Capítulo 29.

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La pelinegra se había quedado mirando las luces encendidas de la sala de su casa e incluso pudo observar la silueta de su madre al pasar, apretó los labios con molestia. Todo su interior era un verdadero caos, estaba tan confundida y no encontraba la manera de expresar lo que sentía. Aunque quería ir y abrazar a su madre, no podía... ella le había mentido.

Justo después de que había peleado con su madre, se había encerrado en su habitación en dónde guardaba algunas fotografías de ella con la banda. Le daba una rabia enorme cuando visualizaba a la mujer de rubios cabellos en medio de Peter y Paul Stanley. Le había mentido, todos esos años le había hecho creer que Bob era el hombre que le dio la vida y ahora mirarla en esas viejas fotos al lado del baterista le provocaba demasiado rencor. 

¿Por qué Peter no quiso hacerse cargo de ella? Su mente imaginaba situaciones tan tontas y cada una de ellas era peor que la anterior. Incluso llegó a pensar que ella era hija de cualquiera de los cuatro y su madre no sabía quien era el padre, por eso había optado por casarse con un hombre que daba todo por ella. Y así no tendría que pasar vergüenzas.

 —¿Por qué me mintieron así? —sollozó la joven mientras observaba los rostros maquillados y sonrientes de los chicos—. Y tú eres una mentirosa, traidora. 

Se levantó de la cama y buscó entre sus cosas, necesitaba conocer la verdad detrás de toda esa historia. Le sonaba tanto a una telenovela de esas que daban en la televisión por la tarde. Agobiada con todo lo que estaba pasando, lanzó las fotografías por cualquier lado, quería romperlas pero muy en el fondo de su corazón sabía que eso pondría triste a su madre pues eran los recuerdos que todavía le quedaban presentes. 

Antes de hacer cualquier otra cosa mientras sollozaba en su cama, escuchó que tocaron su puerta. 

—¡Vete! ¡No quiero verte! ¡Déjame en paz! —gritó sintiendo la angustia en su garganta. 

—¡Abre la puerta Bonny, tenemos que hablar!  

—¡Lárgate mamá!

Después de aquello se hizo un silencio bastante prolongado. Al otro lado de la puerta Shandi dejaba que las lágrimas salieran mientras pegaba su frente contra la madera, todo le había salido mal.  

Y Bonny... ella era quien peor la estaba pasando. 

Aunque la morena no dijera nada más al respecto, revolvía su habitación una y otra vez. Tomando una maleta donde guardó varios cambios de ropa y sacó de su alhajero una cadena de oro blanco que su padre le había regalado por su cumpleaños número 16. Ella necesitaba saber todo, su madre no estaba dispuesta a decirle toda la verdad y no quería escucharla más.

No tenía mucho dinero para poder viajar, pero estaba segura que solamente Peter Criss podría decirle la verdad, empeñando su cadena podría viajar sin complicación alguna. Pero necesitaba planear todos sus movimientos, días posteriores pasó a una casa de empeño en dónde le pagaron quinientos dólares por el buen estado de la joya y su calidad. Era más que suficiente para ir a California. 

Ahora solo faltaba idear la manera precisa para salir sin que su madre sospechara algo. 

Siempre creyó que Bob era su padre, ella lo amaba porque había sido un padre como ningún otro. Pero en los recuerdos que tenía en familia, su madre solamente sonreía con falsedad o se apartaba del hombre que la había criado. Ahora todas esas acciones tenían sentido. 

Había dicho que iría a la Biblioteca de la ciudad para hacer el trabajo de una exposición, pero la realidad era que planeaba ir a buscar a Peter Criss hasta California, él era el único que podría decirle toda la verdad, su madre no le había dicho quien era su verdadero padre, pero estaba casi cien por ciento segura de que era hija del Catman. Al menos como un gesto de cariño hacia su hija, podría decirle porque no se casó con su madre. 

Broken Heart| Paul StanleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora