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Te encontrabas en tu turno en el hospital, era una noche pesada. Al contrario de muchos tú agradecías el mantenerte entretenida aunque sea hoy. Tratabas de olvidar los intentos fallidos de citas que habías tenido con Peter (O más bien que no habías tenido.)Desde antes de ser más que amigos y sabiendo que él era Spiderman suponías lo complicado que era mantener una doble vida como superhéroe, pero no imaginaste el reto que significaba ser una pareja. Intentaste ser paciente y entender, porque enserio querías estar a su lado. Sin embargo, aunque sonara egoísta anhelabas poder pasar más tiempo juntos, sin cosas de héroes de por medio, sólo dos personas que se aman pasando un buen rato. Peter era un chico lleno de responsabilidades y tenía el claro pensamiento de cumplir con su deber, pero no podías ignorar el hecho de que muchas veces todas esas preocupaciones recaían con tanta fuerza sobre él que lo dañaba. Literalmente, tanto física como anímicamente. Sólo que esta mañana habías tenido suficiente o quizás habías estado guardándotelo todo y explotaste pues Peter te dejó plantada en el almuerzo. Cuando te llamó para disculparse (Como veces anteriores) no pudiste contener los reclamos y el llanto, para dramáticamente cortar la llamada y dar un portazo para tirarte en la cama. Bien, quizá si se haya visto como una escena, pero en verdad todo el tema había estado haciendo que te doliera el corazón. Fue peor descubrir que aunque le dijiste todo eso no te hizo sentir mejor.
Terminaste de revisar las suturas de una paciente y miraste tu reloj que marcaba las 2:55 am. La mayoría de los pacientes ya se encontraban descansando y no había llegado nadie a urgencias, así que viste la oportunidad de ir por un café rápidamente, quizá hasta por un pan. Caminabas por el pasillo ansiando el dulce sabor de un capuchino en tu boca cuando escuchaste ruidos en una habitación que se supone estaba vacía.
Con algo de temor te dirigiste al lugar sólo para encender la luz y encontrarte a un Spiderman malherido.
—¡Santo dios!.-Exclamaste al verlo, él te dirigió una sonrisa.-
—Esta no es la sorpresa que esperaba darte.
Y vaya que era cierto, parecía que le costaba mantenerse en pie. De pronto tu lado mandón surgió y lo ayudaste a recostarse en la camilla, corriste a cerrar la puerta y le ordenaste quitarse la parte de arriba del traje. Peter obedeció y lo hizo con algo de dificultad, inspeccionaste sus heridas, había varios moretones, quizá un par de costillas rotas y un gran corte en su costado derecho.
—¿Y por qué entraste por la ventana?
—Creo que Spiderman entrando por la puerta principal del hospital significaría un escándalo.-Dijo risueño.—Y sería raro.
—¿Debería preguntar como acabaste así?.-Alzaste una ceja.-
—Quizá no.-Te respondió cuando escuchaste voces por el pasillo.-
Le indicaste a Peter que guardara silencio y fuiste hacia la puerta. Un par de enfermeras pasaban por ahí, las saludaste mientras seguían su camino y tú soltaste un suspiro para ver sobre tu hombro hacía el castaño.
—Espera aquí.
Fuiste rápidamente por instrumental para limpiar sus heridas apropiadamente, cuidando que nadie te viera o sospecharán algo. Al momento en qué volviste a la habitación, Peter te esperaba. Alejando tus ojos de los suyos te acercaste y te ocupaste de sus heridas, mientras sentías la mirada de Peter sobre ti.
—Escucha, yo...
—No.-Lo detuviste apretando tus ojos por el tono en que salió esa reprimenda.— No tienes que decir nada, Pet.-Suspiraste y terminaste de colocar las gasas y fijarlas.—Yo soy la que lo lamenta.
—Tú no tienes nada que lamentar.
—Cuando comenzamos a salir sabía lo que eso significaba y lo acepté. No debí reclamarte en la forma en que lo hice yo sólo...es que me preocupas.-Peter tenía una expresión comprensiva en el rostro.—No quiero ver al amor de mi vida morir y definitivamente sé que no sería capaz de reaccionar si te veo entrar en mal estado por esa puerta algún día.
Tu voz se cortó al final mientras dejabas salir las lágrimas. Peter no perdió el tiempo y tomó tu rostro entre sus manos, limpiando algunas lágrimas en el proceso. Luego te dio un corto beso.
—No voy a permitir que me pierdas, ¿De acuerdo? Lo prometo.-Murmuró.—Lamento mucho hacerte sentir de esa forma, no quiero que seas infeliz o que tengas que preocuparte por mí todo el tiempo.
—Es que no sé cómo ayudarte, Peter. Y no tienes idea de cuánto me gustaría poder hacerlo para que las cosas sean más fáciles para ti a veces. Cargas el peso del mundo en tus hombros y yo sólo estoy ahí observando.
—Pero si que ayudas.-Él te sonrió.—Amor, el sólo pensamiento de ti después de un mal día como el de hoy es lo que me hace seguir adelante. Sé que no podría hacer esto sin ti.
Después de un suspiro, Peter entrelazó su mano con la tuya y las llevó a la altura de su corazón.
—Te amo.-Volteó a verte embelesado.—Sabes que eres lo mejor que me ha pasado, ¿Verdad?
—Pet, también te amo.-Llevaste tu mano libre hacia su cabello.—Lo siento.-Murmuraste de nuevo.-
—Está bien.-Dijo.—¿Crees que podamos seguir intentando? Sé que quizá te debo una docena de citas.-Soltaste una risa pero enseguida intentaste detenerte. Lo que no pasó desapercibido por Peter y le pareció muy tierno.—Te compensaré cada una.
—He oído eso antes.
—Si, pero esta vez tengo un plan.
—Oh, ¿Un plan?.-Él asintió.—¿Uno mejor que el que te hizo terminar así?.-Lo tocaste levemente de un costado. Peter puso una mueca entre dolor y entre risa.-
