Capítulo 15

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Paul se quedó mirando la pared de su habitación, conservaba un póster grande del primer concierto de Kiss hacía dos años y una sonrisa surcó sus labios, siempre era bueno recordar de dónde venía pero ese fragmento fue reemplazado por la figura etérea de su pequeña nueva asistente. Si se ponía a pensar en todas sus acciones, hasta el momento, esa había sido la más precipitada pues no era un hombre de actuar sin pensar.

Pero había algo en Shandi que lo mantenía en constante incertidumbre, tenía la necesidad de estar pendiente suyo y eso de cierta manera lo frustraba. 

Miró la soledad de su habitación y luego se sacó la camiseta que traía puesta, quedando con el pecho al descubierto e hizo lo mismo con los jeans de mezclilla. Solo quedando en bóxer. Luego se metió a la cama y apagó la pequeña lámpara de noche que tenía a un lado de la cama sobre su escritorio.

Quiso conciliar el sueño pero estuvo seguro que giró al menos diez veces dentro de las sábanas. 

—¿Qué es lo que tiene esa mujer? —se preguntó e instintivamente sin darse cuenta una de sus manos tocó inconscientemente aquella zona facial que tanto le afectaba. Y se quedó pensando en la penumbra de su cuarto hasta que fue vencido por el sueño.

Su mente lo llevó entre sueños a una etapa de su vida dónde había vivido algo parecido a lo que sucedió durante ese día con Shandi. Pero no lograba recordar el nombre de la chiquilla que salvó hacía muchos años y tampoco lograba reconocerla entre sueños... su rostro era borroso.

-.-

Un sitio lleno de excesos, dinero, corrupción, colores en tonos llamativos y muchas mujeres, era el indicado para Roxán. 

La noche pintaba bastante bien ya que algunos de sus negocios habían salido bien y estaba de excelente humor, sus ojos se dirigieron hacia la pista de baile dónde una de sus chicas salía a hacer su show y alrededor se juntaban varios tipos para derrochar su dinero en un par de pechos al aire. Diminuta lencería. ¿Y por qué no un servicio completo? Inhaló fuertemente el aroma del lugar parecido al del plástico nuevo y asintió con la cabeza al DJ que mezclaba música para que sus chicas bailaran.

—Buenas noches, señorita Regan—dijo uno de sus tantos clientes frecuentes en el club.

—Bienvenido señor, diviértase—contestó cordialmente y comenzó a caminar alrededor del lugar para inspeccionarlo.

E incluso pudo ver como uno de sus socios, llegaba puntual y elegantemente trajeado se sentaba en el bar del club. Su sonrisa se amplió maliciosa al ponerse en frente de él.

—Tan hermosa como siempre, Roxy—saludó el enigmático hombre mostrándole sus dientes blancos—. Es un gusto verte y hacer negocios contigo.

La pelinegra asintió satisfecha y extendió su mano, para que esa fuera besada por su invitado—. Lo mismo digo Carter. 

—Traje lo qué me pediste—dijo con un toque de maldad en su voz—. Pequeñas y tiernas como acordamos.

—¿Ya están preparadas? ¿Saben a lo que han venido? —preguntó divertida, mientras le hacía una seña con la mano al barman para que le trajera su bebida preferida—. Carter, cariño... ¿Quieres algo de beber? La casa invita.

—No esperaba más de una anfitriona y excelente mujer de negocios—aceptó el hombre, un joven no mayor a 30 años—. Un Cosmopolitan—pidió al barman y luego regresó su atención a la mujer—. Ahora... 

—Sí, sí—sonrió Roxán metiendo una de sus manos dentro de su ropa. Carter miró con detalle la redondez de los pechos de la pelinegra y tragó pesado al ver el pequeño movimiento pero tuvo que regresar su mirada a su clienta—. Aquí está, espero que lo disfrutes.

Broken Heart| Paul StanleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora