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Te encontrabas sentada en el escalón superior de la escalera, con la mirada perdida y las manos temblorosas. El ambiente estaba inundado por el sonido de la lluvia que se estrellaba en tu techo. La gran tormenta había dejado sin luz a todo el vecindario, y la verdad agradecías eso. Era como si la oscuridad permitiera ocultarte, y vaya que lo necesitabas. Los sucesos de ese día no dejaban de pasar por tu mente una y otra vez, logrando sólo torturarte. Era como si no pudieras reconocerte a ti misma, como si por un momento quien tomó control de ti fuese alguien ajeno. Pero la realidad no era esa, lo tenías claro.
Alguien tocó a la puerta, volteaste ligeramente esperando que quien fuera que se encontrara del otro lado se rindiera, pero esa persona no lo hizo.
En segundos ya estabas abajo, tomaste el picaporte y abriste sin fijarte. Mala idea.
—Hey .-Te tomó un segundo echar un vistazo a esos ojos azules, intentaste cerrar la puerta casi enseguida. Damon no lo permitió. —¡Hey! .-Dijo ahora, quejándose.-
—Vete de aquí, Damon. -Contestaste ocultando la mitad de tu cuerpo tras la puerta e intentando que el tono de tu voz fuera firme.-
—Disculpa, ¿Me perdí de algo? La última vez que te vi no estabas molesta,bueno siempre estás molesta por algo pero...
—De verdad, no estoy de humor. -Lo interrumpiste. —Y la última vez que te vi parecías algo ocupado.
A Damon le tomó unos segundos pensarlo, frunció el ceño sólo un momento para después sonreírte de lado.
—¿Son celos lo que escucho?
—No tiene nada de gracioso. -Tragaste saliva y lo miraste seriamente. — Es sólo que todo esto es por Katherine, y antes fue Helena. Yo ya no sé...
Te interrumpiste a ti misma antes de mirar abajo.
—Oye las cosas no son así. Con Katherine...
—No, yo conozco la historia.Sólo que estoy cansada de que tu no puedas superarlas y que yo sienta que realmente no sé que hago ahí.
Damon estaba a punto de soltar un comentario sarcástico, como era su costumbre, sin embargo se detuvo cuando sus ojos por casualidad dieron con tu mano que sostenía la puerta. Tenía una ligera tonalidad roja, su curiosidad lo hizo querer examinarte, dándose cuenta de que tu ropa también.
En cuánto tu lo notaste intentaste cerrar la puerta de nuevo, fallando nuevamente.Él te nombró, con expresión preocupada y te obligó a abrir por completo la puerta. No pudiste evitar soltar un sollozo. Aún con la oscuridad del lugar pudo apreciar que tu ropa estaba bañada en sangre. Él se alarmó, e intento acercarse a ti al mismo tiempo que retrocedías hasta chocar con la pared.
Luego se dio cuenta, aquel líquido rojo no te pertenecía.
—¿Qué es eso? .- Te preguntó cauteloso. No fuiste capaz de responder, era como si el peso en tus hombros se volviera más insoportable. Sin poder perder el contacto visual con Damon, él dio unos pasos hacia ti.Te nombró una vez más— Dime que pasó.
— Yo no quise...-Tu voz apenas y alcanzó a salir, casi siendo un murmullo.— Fue un accidente. Juro que si.
Al ver su expresión toda la culpa y vergüenza volvieron a ti. Te sentías el ser más despreciable de todos. Sentiste las lágrimas correr por tus mejillas y esta vez no hiciste nada para detenerlas. Comenzaste a llorar y agachaste la mirada una vez más, rindiéndote. Damon respiró profundo antes de acercarse a ti, y aunque era evidente que no tenías ninguna herida, te revisó. Una vez que se cercioró que estabas físicamente bien, tomó tus mejillas entre sus manos y te hizo voltear a verlo.
—Lo siento yo...
—Shh...
—Casi mato a alguien hoy.- Decirlo en voz alta sólo te hizo sentir peor.-
Damon sintió una presión en su pecho al verte de esa forma,destrozada. Se culpo a si mismo y se hizo responsable por haberte hecho pasar eso.
Se supone que estaría contigo, se supone que iba a ayudarte, y te había fallado. Y es que el podría ser muchas cosas, aceptaba que no era la mejor persona del mundo y estaba lejos de ser un héroe, tampoco quería serlo. Sin embargo, desde el momento que te encontraron y te vio lo supo, eras una luz en medio de su mundo oscuro. De forma inexplicable te habías visto envuelta en situaciones que eran totalmente opuestas a ti, y a pesar de todo tu esencia seguía siendo tan cálida, el simple hecho de estar juntos a ti hacía sentir un efecto cercano a lo que muchos podrían llamar esperanza. Se dijo a si mismo que no permitiría que eso cambiara, sin importar lo que le costara. Pero fue entonces que las cosas comenzaron a complicarse para los Salvatore, tenían incluso una posible guerra en puerta y lejos de lograr lo que quería parecía que por cada día que pasaba te perdías a ti misma un poco más.
Y ahí estabas, a esto habías llegado.
Había sido la única cosa realmente importante para Damon, y no lo consiguió.
—Tengo miedo. -Le admitiste, sacándolo de sus pensamientos.— No quiero lastimar a nadie.
—No lo harás, vas a estar bien ¿De acuerdo?.- Dijo con voz decidida, tomó tu mano dispuesto a guiarte por tus cosas arriba. Pero tu no te moviste. —Oye, no fue tu culpa. Te he visto luchar contra esto con tanta fuerza, pero a veces no es suficiente. Y debimos...debí estar contigo, y lo siento. Pero no voy a dejar que te rindas, eso sólo lo pondrá peor.
—¿Y qué si hay una próxima vez? ¿Y si la siguiente realmente pasa algo malo?.
Damon te miró, esta vez sin que se le ocurriera nada. Y él odiaba no tener nada que decir, así que atinó a hacer lo siguiente que se le ocurrió. Caminó hacia ti y sin dudar posó sus labios sobre los tuyos. Fue un beso decidido, uno que no pudiste evitar seguir con la misma fuerza. La verdad, es que lo necesitabas. Querías dejar de sufrir, de preocuparte y con Damon eso era fácil.
Porque todo lo demás desaparecía cuando lo besabas, tu mente se nublaba y la necesidad de tenerlo cerca se extendía.
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No fue muy sad....¿O si?
Espero que no jajajajaja
Comienzo a pensar que me resulta bastante fácil escribir dramas y cosas sad.
