Capítulo 44

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Los Ángeles, California, 2005.

—Si cariño, salí con Gene a comer algo—fue lo único que Paul atinó a decir a su prometida en esa llamada, miraba nervioso al recién mencionado y luego a la que se hacía llamar su hija, o bueno eso es lo que Peter había dicho.

Mentiría si dijera que no se sentía desconcertado a todo lo que estaba sucediendo, no todos los días un antiguo ex amigo y compañero llegaba a la puerta de tu casa peleando con una adolescente de diecinueve años, luego gritar en tu cara que era tu hija... sinceramente no supo de donde había sacado las fuerzas necesarias para no haberse desmayado en ese preciso instante.

—Bien, bien nos veremos en la noche, salúdame a tu madre—fue lo único que pudo decir, mientras que Gene y Bonny se adentraban a un restaurante de comida china.

El Red Dragon, era un restaurante donde las celebridades y personas importantes solían asistir. Era un lugar bastante cómodo y privado, bueno exceptuando que a veces había uno que otro reportero o camarógrafo buscando conseguir alguna nota interesante, pero internamente el cantante intentaba pasar desapercibido.

— ¿Cómo te fue?—preguntó Gene divertido, esperando a Paul.

—Bien, pero esta misma noche he de hablar con Erin sobre... ella—dijo refiriéndose a la joven de rizados cabellos azabaches que iba de espaldas en dirección de un empleado del lugar que les llevaba a una mesa.

—Bueno... espero que se lo tome bien—sonrió este intentando empatizar con el cantante, pero a veces sus sonrisas no sabían interpretarse causando un poco de molestia en Paul.

—También eso espero—suspiró y no hizo más que cambiar la cara.

Aunque era una situación incómoda resultaba emocionante, pues esa pequeña curiosidad de saber sobre Shandi podía más con él que cualquier otra cosa. Era como si el destino intentara reparar el error del pasado y que volvieran a verse, pero cuando regresaba a la realidad, sabía que tendría que arreglar muchas cosas, entre ellas estaba Erin. Él la quería mucho, incluso le había dicho que la amaba y así era... pero desde que decidió seguir con su búsqueda con ayuda de Gene, ahora le costaba un poco de trabajo convivir con su prometida.

Y solo había pasado un mes desde que decidió que la encontraría.

Para cuando se dio cuenta, un mesero ya estaba anotando la orden de Gene y luego la de Bonny, se había movido como autómata tomando entre sus manos la carta del menú.

— ¿Usted que desea, señor?—preguntó el mesero con interés.

Rápidamente Paul buscó con la mirada en la carta algo que no fuera tan pesado, había estado tan metido en sus pensamientos que se había olvidado de la presencia de Bonny y Gene—. Arroz frito con camarones, por favor.

El bajista levantó una ceja con curiosidad al ver lo que había pedido el otro—. ¿Enserio? ¿Solo eso pedirás?

Paul asintió.

—De acuerdo, les traeré sus órdenes, en un momento regreso—se dispensó el mesero y se retiró suavemente de la mesa.

Un ambiente algo incómodo embargó a los tres, por su parte Bonny miraba sin comprender que pasaba con Paul, es decir, durante el camino de su casa hasta ese restaurante había sido bastante ameno pues ambos hombres le hablaban sobre su música en general, venían riendo e incluso pudieron contarle algunos detalles sobre su madre, le había gustado la calidez que ambos le hicieron sentir al hablarle con tanta familiaridad. Pero allí, podía ver una tormenta en los ojos del Starchild.

— ¿Te sientes bien?—se aventuró a preguntar la chica un poco indecisa.

Paul la miró y asintió.

Broken Heart| Paul StanleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora