Una maldición romántica ━ Jujutsu kaisen escenarios

Satoru Gojo

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Antes de leer esto, debes tener en cuenta lo siguiente:

εïз) Satoru x lectora.

εïз)Escenario pedido por BlackCat1320 y hecho en agradecimiento por su apoyo.

εïз)Esta vez no maté a nadie, estoy libre de culpa. Pero debo mencionar que todo es narrado desde la perspectiva de la lectora y aunque parezca una carta, no lo es. Creo que es más cercano a sus memorias.

Ya pronto se vendrán los escenarios +18. Siento como si los estuvieran esperando, una disculpa por eso.

εïз)No tiene +18.

εïз)Gracias por todo su apoyo.

εïз)¡Espero que les guste mucho!

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"El balance del girasol y el recuerdo de una colina".

Me pregunto si todavía lo recuerdas.

El adiós que nos dijimos, habíamos asegurado que no era lo que significaba, pero comienzo a temer que nuestras palabras se estén perdiendo con los años.

El despertador sonó esa mañana. Había salido de cama libre del resfriado con el que me presenté la noche que llegaste con tu compañero y hablaron con mi padre, pidiendo su favor para dormir en nuestra casa mientras ejercían su trabajo, entonces el recuerdo de la calidez que me hiciste sentir al amarte me doblegó.

Me pregunto si todavía lo recuerdas.

Nadie me había dicho que tendríamos visitas y mucho menos a un tipo como tú.

"Vivimos en mundos distintos" fueron tus palabras cuando al poco tiempo te diste cuenta de mis sentimientos. Pienso, hoy día, que las usaste para rechazarme con amabilidad, pero dolieron tanto como si me hubiera clavado un puñal en el pecho.

Mi corazón se desmoronó. Supe que la arena que lo moldeaba era muy frágil y que tú, Satoru Gojo, eras el único que podía saciarlo con el cielo en tus ojos y la vida de tus labios.

Los ojos con los que todo el mundo te reflejaba, puedo asegurarte que no eran los mismos que los míos.

Las noches en que llegaban cansados y llenos de tierra, evitando hablar de su trabajo frente a mí, como si me protegieran por lo curiosa que era...

Me pregunto si todavía lo recuerdas.

En esas noches encontré a un Satoru sensible detrás del idiota que aparentabas ser.

Eras el tesoro que encontré tras el espejo protector de un lago.

Ese tesoro que entendí, no podía ser reclamado ni por una doncella o pirata, porque guardaba una maldición que no podrás evitar jamás.

Fuiste amable conmigo, y no quiero creer que es por lo enfermiza que era en esos tiempos, porque a mi lado quería que escucharas el cantar de los cuervos y el silencio de las cigarras.

Encontrar un mundo al revés, el mismo que encontré en ti.

Confesé mis sentimientos en la mañana de su partida, horas antes.

Me pregunto si todavía recuerdas mis palabras, porque yo tengo tan vivo el recuerdo de las tuyas, de tu expresión avergonzada y adolorida, sin mencionar tus cabellos tan blancos que me decían que no había nada más divino.

En la colina nuestros cuerpos se recortaron, vimos el mecer de un girasol y te dije que era mi flor favorita.

Me sonreíste, tomaste mi mano con tanto cuidado como si tuviera miedo a destrozarla, y la llevaste a tu pecho.

Las palabras que me dijiste en ese momento son un secreto que solo yo y el tiempo conocemos.

Después besaste el dorso de mi mano y te despediste.

En esa mañana dejé que el único hombre que amé de verdad, volviera a Tokio, seguramente a cumplir con el peso de no solo mi vida, sino la de todo el mundo.

Me pregunto si todavía lo recuerdas, esa mañana que nuestros corazones reconocieron como eterna.

No quería decirte adiós, pero el dibujo de tu espalda me reflejó la oscuridad que no podía sanar.

Me pregunto si todavía me recuerdas, la mujer que decidió esperarte en su pueblo, sabiendo que no se verían una segunda vez en vida. 

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