancartas y gritos.

—¿Qué está pasando? —preguntó Shandi, mirando con curiosidad todo el panorama.

Paul suspiró—. Protestantes religiosos—fue lo único que dijo mientras miraba por el retrovisor para echarse de reversa—. Tendremos algunos pequeños problemas para acceder al estadio.

Shandi se preocupó un poco pues tenían el tiempo justo para entrar y comenzar con las pruebas de sonido para esa primera noche. No se imaginaba la cantidad de trabajo que había detrás de todo el espectáculo que Kiss montaba y por un momento se sintió algo culpable por haber aceptado esa pequeña invitación a comer del vocalista. 

El auto se detuvo bruscamente y giró su cuello para ver qué sucedía. 

Detrás de ellos, los manifestantes gritaban más fuerte y se aglomeraban alrededor de todos los que intentaban pasar al estadio. 

—Maldición—dijo Paul entre dientes y su ceño fruncido.

—¿Ahora qué haremos?

—Supongo que tendremos que improvisar un poco—tras decir aquello sonrió ampliamente—. Sígueme la corriente. ¿Está bien?

—De acuerdo—contestó la chica y miró curiosa cada uno de los movimientos del Starchild. 

Paul bajó el vidrio de su ventana con cuidado, hasta que estuvo totalmente al descubierto dio un pequeño silbido para llamar la atención de un hombre de cabello canoso y tes apiñonada, que sostenía entre sus manos un letrero grande de madera con letras rojas. Dónde se anunciaba en letras escandalosas "Fuera Kiss y su música del diablo". 

—¿Señor, que está pasando? ¿Por qué hay tanto alboroto?

El hombre parecía ser bueno y bajó un momento su cartel para contestar al joven—. ¿No lo sabes hijo? —preguntó mientras Paul negaba con la cabeza—. En este lugar, hoy durante la noche, miles de jóvenes se reúnen para adorar a Satanás gracias a esa banda sacada del mismo averno. Dicen que estos muchachos con maquillajes de demonios practican toda clase de obscenidades, son una secta—pausó mientras el vocalista parpadeaba ante tales palabras y Shandi se quedaba helada ante lo que el hombre dijo. Quiso reír ante las mentiras y rumores que las personas iniciaban.

No era algo nuevo para él, sin embargo, el rostro de su pequeña asistente le provocaba muchísima gracia. 

—Vaya no pensé que algo así estuviera sucediendo—dijo Paul con falsa sorpresa, su rostro reflejaba horror actuado.

—¿Ustedes vienen a este concierto, jóvenes? —preguntó el hombre mientras entrecerraba los ojos esperando una respuesta.

Paul negó—. No, nada de eso. Mi esposa y yo solo veníamos a comprar algunas cosas para nuestro bebé. ¿Cierto querida? —preguntó el rizado mirando a la muchacha, al mismo tiempo en el que ponía una mano sobre la de Shandi. Dándole un suave apretón para que le siguiera la corriente.

Esa descarga eléctrica que los invadía cada vez que se tocaban, la hizo estremecerse y ponerse algo nerviosa, pero inmediatamente asintió—. E-es v-verdad—balbuceó azorada por esa mentirilla que Paul le dijo al hombre.

—¿De verdad están casados? —aquel levantó una ceja con sorpresa—. Son demasiado jóvenes... 

Shandi sin querer empezó a hablar—. Algo así... pe-pero también es responsabilidad de tú hermano responder por el bebé, cielo...

Broken Heart| Paul StanleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora