Capítulo 8

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Cuando algo se le metía a la cabeza, nadie podía hacerlo cambiar de parecer y tenía una meta a cumplir.

—Vamos... ¿Enserio regresarás a esa cafetería? —preguntó Gene, mirando con una ceja levantada a Paul.

—Por supuesto que iré—contestó, acomodándose una camisa de satén en color beige y unos vaqueros de mezclilla.

—Te ves ridículo—dijo el bajista con burla, al ver que su compañero estaba arreglándose más de lo normal. —Estoy seguro que cuando le digas a esa chica que eres Paul Stanley de Kiss, te abrirá las piernas. Solo hazlo y termina con esto... ha pasado solo un día y me tienes cansado con esa mujer.

—No digas tonterías—contestó el rizado un poco molesto. —Ella no es como las groupies y fans de la banda, puedo apostar lo que quieras a que ella ni siquiera ha escuchado hablar de Kiss. 

—¿Qué te hace pensar eso? ¡Todo mundo conoce a Kiss! —exclamó Gene, pues para él, todo el mundo debía conocer a Kiss después del rotundo éxito de Alive. 

—Te estoy diciendo que esa chica, no tiene ni la más remota idea de quienes somos nosotros y que tan grande es la banda. 

—Pues déjame decirte, que, si no conoce a Kiss, no sabe de música—sentenció el bajista y luego bostezó con pereza. —Viejo... me has hecho levantarme demasiado temprano, solo para ir a esa cafetería por un café y para que tú puedas ver a esa chica. Si no me parece linda, te mandaré al diablo. 

Paul rio por lo malhumorado que se ponía su amigo cuando lo despertaban temprano. Él en cambio, no pudo conciliar el sueño durante muchas horas, al estar pensando como poder acercarse a la rubia. 

Sobre el escenario, él podía ser el personaje que todos querían, el Starchild salía a escena y él podía quedarse en su comodidad. Nadie ni siquiera Gene, sabía que era muy inseguro de sí mismo y en esos momentos de madrugada, estuvo pensando que decirle a la chica... ¿Invitarla a salir? Era una buena idea, pero siempre estaba esa voz que le decía que era un monstruo. Y es por eso que había recurrido al Demonio para que le acompañara en ese momento.

—Te encantará. 

—Si tú lo dices—dijo Gene y ambos se encaminaron a la cafetería de la que tanto había hablado Paul.

No era tan mala idea después de todo, pues durante la noche, los cuatro miembros de la banda recibieron una llamada de Bill. Anunciándoles que Bob Ezrin quería comenzar a trabajar lo más pronto posible y tenían que estar en Casablanca a las diez de la mañana.

—Espero que Ace esté en condiciones de venir a trabajar—dijo Paul un poco preocupado por los excesos del Spaceman.

Gene suspiró. —Eso y que Peter pueda tocar la batería correctamente. 

—Pienso que con la disciplina que tiene Bob, alcanzaremos el siguiente nivel. 

—Espero lo mismo.

-.-

La campanita de la cafetería sonó cuando un par de chicos con apariencia extravagante y llamativa, entraron. Algunos clientes del lugar los miraron con curiosidad al ver lo negro de sus cabellos, no era un negro natural, si no que tenían destellos azulados gracias al tinte que habían usado. Incluso por el tinte, el color de su piel se veía más blanco y acentuaba sus facciones.

Tanto Gene como Paul, se adentraron hasta llegar a la barra de servicio donde la chica de rubios cabellos, trabajaba, no había reparado en los dos chicos que se habían sentado a la espera de que los atendieran. Solo Kareny se percató de los dos y sonrió divertida al saber que en cuanto Shandi se volteara, seguramente tiraría alguna cosa que estuviera cerca de ella. 

Broken Heart| Paul StanleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora