Yoshino Junpei

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Antes de leer esto, debes tener en cuenta lo siguiente:

εïз) Junpei x lectora.

εïз)Quiero aclarar que este escenario no está basado en la canción "El enamorado y la muerte". Sólo me gustó el nombre, pero si pienso hacer algun escrito más adelante usando esta canción.

εïз)Nadie pidió este otro escenario, pero justo después de que escribí el anterior sentí una responsabilidad muy fuerte por escribir algo más crudo. Así que este está escrito por complacencia propia, espero no les moleste.

εïз)No tiene +18.

εïз)Gracias por todo su apoyo.

εïз)¡Espero que les guste mucho!

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"El enamorado y la muerte"

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"El enamorado y la muerte".

Tenía razón, era mejor vivir con una sonrisa y enfrentar los malos ratos juntos.

¿Por qué no la escuchó?

La respuesta, aunque inmadura, se encontraba en que su madre recién había muerto. No podía prestar oído ni sentido común a ninguna otra palabra que no fuese de Mahito.

Momentos tras la muerte de su progenitora, Junpei sólo sentía la cabeza llena de gritos. Sus lamentos le pedían venganza, otros le recordaban con crueldad que habían sido malditos y sus lágrimas exigían una razón para que tuviese tal vida.

Supo que todo iba a deshacerse y que la poca luz a sus espaldas que se mantenía viva, se estaba apagando, muriendo ante sus actos de imprudencia.

Tan solo si todo hubiese sido perdonado, ¿no hubiese sido mejor llorar y no pedir a los muertos un lugar?

Junpei llevó acabo su venganza en las próximas horas, siendo alentado por Mahito, aquella maldicion vestida de cordero. Cuál ternero enfermo, Junpei guió sus pasos hasta su escuela (matadero) y tras haber hecho de las suya, como combatido con Itadori, encontró el final del camino; llegó a la meta de la carrera, en donde una gran tela le daba un claro mensaje.

"Esto no es lo correcto"

Pero Junpei era incapaz de saberlo, después de todo era un joven con depresión, falto de corazón y ciertos pensamientos confundidos. Y, aún así, con su madre muerta, todavía había una mujer que pensaba en él y lo procuraba.

Así pues, encontró el mayor de los lamentos en el preciso instante en que tuvo la mano de Mahito por encima.

Llamó al nombre de la castaña, escuchando de fondo el grito ensordecedor de Itadori y como un sueño, la fémina en uniforme escolar se le dibujó en las retinas, acogiendolo con una sonrisa y un par de manantiales corriendole por las mejillas.

—No... —murmuró el azabache, siendo turbado del alma—. No estás aquí...

Tras esto, y como lo esperó, la imagen de la chica fue un sueño, el cual se trozó cuando la piel de Junpei se decoloró y sus extremidades se deformaron.

Ella había obtenido el corazón del mancebo, pero su alma, aquello que jamás debió de ser tocado, fue exactamente manipulada por un ser despreciable.

—¡Junpei! —bramó el castaño, creyendo toda la escena tan irreal, como si se tratara de su muerte falsa.

Mahito se regocijó por su acto, comía ansias por saber si esto había o no dado en el clavo y justo después de que Sukuna se negase a ayudar, así como de burlarse de la desgracia del menor, el ser que se suponía era Junpei, volvió a llamar al nombre de una mujer.

Itadori lo escuchó a la perfección, y su corazón se desmoronó todavía más. Su amigo tenía un amor, uno al que no bien le llegasen las noticias, noche tras noche, lágrimas derramaría ante el recuerdo.

Antes de desfallecer, colapsar y encontrar un descanso, lo último en lo que pensó el joven Junpei fue que, si bien estaría lejos de ella, no importaba en nada, porque tenía un solo corazón, uno que el día en que lo defendió de los tipos malos, se lo entregó lleno de sangre y dolor.

Ella lo había protegido hasta ese momento. Le había sanado las heridas, e incluso dado consejos sobre cómo defenderse, pero jamás hubiese podido cuidar su alma como lo hace el zorzal con las rosas.

 Le había sanado las heridas, e incluso dado consejos sobre cómo defenderse, pero jamás hubiese podido cuidar su alma como lo hace el zorzal con las rosas

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Una maldición romántica ━ Jujutsu kaisen escenariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora