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Llevaba una hora y media de las tres que se suponían duraba esta clase, no podía estar más arrepentida de salir de mi cama el día de hoy. Tenía un resfriado horrible, posiblemente justo ahora con fiebre, mi nariz estaba tapada y mi cabeza quería explotar. Puede que esté presente en cuerpo en la clase, pero mi mente está en un lugar muy lejos de aquí. No es que mis compañeros estén poniendo bastante atención tampoco, oía murmullos sobre lo que pasó anoche con ese héroe Spiderman y el villano que volaba. Fue todo una sensación ya que anteriormente el tipo araña se vio trabajando con los vengadores y al parecer ahora estaba en el equipo. El héroe de Queens tenía todo el apoyo de la comunidad. Al parecer esa noticia saboteó el resumen del baile. El baile.
Solté un suspiro que terminó en un ataque de tos doloroso, la profesora notó mi semblante de estar muriendo, así que sugirió que fuera a la enfermería y que si así lo decidía el doctor fuera a casa por el resto del día. Recogiendo mis cosas torpemente salí del salón, entrecerrando mis ojos por la luz excesiva en el pasillo. Saqué más papel de mi bolsillo y lo llevé a mí nariz para limpiarla mientras me abría paso entre las personas que comenzaban a salir de otras clases cuando al dar la vuelta en un pasillo al final de este pude identificar a Ned y Peter. Maldije pues los había estado evitando todo el día y había dado resultado hasta ahora, así que di media vuelta y corrí (o hice el intento de esto) hacía otro lado. Obviamente no pude hacer mucho y tras escuchar varios llamados de Peter detrás de mí, finalmente sentí la mano de el castaño en mi hombro. Su cara pasó de un ceño fruncido a una de sorpresa y preocupación.
—¡Luces terrible!.-Resoplé.-
—Gracias, es de las cosas que a todas las chicas nos gusta escuchar.-Respondí sarcástica volviendo a caminar.-
—¡No! Espera, yo no quise sonar de esa forma.-Dijo apenado y con las mejillas rosadas.-
—Está bien, créeme como luzco no es ni la mitad de mal de como me siento.
Llevó su mano a mi frente y segundos después la retiré.
—Deberías ir a casa.-Me miró genuinamente preocupado.-
—Lo haré.
—¿Tú mamá está ahí? Podemos llamarla y preguntar en su trabajo o puedo llamar a May y...
—Llamaré a mi mamá, gracias.-Lo interrumpo y él suspira.-
Seguimos caminando hasta que salimos del edificio, yendo hacía el estacionamiento. Me volteé a verlo alzando una ceja, mi pregunta estando implícita. ¿Es que no tenía clases? Se tomó unos segundos antes de soltar un tímido:
—¿Podemos hablar?
—No.
—¿Por qué has estado evitándome?.-Intentó mirarme a los ojos.-
—No estoy evitándote.-Traté de seguir caminando pero Peter se colocó enfrente de mí.—¡Debo ir a casa! ¿Podrías dejar que...
—No puedes evadir esta conversación por siempre.-Se cruzó de brazos y frunció el ceño. Eso me hizo enojar.-
—¡Wo! ¿Disculpa?.-Esto si que me ofendía.—No me vengas con quién está evadiendo que cosa ahora. No cuando tu eres quién ha estado desapareciendo de todos lados y comportándose extraño.
—E-eso no es verdad yo...-Peter perdió la poca serenidad con la que había comenzado a reclamarme, poniéndose más nervioso mientras buscaba las palabras.—Mira, sé que los últimos días no he sido el mejor amigo del mundo pero...
—¡Ese justo es el problema!
Se preguntarán, ¿Por qué tanto drama respecto a esto? Incluso pueden decir que estoy exagerando un poco en cuánto a las cosas que puede o no estar haciendo Peter y que lo traen tan ocupando porque, al final de cuentas no tiene la obligación de contarme todo lo que acontece en su vida. Bueno, ese no es el caso. No me molesta que oculte secretos, todos lo hacemos y está bien por el derecho a la privacidad y todo eso. No,no,no. El asunto aquí inició hace algunas semanas. Estábamos en el clásico jueves de películas por la noche, Ned se había ido temprano a casa y como yo vivía un par de pisos arriba de Peter no había mucho problema con ello. El punto es que al finalizar la película estábamos tonteando sobre una de las escenas, lo que terminó en una pelea de almohadas, que siguió con una guerra de cosquillas y que terminó con un beso entre mi mejor amigo y yo. Nos separamos completamente consternados y no ayudó el hecho que medio segundo después May abriera la puerta de golpe diciendo que era hora de cenar y que si me quedaría. Tomé mis cosas lo más rápido que pude y huí a casa. No pude dormir esa noche, con el pensamiento de haber arruinado nuestra amistad o la posibilidad de que Peter haya sentido lo mismo por mí. Pero ¿Qué encontré al siguiente día cuando lo busqué? El momento exacto en que le pedía a Liz ir al baile con él.
—Lamento que tu cita haya salido mal, según me contaron, como sea.-Ni en un millón de años ese comentario se escucharía sincero y menos sarcástico.-
—¿Estás enojada por el baile?.-Su expresión confundida casi me dan ganas de saltar y ahorcarlo.-
—¡No fue el baile Peter, ni siquiera el que te escabullas! ¡Fue nuestro beso!
Me sentía avergonzada e incómoda al estar confesando todo esto. Por supuesto a esto podríamos agregarle el hecho de que lo estábamos discutiendo en medio del patio. La sensación de mi cara ardiendo y el temblor de mis manos no eran suficientes para mantener mi boca cerrada. Adiós dignidad. Pero es que enserio ya no soportaba esto.
—O tal vez si lo sea, tal ves quería ir contigo.-Suspiré.—Yo siempre he estado ahí para ti, merecía que habláramos de esto¿Sabes qué? Incluso eso no importa. Puedo entender no gustarte de esa forma, lo que no está bien es que me confundas y ni siquiera quieras hablar de ello. No es justo.
Peter me miró estupefacto. A decir verdad yo también estaba algo sorprendida de haber dicho todo eso sin titubear. Normalmente en discusiones (que eran más frecuentes con mi hermana, y que Ned y Peter sabían) no podía pronunciar ni 3 palabras antes de llorar. Me llenaba de pánico al hablar frente a la clase, incluso tenía problemas para pedir algo al entrar a alguna tienda. Por eso el vomito verbal de hace apenas m un unos instantes se había sentido tan liberador.
—No podía cancelar la cita con ella. Pero no porque no quisiera ir contigo.-Dijo rápidamente.—Y hay una muy buena explicación para todo.
—Ahórratelo. Me siento demasiado mal como para tener que lidiar con esto hoy.
Me di la vuelta justo en cuánto mi celular volvió a sonar, iba a contestar cuando pasó algo que me cuesta trabajo procesar. Mi celular salió volando de mi mano y se estrelló contra el auto. No cayó, más bien quedó pegado a el con ¿Telaraña? Volteé alarmada hacia Peter.
Oh rayos.
Entonces la campaña sonó. Él habló luego de un suspiro.
—¿Podemos seguir hablando después?.-Asentí mientras él daba media vuelta.-
—¡Peter!
—¿Si?
—¡Mi celular!
—Oh, claro. Lo siento.-Sonrió.-
Sería una larga plática. Sólo esperaba que mi resfriado no me estuviera haciendo alucinar cosas.
