Capítulo 25

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—Chicos, es hora de irnos—anunció Bill desde la camioneta que los llevaría.

Estaban de regreso en Estados Unidos después de varios meses. De alguna manera estaban felices de regresar pues en el caso de Peter, él tenía una esposa que lo esperaba emocionada y Ace tenía una novia que no dudó ni un momento en acudir al aeropuerto a recibirlo.

—Ha sido maravilloso. ¿No lo crees, Shann? —preguntó Paul, ayudando a la joven a subir al vehículo—. Después de varios meses, estamos de regreso en casa.

Shandi asintió mientras tomaba la mano del vocalista—. Es bueno volver—sonrió cuando tomó asiento al lado del muchacho—. Pero... la gira aun no ha terminado, todavía tenemos varias ciudades a las que debemos ir.

—Eso es cierto—interrumpió Bill aquella conversación—. Y la próxima semana antes de irnos a Virginia, tenemos que pasar a verificar unos documentos en la disquera. Ya saben papeleo financiero.

—Definitivamente tú te encargarás de eso Billy—dijo Gene, acomodándose en el asiento del copiloto, mientras todos los demás iban en la parte trasera de la camioneta—. Yo lo que quiero en estos momentos llegar a casa y dormir, estoy molido.

—¿Pero qué dices? —se burló Paul—. Si has dormido durante casi toda la mitad del vuelo desde Bélgica.

El bajista se encogió de hombros—. Estoy exhausto.

—Tú siempre estás cansado, amigo—intervino Peter mientras abrazaba cariñosamente a Lydia—. Te extrañé preciosa—le dijo de una manera que incomodó un poco al resto.

—Y yo a ti, Peter—sonrió la pelinegra regalándole un beso a su marido—. Muchas gracias por cuidarlo, Shann—la mencionada se sobresaltó sobre su lugar al escuchar las palabras de Lydia.

Se sintió un poco culpable pues durante todos esos meses no habían sido más que fiestas interminables, mujeres, alcohol, drogas y excesos por parte del baterista, y el resto de la banda. Solo pudo sonreír apenada por sentirse cómplice de esos cuatro, no podía decirle a Lydia que Peter no se acordó de ella ni un día. Y cuando su mirada chocó con la del baterista, sintió un escalofrío que la recorrió y bajó inmediatamente la mirada.

—Oigan—llamó Paul al notar la incomodidad de la chica—. Ustedes dos, a echar romance a otro lado—se quejó y varias risas lo acompañaron en su comentario.

—Por cierto. ¿Creen que Ace llegue bien?

—Por supuesto, Jeannette vino por él—dijo Bill con tranquilidad—. Esa mujer daría lo que fuera porque Ace estuviera bien.

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Un par de horas más tarde...

—Creo que soy el último—dijo Paul ante Shandi y Bill.

—Ve a casa Paulie, nos veremos en estos días. ¿De acuerdo?

El rizado asintió y miró a la joven—. Shann... ¿Te gustaría ir a comer algo antes de ir a casa?

—¿Eh? ¿Yo? —se señaló así misma.

—Claro.

Bill levantó una ceja ante la invitación que Paul hacía y entrecerró un poco los ojos al ver que este se veía bastante interesado en la respuesta de Shandi. Quiso decir algo, pero se mantuvo callado cuando pudo observar las mejillas sonrosadas de la muchacha y negó en su interior al ver lo que estaba pasando.

Era claro que tras varios meses de compañía entre la joven y la banda, la relación de todos se hubiese fortalecido y hubiese una confianza entre todos. Pero supo que Paul seguía teniendo esa fijación por la chica, desde el primer día que la vio.

Broken Heart| Paul StanleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora