¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Recorrió lo último que quedaba del bosque, hasta llegar a las escaleras. Tan pronto como Elijah abrió la puerta de la pequeña cabaña y te vio, el alivio recorrió su pecho. Te volteaste tan pronto escuchaste su llegada y con un suspiro por parte de él, se acercó hacía ti. Lo envolviste en un cálido abrazo, uno que ambos estuvieron deseando bastante. Te separaste un poco de él, para colocar tus manos en las mejillas del original.
—Estás bien.- Murmuraste con una sonrisa en tu rostro, una que él imitó.— Me preocupé mucho cuando...
—Estoy bien.- Afirmó poniendo sus manos sobre las tuyas.— No sabes cuánto me alegra verte.
Te acercaste a sus labios, sin poder soportar un segundo más lo besaste. El correspondió; dulce, tierno, como un caballero. Pero también algo intenso, intentando transmitirte lo mucho que te había echado de menos. Y no se separaron hasta que el oxígeno te faltó. Lo miraste, una mueca inundó tu rostro al momento que un nuevo pensamiento llegó a tu mente.
—El trato con los Salvatore, no creo que termine bien. -Murmuraste, tu tono de voz denotando preocupación.-
—Ya hablamos de esto antes. Cariño, si hubiera otra opción...sabes que no la hay.
—Es sólo que- Reíste nerviosamente.— Creo que tengo miedo.
—Nunca dejaría que te pasara algo.- Respondió mirándote a los ojos.-
—No tengo miedo por mí, Elijah.- Te separaste por completo y mordiste tu labio inferior mientras cruzabas los brazos.-
—Voy a estar bien.
—No puedes prometerme eso.-Negaste un par de veces.— No te atrevas a hacerlo.
—Te entiendo, enserio.-Dijo.— Pero necesito que te quedes aquí. Es peligroso que regreses allá conmigo.
—Quiero ayudarte.-Te lamentaste.-
—Lo haces, siempre lo haces.-Se acercó nuevamente a ti, estirando su brazos para poner entrelazar sus manos con las tuyas. Tú lo aceptaste.— Investigas y me ayudas siempre que lo necesito. Eres la parte racional, la que me hace ver las cosas de forma serena. Por ti siempre quiero ser mejor, hacer lo correcto. ¿Te das cuenta de lo miserable que sería si algo te pasara? No lo soportaría, ni siquiera quiero imaginarlo. Estuve solo durante tanto tiempo y, mi amor, fuiste y serás lo mejor que me pudo haber pasado jamás. Eres mi hogar, y te necesito tanto.
Fue cuando te diste cuenta, con lágrimas en el rostro que tu sonrisa se había extendido. No te cabía duda: Elijah era la mejor persona que conociste jamás. Tu amado Elijah, el más noble de sus hermanos, aquel que siempre quería hacer lo correcto, por difícil que fuera tomar la decisión. Es sólo una de las miles de cosas por las que no te fue difícil enamorarte de él. Siempre te hacía sentirte querida, amada, que valías la pena, que eras especial. Y tu intentabas hacer lo mismo para él. Eras tan afortunada, ahora lo sabías.
—Y yo te amo.-Limpiaste tu rostro con la manga de tu suéter.— No necesitas intentarlo, ya creo que eres increíble. Elijah tienes mi corazón, y pase lo que pase eso no cambiará. Te prometo que nunca lo hará. Y quisiera pasar el resto de mis días a tu lado.
Elijah te tomó de la cintura y te acercó de nuevo a él. Pegó su frente con la tuya.
—Entonces hazlo. Cásate conmigo.
Ante su propuesta, te quedaste atónita. No supiste como reaccionar.
—¿Enserio?.-Le preguntaste.-
—Quiero estar junto a ti, siempre. Quiero que seas mía y quiero ser tuyo.
—Nada me haría más feliz que ser tu esposa.-Le dijiste, para luego besarlo, una vez más.-
Y pasó un rato, entre besos y abrazos llenos de sentimientos, intentando demostrar lo mucho que se querían. No supiste cuánto tiempo exacto transcurrió, pero la dulce y cálida burbuja formada por ambos se vio irrumpió por el sonido del teléfono celular del original. Ambos lo supieron, tenían que separarse, sin embargo ninguno se movió. No hasta que tú hablaste.
—Tienes que irte.-Dijiste sin dejar de abrazarlo.-
—Desearía que no. Pero tengo que hacerlo.
—Lo sé.-Afirmaste.— Ve a terminar con esto.
Lo escuchaste tomar una respiración profunda antes de nombrarte y separarse de ti.
—Te amo.
—Yo a ti.-Tomó un mechón rebelde de tu cabello y lo colocó detrás de tu oreja.—Cuando todo esto acabe no me separaré de ti.
—Ten cuidado.-Sonreíste.—Y llámame, que me preocupas.-Lo golpeaste de juego. Él rió.-
—Lo haré. Manténte a salvo, amor.
—Vuelve.-Le dijiste.—Sólo vuelve a mí.
Hubo un último beso antes de que lo vieras alejarse y cerrar la puerta detrás de él.
------
Aquí el OS. Creo que soy muy cursi, amigas. Perdón 😂😂😂 jajajaja.
